Mauricio Fernández abandona la antigua unidad de Lavado de Dinero, Delitos Económicos, Delitos Medioambientales y Crimen Organizado, tras más de dos décadas en el cargo y después de trabajar con cuatro fiscales nacionales distintos.
Mauricio Fernández Montalbán, el histórico fundador de la antigua Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Económicos, Delitos Medioambientales y Crimen Organizado (Uldecco), dependiente de la Fiscalía Nacional, decidió poner fin a su carrera en el Ministerio Público después de 23 años como único director de la unidad, desde la cual asesoró a fiscales de diversas partes del país en causas de alta complejidad, como investigaciones vinculadas con la temática étnica, corrupción y delitos funcionarios.
A través de un correo electrónico, enviado el 7 de enero de este año, Fernández confirmó a varios funcionarios del organismo encargado de apoyar las investigaciones de fiscales, sobre su renuncia presentada al “jefe” –Ángel Valencia–, anunciando que se haría efectiva a contar del 3 de marzo.
“Meditada aunque osadamente he decidido iniciar la necesaria reconversión laboral, que a mí edad es cada vez más difícil. Este mensaje en todo caso no es mi despedida, pues estaré en plenas funciones hasta el último día”, escribió a sus compañeros.
Abogado de la Pontificia Universidad Católica, Fernández cursó un postítulo de “Economía y Finanzas para abogados” en la Universidad de Chile, trabajó en el estudio “Harasic & Cía.” y fue abogado litigante del Consejo de Defensa del Estado (CDE) antes de arribar al Ministerio Público como asesor del primer Fiscal Nacional, Guillermo Piedrabuena (que había sido su jefe en el CDE) desempeñándose primero como jefe de la Unidad de Asuntos Internacionales y luego como Director de la Uldecco.
Durante su periodo como jefe de Uldecco implementó medidas que fueron bastante resistidas especialmente en Carabineros y la PDI, como fueron la compra de softwares de inteligencia para la Fiscalía Nacional, así como la instalación de una central de equipos RT para escuchas telefónicas, que fue instalada en 2010 en las anteriores dependencias de la institución, ubicadas por aquel entonces en calle General Mackenna.
Hombre de un perfil muy bajo, a ratos casi inadvertido, se trata del único directivo que “sobrevivió” a cuatro fiscales nacionales distintos, pues luego de trabajar con Piedrabuena fue ratificado en el cargo por sus sucesores, Sabas Chahuán, Jorge Abbott y Angel Valencia, lo que para muchos fiscales daba cuenta de la cantidad de poder e información que manejaba Fernández, quien además tenía una vinculación directa con los jefes de inteligencia de las demás instituciones, así como con organismos internacionales relacionados con la investigación del crimen organizado y el lavado de dinero.
No obstante, luego de que Valencia arribara a la Fiscalía Nacional, este implementó un cambio importante, creando una nueva unidad solamente especializada en crimen organizado, la cual dejó en manos de un hombre de su círculo íntimo (el abogado Ignacio Castillo), restándole esta función a la Uldecco, lo que en términos internos fue interpretado como una evidencia de la falta de confianza política de Valencia hacia Fernández, que en todos sus años en la Fiscalía Nacional participó en la tramitación de todas las leyes sobre delitos económicos, incluida la última.
Bajo su gestión, la Uldecco acompañó la persecución de los casos más emblemáticos de delitos de “cuello y corbata”, como los casos Cascadas y La Polar, entre otros. Ahora, con un pie afuera del Ministerio Público y con ganas de reconvertirse laboralmente, se especula que podría continuar su carrera en algún bufete de abogados o en el mundo académico, dado que es profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad del Desarrollo.
El Mostrador se contactó con Fernández, a fin de preguntarle sobre los motivos de su renuncia, pero este declinó referirse al tema, indicando que cualquier consulta debía realizarse a la unidad de comunicaciones de la fiscalía, desde donde solo indicaron que el abogado presentó efectivamente su renuncia y que esta se habría realizado “en los mejores términos”.