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Crédito: Agencia Uno
A 48 horas de la elección de 96 miembros del Comité Central del PC, reemergen divergencias entre la línea oficial y la facción disidente para reelegir a Lautaro Carmona y Bárbara Figueroa. Triunfo de la derecha, requisitos de votación, distancia del movimiento social y la lista generaron polémica.
El orden de los candidatos en la lista, aburguesamiento y distancia del movimiento social, los requisitos para votar y los dardos a la comisión política en el reciente Congreso del Partido Comunista pusieron en vilo el entendimiento entre la línea oficial de la tienda y la facción disidente para reelegir al presidente de la tienda, Lautaro Carmona, y a la secretaria general, Bárbara Figueroa, en los comicios internos de este domingo y lunes.
“Ella (Figueroa) no cuenta con la Secretaría General garantizada; la situación está siendo bastante discutida. Si bien en la lista de candidatos figura como la segunda después de Carmona, lo que ayuda a su electividad, no está claro si se logrará retener el cargo”, señala uno de los cuadros del PC.
En ese ambiente, el Partido Comunista se alista para elegir a 96 miembros de su Comité Central de entre 135 candidatos, quienes asumirán la responsabilidad de designar a la comisión política, así como al presidente y al secretario general, antes del 31 de enero.
Tras el debate que rodea las internas del Comité Central, había malestar en las bases por una serie de requisitos inusuales impuestos por la actual dirección –liderada por Carmona y Figueroa– para participar. Entre ellos, los años de militancia y la participación en las actividades comunistas.
Tal era la efervescencia en torno al proceso electoral de los comunistas que, la tarde del viernes, a menos de 48 horas de los comicios, se emitió un “auto acordado” para la militancia con el fin de “aclarar los requisitos” para ejercer el derecho al voto, dado que, según explican en la colectividad, hubo un error de interpretación del requisito de cinco años en cuanto a que este estipulaba que sólo “militantes activos” podrían sufragar. Esto finalmente se subsanó, pero “no así el malestar”.
Según críticos de la directiva, las nuevas condiciones podrían haber reducido drásticamente el número de votantes, que actualmente asciende a 45.280 miembros, favoreciendo así a la actual dirigencia encabezada por Lautaro Carmona y perjudicando a los militantes más jóvenes y afines a la disidencia, que lideran Camila Vallejo y Karol Cariola, “ya que el universo se podría haber visto reducido en 10 mil militantes”.
“Es indudable que este congreso fue muy estridente, por lo que se sugirió en el discurso de Lautaro y las versiones que han circulado por todos lados”, comenta un cuadro de la tienda.
Algunas versiones señalan que los ánimos quedaron agitados en el pasado congreso. Según relatan algunos asistentes, primero causó divergencias el discurso sombrío de Lautaro Carmona, quien mencionó elementos de un análisis que no cayó del todo bien a la concurrencia.
Entre esos componentes se advertía que había una posibilidad de que se consolidara “una hegemonía de derecha (en el gobierno) por un periodo prolongado” si no había una victoria de la izquierda en las presidenciales de fin de año.
El líder del PC también expresó que la derecha estaba cohesionada en un contexto donde abundaba la fragmentación, lo cual fue muy comentado.
Asimismo, se polemizó cuando presentó como un desafío de los comunistas el regresar a los movimientos sociales para organizar el descontento social y hacer un proyecto de profundos cambios, y que “la extrema derecha había logrado interpretar ese descontento”.
Se llegó a un clima tan enrarecido, incluso con el orden de integrantes de la lista, que tampoco era habitual que se mencionaron las malas prácticas y la colocación de intereses personales sobre el colectivo, lo que -señalan- “nos perjudica como partido”.
“La Comisión Política no tenía idea de cómo llegaban los compañeros a un ministerio”, dice uno de los actores que participó en el congreso del partido, señalando a un cuadro cercano al histórico dirigente del Colegio de Profesores y de la Comisión Política, Jorge Gajardo, padre del Ministro de Justicia.
Gajardo, usualmente un hombre de perfil bajo en estas reuniones, manifestó su descontento públicamente en el Congreso, cuestionando a la disidencia y entregando su renuncia al Comité Central.
No obstante, un amplio sector del partido no tiene una mirada crítica de la condición comunista. Por ejemplo, se destaca que el informe del congreso y el debate político fueron más bien buenos.
“Pero, por ejemplo, hubo problemas para elaborar la lista de candidatos, que se debió rehacer tres veces para lograr un consenso relativo. En un comienzo se puso a Juan Andrés Lagos en el número 90 y a Hugo Gutiérrez más abajo, lo que finalmente se arregló un poco”, cuenta un conocedor de la tensión interna.
Otros evalúan la semana previa al proceso electoral de modo aún más positivo y consideran que hay un enfoque de diálogo que resalta la herencia intelectual del partido con la influencia de destacados pensadores.
“El debate en el Congreso no ha sido en absoluto tenso; somos un partido que es tributario de una rica tradición intelectual, herederos doctrinarios no sólo de los clásicos marxistas como Marx, Engels y Lenin, sino también de Gramsci y la Escuela de Frankfurt. El pensamiento crítico en el PC ha sido un mecanismo siempre presente”, dice la diputada Carmen Hertz a El Mostrador.
Y agrega la legisladora: “No entiendo por qué, cuando se trata de debatir en el Partido Comunista, se apela a que existe una ‘tensión’. Debatimos porque es parte de nuestra tradición centenaria”.
Varios asistentes subrayan la importancia de tener un candidato presidencial para enfrentar a la derecha, no sólo del PC, sino también del oficialismo y la DC, con primarias para escoger a un aspirante alineado con los principios del partido y dispuesto a colaborar con otras fuerzas en reformas estructurales.
“En el contexto actual, el PC enfrenta el desafío de seleccionar un candidato presidencial que articule un programa de transformaciones profundas en lo económico y político. La definición del candidato será a través de un proceso de deliberación interna, donde se reconoce que hay militantes capacitados para asumir esta tarea. La búsqueda de unidad en la centroizquierda se presenta como una estrategia clave para contrarrestar el crecimiento de la ultraderecha, que ha cobrado fuerza en el escenario político”, afirma el diputado Matías Ramírez (PC).
En tanto, la diputada Nathalie Castillo sostiene que el eje central de las discusiones ha girado en torno a “cómo el partido puede contribuir a mejorar las condiciones sociales” y las deudas históricas.
“(No siento que haya tensión). El debate principal que se ha cursado en estos días de congreso fue cómo aportamos desde el colectivo del partido a mejorar las condiciones de vida en nuestro país, las deudas pendientes con las y los trabajadores, las mayorías, y la relevancia del movimiento social y sindical”, señaló la diputada Castillo.
