La discusión sobre la reforma al sistema político también ha tensionado los ánimos al interior del oficialismo, donde representantes de algunos partidos discrepan de la propuesta impulsada en el Senado. El debate se da en medio de las negociaciones para una eventual lista única parlamentaria.
El 2024 fue un año donde la urgencia por reformar el sistema político logró traducirse en propuestas y proyectos legislativos con apoyo de gran parte del espectro político. Esto en respuesta a la fragmentación y falta de legitimidad en alza de las instituciones, donde los partidos y el Congreso cuentan con la menor confianza ciudadana, según la última encuesta CEP.
Frente a esta realidad, algunas de las iniciativas han logrado avanzar en su tramitación inicial. Una de ellas fue la ingresada por el senador del PS Alfonso de Urresti, con apoyo de parlamentarios del PPD, UDI, Evópoli y RN. El proyecto fue recientemente aprobado en general en la Comisión de Constitución, la que ratificó por mayoría la idea de legislar.
La propuesta establece un umbral del 5% de los votos a nivel nacional o un mínimo de 8 legisladores para que los partidos puedan tener representación en la Cámara de Diputadas y Diputados. Además, considera la pérdida del escaño para los parlamentarios que renuncien a sus colectividades de origen.
Con esta votación, la iniciativa quedó en condiciones de ser votada en general por la Sala del Senado. Cabe precisar que la comisión acordó refundir una moción en el mismo sentido, coordinada por la senadora Paulina Núñez (RN) y firmada además de por el presidente del Senado, José García Ruminot (RN), Juan Antonio Coloma (UDI), Luciano Cruz-Coke (Evópoli) e Iván Flores (DC).
Otra tramitación en curso está alojada en la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara, donde se discute en general el proyecto que modifica la Ley Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos.
La iniciativa es de autoría del diputado Jaime Mulet (FRVS) y busca habilitar federaciones de partidos, en vez de fijar un umbral de existencia a las colectividades –como proponen los senadores–, facilitando la aglutinación de partidos pequeños. La votación en general de la iniciativa está programada para el lunes 20 de enero.
Las cifras respecto a la cantidad de diputados que han cambiado de militancia en menos de tres años dan cuenta de un problema estructural que explica la necesidad de reformar el sistema político. Las dinámicas del Congreso Nacional inaugurado en marzo de 2022 han evidenciado una creciente atomización parlamentaria, generando una forma de hacer política transaccional y volátil en la tramitación legislativa.
Así lo explica el cientista político y director ejecutivo de Factoría Pública, Danilo Herrera, quien señala que –a la fecha– 45 diputados han cambiado de bancada o partido, habiendo incluso algunos parlamentarios que han cambiado en más de una oportunidad.
“La volatilidad es un síntoma de la indisciplina parlamentaria. Hoy los diputados pueden votar en contra de su bancada y no pasa nada. Los partidos no tienen poder más allá de enviarlos al Tribunal Supremo de su tienda y pocas consecuencias. Un diputado liberal puede votar en contra de la eutanasia o un socialcristiano puede votar a favor del aborto y no tiene ninguna consecuencia”, dice.
En esa línea, hoy día la Cámara cuenta con un total de 17 partidos y 42 parlamentarios independientes, lo que equivale al 27% de representación.
“Hoy solo tres parlamentarios fueron electos como independientes, la senadora Campillai y los Bianchi (padre e hijo), el resto fueron electos en pactos electorales y asociados a un partido o han renunciado a alguno. Ellos no son reales independientes, usaron a los partidos para obtener el escaño y hoy no sabemos bien cómo votan. El ‘independentismo’ es un cáncer en el Congreso y en la política chilena, termina siendo la mayor dificultad para lograr acuerdos. Finalmente, el Ggobierno de turno, en vez de negociar con bancadas, termina negociando con 155 parlamentarios, lo que es insostenible en cualquier democracia y con cualquier Gobierno”, advierte el analista.
Desde esa perspectiva, el análisis de los incentivos y énfasis de las diferentes propuestas para reformar el sistema político resulta vital para garantizar mecanismos de colaboración en un próximo Parlamento. A juicio de Herrera, “el foco tiene que estar puesto en la indisciplina parlamentaria y no necesariamente en el número de partidos. (…) La idea de pérdida de escaño por renuncia ayudaría en parte a disminuir los cambios de bancadas, pero si no se incorporan órdenes de partido y pérdida de escaños por expulsión, el desorden seguirá igual”.
La discusión sobre la reforma al sistema político también ha tensionado los ánimos al interior de la alianza de Gobierno, donde representantes de algunos partidos discrepan de la propuesta impulsada en el Senado.
El debate se da en medio de las negociaciones para una eventual lista única parlamentaria, por lo que las colectividades ya han concretado dos encuentros para discutir los criterios preliminares que aspiren a la unidad solicitada por el Presidente Gabriel Boric. Unidad que –según algunos dirigentes– podría peligrar si continúa avanzando la iniciativa de los senadores.
Desde Acción Humanista, si bien comparten la necesidad de una reforma, han manifestado su descontento con la idea de fijar umbrales de representación. El diputado humanista Tomás Hirsch señaló que el proyecto que avanza en el Senado “restringe la democracia, la debilita, impide la participación de la diversidad del país”.
“Debe ser una reforma que mejore la democracia, la profundice, permita mayor participación ciudadana. Para eso sería muy bueno que los dirigentes sociales y sindicales puedan ser parlamentarios, cosa de la que hoy día están impedidos, tener iniciativa popular de ley, plebiscito, revocación de mandato. Para eso estábamos conversando al interior del oficialismo con una comisión de expertos coordinada por el presidente del Partido Radical, se estaba conversando también con el Gobierno a través del ministro Elizalde”, dijo.
En ese sentido, Hirsch agregó que el proyecto pone en riesgo la importancia de la unidad del sector. “Desde Acción Humanista estamos comprometidos con buscar la construcción de una lista única del oficialismo, pero si ese proyecto prospera, evidentemente esa posibilidad se debilita mucho, porque cada partido legítimamente va a necesitar construir una lista que le permita llegar a los porcentajes que allí se están planteando”.
Por su parte, la bancada de diputados del Frente Amplio puso sobre la mesa una serie de medidas para incorporar en la reforma al sistema político cómo fijar la elección parlamentaria junto a la segunda vuelta presidencial, para “incentivar que las mayorías respalden los compromisos del Gobierno electo”, mecanismos de participación ciudadana, la incorporación del principio de igualdad de género, entre otros temas.
La diputada del FA e integrante de la Comisión de Constitución, Javiera Morales, señaló que a pesar de las diferencias están trabajando “activamente para lograr unidad para las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias”.
“Pero, además, sabemos y estamos conscientes de que nuestro sistema político tiene algunos problemas que estamos dispuestos a enfrentar a través de las reformas que sean necesarias. Por supuesto, respetando que el Congreso sea plural, representativo; pero que también sea eficaz y permita enfrentar y entregar soluciones a los problemas sociales del país”, agregó.
“Es por ello que hemos propuesto incorporar la paridad y mecanismos de participación ciudadana para fortalecer el sistema de partidos y mejorar la confianza entre la ciudadanía con sus representantes. Esperamos que estas ideas puedan permear el debate y fortalecer nuestro sistema político”, indicó la diputada Morales.