
Carolina Leitao: “Le cambiaría el nombre a mi Subsecretaría”
Eso dijo la autoridad al inaugurar “el otro año escolar” el de los niños, niñas y jóvenes que han abandonado el sistema escolar y que han resuelto volver a estudiar en una escuela de reingreso.
–Si pudiera cambiarle el nombre a mi Subsecretaría, la llamaría Subsecretaría de Promoción de Oportunidades y Bienestar en vez de Subsecretaría de Prevención del Delito. Porque eso es lo que buscamos hacer: generar acciones que garanticen calidad de vida para las personas. No se trata solo de hablar de delitos, sino de cómo el Estado puede llegar a tiempo para evitar que esas situaciones ocurran. Y ahí la educación es clave, porque es la mejor herramienta para llegar a tiempo.
Carolina Leitao, a cargo de la prevención del delito en un país que clama por más seguridad, más cárceles y hasta por reponer la pena de muerte dado el incremento de los crímenes al inicio de una polarizada campaña presidencial y parlamentaria, no se anda con chicas. Hasta quiere cambiarle el nombre a la compleja Subsecretaria que lidera.

Santiago, 20.03.2025. El 5 de marzo pasado más de 3 millones de niños, niñas y jóvenes volvieron a la seguridad de la escuela. Pero cerca de 230 mil quedaron fuera. En las esquinas, pateando piedras, a merced del narco y la delincuencia. AGENCIA BLACKOUT
Lo dice sobre el escenario de la escuela de reingreso Betania, de Súmate, fundación del Hogar de Cristo, donde este jueves pasado les habló con pasión y convicción a los asistentes vinculando prevención del delito con la necesidad de que niños, niñas y jóvenes no abandonen la escuela.
La audiencia incluía a su par en la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia; a la diputada Helia Molina; a Rocío Faúndez, directora del Servicio Nacional de Reinserción Juvenil; a Juan Alexis Acevedo, director regional del INJUV; a las autoridades del Hogar de Cristo y de Súmate, incluyendo su directora, Paula Montes; a docentes y sobre todo a los estudiantes.
Betania se ubica en el paradero 30 de Santa Rosa, comuna de La Granja. Acoge a 330 alumnos en doble jornada y es una escuela de segunda oportunidad. Es decir, trabaja con jóvenes que han estado desescolarizados al menos por dos años y que retoman la educación en sistema dos por uno.
–No sólo estoy presente aquí como autoridad, representando al gobierno del presidente Boric, junto a la Subsecretaria de Educación, en este importante inicio de año escolar, sino que también porque la educación ha sido una prioridad en mi vida política. Provengo de una familia donde la educación siempre fue fundamental. Mi mamá es profesora, educadora de párvulos, y desde muy chica en casa escuchaba conversaciones sobre la importancia de la educación inicial y cómo esta se convierte en el motor de desarrollo de las personas. Desde entonces comprendí lo vital que es darles a los niños y niñas oportunidades para jugar, crecer y desarrollarse. Por eso, cuando recibí esta invitación, hice todo lo posible para poder asistir. Hoy tengo que viajar a Valdivia, pensé que no lograría llegar, pero aquí estoy –continúa la subsecretaria Leitao, hablando sobre el escenario.
Me siento entre los estudiantes que la escuchan y pregunto:
–¿Saben quién es la señora que habla?
–Ni idea, quién es –dice el que asume de vocero.
–¿No la han visto en la tele? Sale a cada rato.
Cuando les cuento de quién se trata, uno acota:
–¿Prevención del delito significa que nos van a venir a cuidar?
Risa general de todos.
La segunda oportunidad
Ahora, desde el escenario, la subsecretaria Leitao está interpelando a los estudiantes de manera directa. Les dice:
–La educación garantiza que cada niño y niña tenga derecho a cumplir sus sueños y desarrollar su vocación. Ya sea en el arte, el deporte, la ciencia o cualquier otro ámbito. Porque lo importante no es solo tener un trabajo, sino que ese trabajo tenga sentido, que nos guste hacerlo y que nos permita sentirnos realizados. Las segundas oportunidades son fundamentales en este camino. Muchas veces en la vida ocurren quiebres por situaciones familiares o personales que interrumpen el proceso educativo. Por eso es vital que existan espacios que permitan retomar esas oportunidades.
Betania busca precisamente eso. Inti Tobar (17) está iniciando el ciclo que le permitirá terminar este año tercero y cuarto medio. Él quisiera aprender mecánica y llegar a tener una red de garajes. Ese es su sueño. Ahora tiene una segunda oportunidad para lograrlo.
