Felipe Estay advierte que la especulación inmobiliaria y la fragilidad económica están impulsando el aumento de personas en situación de calle en Chile, afectando especialmente a inmigrantes y familias vulnerables.
Hasta hoy se extiende la segunda conferencia internacional sobre personas en situación de calle, que se realiza en la Universidad Alberto Hurtado. Y si bien Chile ha sido uno de los países de América Latina con mayores avances en esta área, aún enfrenta grandes dificultades especialmente con la proliferación de carpas y rucos, donde vive un número importante de inmigrantes. De hecho, en base a datos del Registro Social de Hogares, el número de personas sin hogar creció de 19.342 en 2022 a más de 21.000 en 2024.
En conversación con Al Pan Pan con Mirna Schindler, Felipe Estay, director del Centro de Investigación e Incidencia para la Superación de la Situación de Calle, advirtió que “la ciudad está tan cara. El costo de la vida aumenta año a año. Y para muchas personas va a ser imposible mantener un lugar estable donde vivir”. Estay proyecta que en una década podrían incrementarse los casos de personas que, debido a un evento como la pérdida de un empleo o una crisis económica, terminen en situación de calle, destacando la fragilidad económica de quienes viven al límite de sus posibilidades.
El experto señaló que el arriendo y el sueldo mínimo están prácticamente igualados, una realidad insostenible para las familias más vulnerables. “Especulación inmobiliaria, concentración del mercado en donde ponen los precios que se les ocurren (…) los precios no pueden ser costeados por las personas más vulnerables. El sueldo mínimo está en 500 mil pesos y el arriendo está en 500 mil. Es imposible. Cosa de economía doméstica, no dan los números”, afirmó.
Estay subrayó la importancia de la red de apoyo familiar, especialmente en América Latina, donde esta es la primera barrera ante situaciones de vulnerabilidad. “Cuando un inmigrante no tiene familia, quizás ocupa amigos. Pero ya cuando el amigo no puede ayudar más, esa red se rompe y puede llevar a que la persona termine en la calle”, explicó. Agregó que, en Chile, la familia sigue siendo crucial, a diferencia de Europa, donde el bienestar de la familia extensa no recae en lazos familiares.
Asimismo, llamó la atención sobre el rol de las grandes empresas inmobiliarias en la crisis de vivienda. Mencionó que empresas propietarias de múltiples edificios en una misma comuna tienen el poder de fijar precios a su conveniencia, perjudicando a las personas de menores ingresos. “Es un fenómeno que debemos tener presente, porque en cualquier momento podría agravarse. Hay que apoyar a la familia extensa o generar mejores redes de apoyo para quienes están al borde de perder su hogar”, concluyó.
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