
Los flancos abiertos por Maya Fernández y el control de daños de Elizalde
En el entorno de Elizalde deslizan que la situación de la venta y administración de la casa por la familia Allende era un riesgo de daño para el Partido Socialista, con una investigación del Ministerio Público, una causa en el TC y una acusación constitucional en el Congreso.
En los partidos del oficialismo, en la oposición y en el Congreso consideran que la influencia del expresidente del PS, Álvaro Elizalde, en el Ministerio del Interior, contribuyó a pavimentar la salida del gabinete de la ahora exministra de Defensa, Maya Fernández Allende, luego de dos meses de cuestionamientos políticos al interior tras la polémica y fallida venta de la casa de su abuelo, Salvador Allende, al Ministerio de Bienes Nacionales.
En la corriente socialista del Tercerismo –que integran Elizalde; la presidenta del PS, Paulina Vodanovic; el negociador electoral Eduardo Bermúdez; y una serie de diputados– explican que la venta de la casa de Salvador Allende al Estado, con la administración en comodato de sus herederas, la exministra Fernández y su tía la senadora Isabel Allende, resultaba “impresentable” por la incomodidad y riesgo de tener costos elevados en el Partido Socialista y con el legado del expresidente.
“La directiva trataba de que el Partido Socialista tuviera el menor costo posible por la embarrada que surgió por una decisión de Isabel y de Maya. La presidenta del PS habló con la senadora y se lo expresó”, comenta una alta fuente de la tienda de calle París 873.
Con la renuncia de Maya Fernández –el mismo día de la del jefe de asesores del Segundo Piso, Miguel Crispi–, se marca la salida del “último eslabón” del equipo que llegó con Boric al inicio de su mandato en Palacio, entre quienes se cuentan Izkia Siches, Giorgio Jackson, Matías Meza-Lopehandía, Irina Karamanos y Manuel Monsalve.
“La salida de Fernández implica que estos personajes ya no forman parte del gabinete, lo que podría cambiar la dinámica política y la estrategia del Gobierno, donde Boric termina su periodo con dos personas que estaban lejos del primer anillo, pero sobre las que el tiempo mostró su eficiencia: Álvaro Elizalde y la ministra Maca Lobos”, sostiene una fuente del Socialismo Democrático.
La molestia del PS con la familia Allende
Según explican conocedores del tema, al interior del Gobierno y en las corrientes mayoritarias del PS –el Tercerismo y el sector de Grandes Alamedas, que lidera la senadora Isabel Allende– había molestia con la familia del expresidente, pero hacían sus comentarios “muy en privado, ya que era un problema grave para los socialistas y para el Gobierno del Presidente Boric”.
Sin embargo, la tónica de cuestionamientos privados de La Moneda la rompió sin rodeos el ministro Elizalde en su primera entrevista televisiva como nuevo jefe de gabinete del Presidente.
En el programa “Mesa Central” de Canal 13, Elizalde fue consultado si con lo de la venta de la casa “no se humilla al partido de Salvador Allende”, donde se citó la frase de bronce del ministro dedicada al Frente Amplio en 2021, cuando se rompieron con este las negociaciones para primarias.
“La forma de administración, a mi entender, tendría que ser completamente distinta. Esto se planteó como pasos. Había un primer paso que era la autorización de la compra; un paso segundo era la compra, que requería el decreto de aprobación; y posteriormente, la implementación para que estas casas sean museo. (…) En el caso de la vivienda del Presidente Allende, producto de la situación de dos de sus propietarias, el Gobierno tomó la decisión de no perseverar con este proceso (de preservar el patrimonio cultural)”, señaló el ministro del Interior.
Los socialistas recuerdan que Boric pidió la renuncia a la entonces ministra de Bienes Nacionales, Marcela Sandoval, pero defendió a Maya Fernández, señalando que “nadie busca hacer un negocio ni enriquecerse a costa del Estado”.
En el entorno de Elizalde deslizan que se consideraba que la situación de la casa representaba un problema para el PS, con una investigación del Ministerio Público, una causa en el Tribunal Constitucional y en el Congreso una acusación constitucional en curso que debía cerrarse.
El expresidente del Partido Socialista había discutido con miembros de su corriente que la situación de Maya Fernández perjudicaba a la colectividad y que, de depender de él, debería dar un paso al costado.
En ese sentido, la actual presidenta del PS, también miembro de la corriente tercerista, consideraba que defender a Fernández representaba un problema significativo, especialmente en un año electoral.
En el comité de senadores del Partido Socialista la relación se tensó. Según un legislador, la senadora Allende dejó de almorzar en el comedor con sus pares, cansada de los cuestionamientos, especialmente de Fidel Espinoza, un senador del Tercerismo cercano a Elizalde.
Aunque la controversia en torno a la salida de la ahora exministra de Defensa, Maya Fernández, generó varias versiones sobre la influencia de Elizalde en esta decisión, fuentes cercanas al ministro indican que la información sobre su rol es errada, ya que “se enteró de la salida de la ministra solo después de que esta fue notificada” y que Elizalde solo entrega opiniones a Boric cuando le pregunta, ya que “a diferencia de Carolina Tohá o Maya Fernández, con Álvaro no son amigos ni pretenden serlo”.
Pese a su renuncia, Fernández aún enfrenta múltiples flancos abiertos, incluyendo la acusación constitucional, una investigación penal que involucra a ella y a su tía, la senadora Isabel Allende, por la venta de la propiedad en Guardia Vieja.
Además, hay una comisión investigadora en curso en la Cámara de Diputados, lo que indica que el tema está siendo examinado de manera más exhaustiva por el Poder Legislativo, lo que podría generar mayor presión sobre Maya Fernández.