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Harold Mayne-Nicholls: “A la política le falta diálogo, cordura, mesura y poner la pelota al piso”

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Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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Con una larga trayectoria en la gestión deportiva, Mayne-Nicholls está decidido a entrar a la política con una potencial candidatura presidencial. A su juicio, a la política y a los políticos les falta mesura y cordura para impulsar un proyecto que una al país.


En un año electoral marcado por la repetición de una buena parte de los mismos rostros en la política chilena, la figura de Harold Mayne-Nicholls comienza a levantarse como un potencial candidato que podría desordenar un tablero del que se aprecian pocas sorpresas.

Reconocido por su trayectoria en la gestión deportiva, con éxitos que van desde las clasificatorias al Mundial de Sudáfrica 2010 a la organización de los Juegos Panamericanos 2023, Mayne-Nicholls comenzó a trazar un camino a la política que podría ser sin retorno.

Lea aquí un resumen de la entrevista:

-Para algunos fue una sorpresa que tu nombre comenzara a surgir como un eventual candidato presidencial, ¿en qué momento o circunstancia empezaste a considerar seriamente esta posibilidad?
-Esto nace o empieza cuando estaba en la ANFP, es decir, en el año 2010-2011. En ese momento, varios dirigentes políticos se me acercaron para ofrecerme candidaturas en distintas opciones. La mayoritaria fue si quería ser senador por mi región, que es Antofagasta. Lo analicé mucho, pero no sentí que era el momento.

Pasó el tiempo y después de eso vino todo el trabajo que he hecho con mi fundación recorriendo el país. He estado en más de 250 comunas realizando distintos proyectos y programas, trabajando con la gente y con las autoridades. Luego, tras los Juegos Panamericanos, nuevamente surgieron ofrecimientos, esta vez para ser alcalde en las elecciones municipales. Pero la verdad es que no me sentía cómodo en esa función.

Hasta que fui a un gran evento en Temuco, Enela, donde se reúnen empresarios y ejecutivos. Al terminar mi presentación, se me acercó mucha gente a ofrecerme nuevamente, esta vez con bastante más entusiasmo, la posibilidad de ser candidato a senador, ya que en la región hay elecciones. Pero también hubo quienes me dijeron: “¿Por qué no das un paso más allá y te postulas a la Presidencia de la República?”. Fue en julio o agosto cuando pensé que tal vez ahora sí era el momento. Han sido varias las veces que me han contactado para esto y ahora siento que la posibilidad existe.

-Has mencionado que has recorrido gran parte del país y que te faltan cinco regiones, ¿cuáles son las principales preocupaciones que has escuchado en las distintas zonas?
-He estado en Arica, Iquique, Antofagasta, Coquimbo, la Región de Valparaíso, Viña del Mar, Curacaví, la Región de O’Higgins, Chépica, Rancagua, Ñuble, Chillán, La Araucanía, Loncoche, Gorbea, Temuco, Coyhaique, Punta Arenas y Puerto Natales.

En casi todos los lugares me he reunido con alcaldes, gobernadores y personas de la calle. El primer problema que mencionan las autoridades es la seguridad. También el empleo digno, que ofrezca oportunidades reales a las personas. Estos dos temas están presentes en todas partes.

En Santiago, la seguridad y el empleo siguen siendo las principales preocupaciones. Sin embargo, en regiones, mientras más te alejas del centro, más se acentúa la percepción de que la regionalización es lejana y que la centralización sigue dominando. Todos comentan que las decisiones importantes se toman en Santiago sin escuchar a las regiones y, luego, deben implementar medidas que no siempre responden a la realidad local. Esto no es un problema reciente, sino algo que ha sido una constante durante mucho tiempo.

-La seguridad es un tema clave, ¿cuál es tu visión sobre el problema y sus posibles soluciones?
-Creo que las penas no son lo suficientemente severas como para disuadir a los delincuentes. Es necesario un estudio legislativo para aumentar las penas y evitar que quienes cometan delitos graves queden con arresto domiciliario. No puede ser que alguien que ha cometido un crimen quede libre o con penas mínimas.

También es fundamental aumentar la dotación de las fuerzas de seguridad, incluyendo el uso de las Fuerzas Armadas en zonas fronterizas y en lugares clave, como los centros de salud. No podemos permitir que no vayan a los Cesfam por temor a los delincuentes.

-Más allá de las medidas punitivas, ¿cómo abordarías esta problemática?
-Esto no se soluciona en cuatro años, es un proyecto a largo plazo. La educación es clave. Debemos ofrecer oportunidades reales que hagan que los jóvenes sientan que tienen un futuro en el país sin necesidad de recurrir a la delincuencia.

He trabajado en muchos programas sociales en distintos sectores vulnerables, en La Pintana, en El Castillo, en Bajos de Mena, en Antofagasta, en Puerto Montt. En más de una ocasión, jóvenes con los que conversé me dijeron que ya no estudian porque tienen claro que no van a vivir más allá de los 30 años. Cuando les pregunté por qué, me respondieron que no quieren vivir como sus padres o sus abuelos, quienes apenas sobreviven con lo justo. Prefieren vivir poco, pero con dinero, y ven en la delincuencia la única forma de lograrlo.

Ese pensamiento es aterrador. Si los jóvenes creen que la delincuencia les da más oportunidades que el trabajo formal, tenemos un problema enorme. No basta con endurecer las penas, necesitamos cambiar esa realidad desde la raíz, con educación de calidad y con empleos dignos.

-Se te reconoce como un gran gestor por tu trabajo en la ANFP y en los Juegos Panamericanos, ¿cuáles son las similitudes y diferencias entre organizar eventos deportivos y gobernar un país?
-La principal diferencia es la magnitud. Un país es una estructura mucho más compleja que un evento deportivo. Sin embargo, en ambos casos, el objetivo es unir a las personas en torno a una causa común.

El Gobierno debe trabajar para todo el país, no solo para un sector político. La clave está en la planificación, el trabajo en equipo y la ejecución efectiva de los proyectos. Gobernar requiere liderazgo, visión estratégica y la capacidad de tomar decisiones difíciles en beneficio de todos los ciudadanos. A la política le falta diálogo, cordura, mesura y poner la pelota al piso.

-Para cerrar, has mencionado la posibilidad de que Chile organice unos Juegos Olímpicos en el futuro, ¿crees que es viable?
-Estoy cada día más convencido. Los Juegos Panamericanos demostraron que Chile tiene la capacidad de organizar eventos de gran magnitud. Además, los franceses con París 2024 marcaron un cambio en la forma en que se diseñan los Juegos Olímpicos, con infraestructuras modulares y descentralizadas. Esa es una estrategia que podríamos replicar en Chile. Si no es para 2036, podría ser para 2040.

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