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Embajador de Rusia: “La economía mundial se está moviendo a la megarregión de Asia y del Pacífico” PAÍS

Embajador de Rusia: “La economía mundial se está moviendo a la megarregión de Asia y del Pacífico”

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Alejandro Repenning López
Por : Alejandro Repenning López Coordinador Editorial El Mostrador
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“Cada región tiene su propio centro de desarrollo y eso es la base del BRICS”, dice en conversación con El Mostrador, Vladímir Belinsky, quien comenzó su misión en Chile hace 4 meses.


Vladímir G. Belinsky llegó hace cuatro meses a Chile. Le tocó organizar y encabezar la conmemoración de los 80 años de relación oficial entre Rusia y nuestro país –bueno, en esa época no era solo Rusia sino la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)–. Cuenta, eso sí, que la relación es muy anterior. “En 1816 fue el año cuando un barco ruso tocó suelo chileno, en Talcahuano”. Se trata de la embarcación de nombre Riúrik y en ese momento daba la vuelta al mundo. Desde esa época, asegura Belinsky, que ya hay contactos e intercambios entre ambas naciones.

“La relación entre Rusia y Chile tiene un gran equipaje de experiencias, de intercambios con todos los niveles de la sociedad de Chile y de Rusia también. Después de los años 70, qué bien se conoce el nivel de relación que tuvimos. En 1993, me parece, fue cuando una delegación muy importante de Chile llegó a Rusia a intercambiar y más que todo a exponer entre amigos cómo era el sistema económico de mercado, cuáles eran sus mecanismos. Y había un gran interés en aquel entonces de recibir una información de primera mano de un país amigo”, cuenta.

-¿Cómo ve la relación entre Chile y Rusia hoy?
-Es una relación multifacética con muchos campos de interés común y con mucho potencial. Hoy día nos encontramos en el epicentro del crecimiento mundial, porque ni por decisión política ni por voluntad de quien lo quiera o no, el peso pesado de la economía mundial se está moviendo a la gran megarregión del Asia y del Pacífico, donde está tanto fuertemente presente Chile con un potencial muy grande en el comercio, en los proyectos económicos que tiene Chile de desarrollo económico, tanto Rusia con nuestra reorientación en primer término económica hacia el este.

Son leyes de mercado, del desarrollo de la economía mundial y eso es lo que hoy día presenciamos y que nos da un potencial creciente para nuestra relación económica y atrás de eso viene todo lo demás, los lazos culturales, humanitarios, científicos, académicos, en todas esas esferas.

-Usted habla de esta reorientación hacia el este. Me imagino que en alguna medida se refiere a los BRICS.
-Cada región tiene su propio centro de desarrollo y eso es la base del BRICS: es concertar un espacio de diálogo para un desarrollo común, un desarrollo que contribuya a todas las partes de este grupo. No está dirigido contra ninguno de los países terceros, es un interés común en un desarrollo soberano, digamos así en breves palabras, y es en una gran parte la base de la formación, de la evolución del mundo hacia un mundo multipolar, el que consideramos más estable y predecible. Un mundo sostenido en una pata siempre se puede caer. En dos, también. Por lo que cuanto más patas tenga ese mundo, más estable sería. Esa es nuestra posición de principio, nuestro concepto.

-¿Cómo ve la relación entre el actual Gobierno de Chile, que es y ha sido muy crítico de las autoridades en Moscú? Sobre todo considerando que el Presidente Boric acusó la invasión a Ucrania, que su Gobierno considera la operación militar especial ordenada por el presidente Putin en Ucrania.
-Es una pregunta muy de fondo. Tanto dentro del BRICS hay opiniones propias de cada país, una propia visión, propios intereses y no puede ser de otra manera. Así también con todos los países amigos fuera del BRICS, en América Latina, tenemos nuestras propias opiniones acerca de cada una de las cuestiones.

El tema aquí es conversar, dialogar, porque cuando caen los diplomáticos, lamentablemente comienzan a dialogar los cañones, y eso es una cosa que hay que evitar por todos los medios.

Pero hablando de nuestro diálogo con Chile, tenemos una buena base para conversar, y esta base no ha cambiado nunca. Ambos nos pronunciamos por defender el interés nacional propio, de construir la casa, de defenderla, de defenderla adentro y afuera, de desarrollar la relación con todos los países que están abiertos para esta relación.

