Reforma a las pensiones: Boric privilegió el diálogo y la derecha cedió sin perder tanto

Las pensiones llevan años entre las principales preocupaciones de los chilenos, y la refundación del sistema fue una de las principales demandas durante la ola de manifestaciones de octubre de 2019 que dejó una treintena de muertos y miles de heridos. Luego de ello, hubo dos procesos constitucionales rechazados. La historia no termina ahí.

Ninguna de las reformas propuestas por los gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera logró avanzar, y solo se obtuvieron logros parciales, como la creación de una pensión pública para los más vulnerables en 2008 y su ampliación en 2022. Sin embargo, hoy el Gobierno del Presidente Gabriel Boric ha dado un paso crucial, aunque —tal como reconoció en cadena nacional— “no es todo lo que queríamos”.

Instaurado en 1981, el sistema chileno fue pionero en la región en desechar el modelo de reparto, implantar la capitalización individual y obligar a cada trabajador formal a aportar el 10 % de su sueldo mensual a una cuenta personal de la que puede disponer cuando se jubile (60 años las mujeres y 65 años los hombres), tutelada por una de las siete AFP existentes.

La reforma aprobada este miércoles beneficia a cerca de 2,8 millones de jubilados, con incrementos de sus pensiones de entre un 14 % y un 35 %, aumenta la Pensión Garántizada Universal (PGU) de $ 214.000 a $250.000 (253 dólares) y sube de manera gradual la cotización del 10 % actual al 17 % a cargo del empleador.

También crea un seguro social, incorpora mecanismos de solidaridad intra e intergeneracional y endurece la regulación de la industria, pero no acaba con las polémicas administradoras de fondos de pensiones (AFP), las empresas privadas que gestionan las jubilaciones, como inicialmente pretendía el Gobierno.

Boric: “He decidido privilegiar el acuerdo por sobre la lógica del todo o nada”

“En nuestro gobierno garantizaremos un sistema de pensiones sin AFP que asegure dignidad, una pensión mínima de $250.000 es un piso mínimo para quienes trabajaron toda su vida puedan vivir con un poco más de tranquilidad en la vejez”, decía en diciembre de 2021 un recién electo Gabriel Boric. En la publicación compartió gráficas en las que comparaba su propuesta con la del candidato José Antonio Kast.

Hoy, tras el despacho a ley de la reforma, en cadena nacional, el jefe de Estado declaró: “Es mi deber reconocer en esta materia que no es todo lo que queríamos como Gobierno, pero he decidido privilegiar el acuerdo por sobre la lógica del todo o nada”.

Y es que tras un extenso debate, la reforma fue respaldada en su último trámite legislativo en la Cámara de Diputados por una amplia mayoría y con los votos tanto del oficialismo como de la Democracia Cristiana y de gran parte de la coalición de derecha Chile Vamos, tras un histórico acuerdo alcanzado en el Senado.

Pese a que el Gobierno hizo muchas concesiones durante el debate parlamentario para conseguir los votos de la derecha en un Parlamento en el que carece de mayoría, y renunció a crear un sistema con mayor peso estatal, la aprobación de la reforma supone un soplo de aire para Boric, pues fue una de sus grandes promesas de campaña.

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Chile Vamos celebra, la ultraderecha llora

“Hoy es un gran día para Chile. Hemos llegado a un acuerdo en el que defendimos nuestras posiciones y vamos a tener mejoras para los jubilados de hoy y para los del futuro”, indicó en rueda de prensa el diputado Guillermo Ramírez, presidente de la UDI, uno de los tres partidos del bloque Chile Vamos, que también celebró la aprobación, a pesar de ceder al apoyar un proyecto que llevará la firma de Boric.

La jefa de bancada de diputados de RN, Ximena Ossandón, sostuvo que pertenece a “una derecha valiente que se la juega por el bienestar de los presentes y futuros jubilados, y que añora que volvamos a la política de los acuerdos que tanto bien le hizo a nuestro país”.

“Este es un día muy importante que enaltece a la política y enaltece a Chile. Acá no ganó el Gobierno, aquí quienes ganaron son los chilenos, los pensionados de hoy y los pensionados de mañana, aquí queda instalado quienes son los que están dispuestos a legislar y avanzar en los temas importantes para Chile”, añadió el diputado Jorge Guzmán, jefe de la bancada de Evópoli.

Donde no quedaron para nada contentos fue en la ultraderecha. Los legisladores Francesca Muñoz (Partido Social Cristiano) y Luis Sánchez (Partido Republicano) plantearon reserva de constitucionalidad sobre algunas normas de la iniciativa legal. Específicamente, cuestionan el autopréstamo y piden que la entidad se refiera sobre la inconstitucionalidad del autopréstamo.

Los diputados del Partido Demócratas, que fueron clave en la aprobación de la idea de legislar, también fueron críticos con algunos aspectos de la reforma, como el encaje y el préstamo, pero aseguraron que no podían dejar de lado el bienestar de los adultos mayores. Votaron a favor.

Pese a la aprobación, en línea con el Presidente Boric, en el oficialismo también hubo lamentos, ya que la reforma sufrió modificaciones sustantivas desde que fue presentada por la administración de izquierda en noviembre de 2022. No obstante, en la interna se reconoce que es la mayor reforma en 40 años al sistema privado de capitalización individual creado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), lo que se reflejó en el apretado abrazo entre los ministros.

“Se ha podido dar un paso importantísimo (…) Es una reforma que le cambia la cara a lo que la dictadura le hizo a este país. Pasamos de una lógica meramente individualista a complementarla con un seguro social y a acercarnos a principios tan razonables y necesarios como la solidaridad”, dijo en rueda de prensa tras la aprobación, la ministra de Trabajo y Previsión Social, Jeanntte Jara. Con esto, la militante del Partido Comunista también se posiciona como posible carta presidencial para participar en las primarias del oficialismo.

“Esta ley marca una inflexión en el desarrollo en nuestro sistema de pensiones. Por supuesto que no será la última palabra y muchos temas seguirán discutiéndose hacia delante porque los sistemas de pensiones evolucionan a lo largo de las décadas”, añadió por su parte el ministro de Hacienda, Mario Marcel, el otro artífice de la reforma.

Cabe mencionar que, en 2006, el actual jefe de la billetera fiscal fue designado por la expresidenta Bachelet para liderar la comisión que estudió cambios al sistema previsional, uno de los principales lineamientos del programa de gobierno de la exmandataria. Las recomendaciones de la “Comisión Marcel” sentaron las bases de la reforma previsional que se aprobó en 2008.

La postura del oficialismo es clara. “Esta es una reforma que, si bien no es todo lo que queríamos, sí es un paso adelante, porque aumenta la PGU, mejora las pensiones hasta un 35 %, regula la industria, le pone límites a las AFP, que ya no van a tener el poder que tenían hasta ahora, y porque además genera condiciones para que las brechas entre hombres y mujeres empiecen a disminuir de una vez por todas”, comentó la presidenta de la Cámara de Diputados, Karol Cariola (PC).