Concretamente, hablando de posiciones, este es el punto cuando cada país soberano tiene su propia opinión. Hablando de soberanía, en ese sentido, es lo que da la variedad de opiniones, la variedad de modelos de desarrollo, la variedad de todo lo que nos distingue, y hay cosas en las que no coincidimos. Pero lo más importante en esa situación es conversar y dialogar, y eso es lo que, por lo menos a mi parecer, en estos cuatro meses, percibo que sí existe una voluntad para conversar, para escuchar.

-¿Cómo ha logrado establecer puentes o le ha costado establecer puentes con el Gobierno?
-En realidad, en lo práctico, en lo económico, en los contactos a nivel incluso de ministerios, eso no frena la relación. Prácticamente no lo frena. Porque el nivel de intercambio económico no ha bajado mucho. Hay muchas opiniones sobre las cifras.

El intercambio siempre rondaba un billón de dólares. Con 900 de exportaciones chilenas a Rusia, 900 millones de dólares. Y 100 millones más o menos desde Rusia para Chile.

Según la información que tenemos, esta cifra no ha cambiado mucho. ¿Por qué? Porque ha cambiado la logística. Ha cambiado la forma de pagos. La gente de negocios se adapta muy rápido. Usted sabe que eso es el mercurio del universo. Entonces, eso no se ha frenado.

Sí hay algunas trabas, se encareció un poco el transporte, pero hay nuevos esquemas logísticos y en general es una evolución de la logística de transporte del mundo que está sucediendo y no está relacionado con Ucrania en sí. Está evolucionando más bien dentro de una lógica del desarrollo de la economía mundial, más bien que de una u otra crisis. Los intercambios a nivel de profesionales siguen.

-¿En qué se pueden ver esos intercambios profesionales?
-Recientemente tuvimos una delegación de un ente ruso que controla la importación en temas fitosanitarios y veterinarios. Y han certificado a varios laboratorios chilenos donde se está perfeccionando la semilla, por ejemplo. Eso fue hace un par de semanas.

Estuvieron unos expertos del Ministerio de Transporte. También tuvieron buenos contactos. Y la lógica aquí es que, cuantas más ofertas Chile tenga en la mesa, mejor para todos.

Por eso bienvenidas, así nos dijeron, estas y otras opciones. En ese sentido no tenemos miedo a la competencia. La esencia de compartir tecnologías, conocimientos, es ayudar a crear nuevos focos de crecimiento propio, de industria propia en cada país.

Esto es en la lógica del desarrollo del mundo multipolar. Cuantos más centros de crecimiento haya, con sus propias industrias, con su propio potencial, mejor. Más oferta y finalmente el consumidor gana.

Bueno, la tarea que tengo acá con nuestro equipo es mejorar la relación a lo máximo que se pueda. Establecer contactos directos tanto en el sector político como en el sector económico, cultural. Hacer todo para incrementar esta relación que tiene un potencial enorme, según veo.

-Con este multilateralismo, como decía usted, que incluye al BRICS, imagino.
-Sí, en eso coincidimos. El multilateralismo es una, incluso me parece que es una figura que viene de América Latina en su tiempo. Surgió en el Grupo de Río; hoy día está a nivel mundial.

Es algo que está también dentro de la lógica de la formación del mundo multipolar, de escuchar la voz de cada uno. Porque si vemos la Carta de las Naciones Unidas, es ahí donde cada Estado tiene su voz soberana propia, está actuando a base de la igualdad soberana. Y es aquí donde, en el multilateralismo, podemos y sí tenemos que escucharnos, consiguiendo posiciones, así como es en cada región del mundo.

Eso es lo que vemos en América Latina dentro de la Celac, por ejemplo. Lo que vemos en la Unión Euroasiática, en nuestra región, en diferentes regiones del mundo. Un poco hoy día se está fraccionando, se fraccionó con varias crisis.

Esas crisis se vienen más que todo de afuera que de adentro. Pero ese fraccionamiento impide la integración, por ejemplo, y si no hay integración, ahí se rompe un poco el esquema de formación de este polo que tiene cada una de las regiones.

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