Fue elegido por la directora de la escuela, Paulina Vivanco, para dar su testimonio como ex alumno excluido ahora reintegrado al sistema. Lo hará en el mismo escenario donde habla la subsecretaria Leitao. De manera espontánea, sin un mensaje escrito, porque no es bueno para escribir.
En una entrevista aparte, nos cuenta: “Yo repetí tres veces en distintas escuelas. Sólo aquí me aceptaron, porque en las demás me rechazaban. Tengo varios problemas de aprendizaje. Creo que mis dificultades partieron con la separación de mis padres”, comenta. Eso sucedió cuando tenía unos 6 años. “Él tiene orden de alejamiento de mí y de mi madre. Era violento, varias veces nos golpeó. Ahora vivo con mi mamá y dos hermanos. Yo soy el del medio; somos todos de distintos padres”.
Inti se llama así por iniciativa de ese papá al que ahora no quiere ver. “Mi nombre significa el hijo del sol, en la cultura inca; eso es lo que me han contado”. Nació en la comuna de San Ramón. Y ahora vive con su madre y sus hermanos en una pieza que arriendan en La Granja, muy cerca de donde está la escuela Betania. Su mamá trabaja cuidando niños y limpiando casas. Con esos ingresos, sostiene el hogar, pero Inti no considera que ellos sean pobres. “Somos de clase media”, afirma. “La pobreza para mí no es sólo falta de casa o de abrigo; es falta de educación y de respeto. Ahora, en nuestra casa hay educación y respeto”. Y luego hace un reconocimiento:
–Honestamente, no me quedó mucho de lo que hablaron las autoridades que hoy día nos visitan. Yo no repito las cosas cuando no las entiendo. Yo creo que a Chile le falta trabajo y oportunidades para surgir. Creo en las escuelas de segunda oportunidad, como ésta. A mí Betania me ha ayudado caleta, porque yo no tuve oportunidades o si las tuve me las cerré yo mismo, y ahora me ofrecen una, que es terminar el cuarto medio.
Traduciendo en el celular
Carolina Leitao, quien como alcaldesa estimuló la creación de escuelas de segunda oportunidad, así como aulas de reingreso, en la comuna de Peñalolén, al terminar sus palabras en Betania, hizo un llamado:
–Por último, quiero dejarles una buena noticia: soñar es gratis. Y quiero invitarlos a soñar, sin limitarse ni pensar que sus sueños no se pueden cumplir. Como autoridades, no hacemos milagros, eso se lo dejamos a Dios, pero sí tenemos la obligación de generar condiciones para que ustedes puedan alcanzar sus metas. Si se construye un skate park, por ejemplo, es porque alguien soñó con eso. Lo mismo ocurre con una plaza o un espacio para la música. Cada uno de esos proyectos nace de un sueño que alguien tuvo. Así que no dejen de soñar y exíjannos que trabajemos para ayudarlos a cumplir sus metas. Estamos aquí a eso.
Aplauso cerrado de las autoridades.
El acto de este singular “inicio del otro año escolar”, el de las escuelas de reingreso, continúa con la presentación de Jean Pierre Fritzcie Marah Sheinica (16), quien es alumna de primero y segundo medio. Tímida y reconcentrada en sí misma, sin mirar al público, se impone con la belleza y potencia de su voz, interpretando una canción de Brooke Butler, “Like a Wave”.
Luego con su escaso español y la ayuda del traductor del celular, nos contará que está desde hace un año en Chile. Que salió de Puerto Príncipe directo al aeropuerto de república Dominicana, donde con un pasaje de avión que le mandó su mamá desde Santiago, voló por primera vez en su vida. “Mi mamá vive en Chile desde hace 7 años. Hace dos, trabaja en el metro Ñuble, limpiando la estación. Es aseadora”, explica. Dice que son cinco en su casa y que aquí es mejor que en su país, donde “no hay trabajo, sí mucha pobreza. Y es peligroso”. De Chile le gustan “los completos”. Aunque no se siente discriminada ni mal tratada, reconoce que no tiene ninguna amiga chilena.
Inti interviene diciendo que en el colegio Betania hay cinco alumnos haitianos. Marah y su hermana menor, que cursa séptimo y octavo básico, son parte de ese pequeño grupo, que necesita con urgencia clases de español. “Pero acá el problema permanente es la falta de recursos”, sostiene Paulina Vivanco, la directora, cuando nos explica con pesar que no tienen un curso de español para los alumnos, como Marah. Necesidades tan claras como ésta, justifican este inicio del año escolar distinto, con el que Súmate busca interpelar a los legisladores que llevan años sin aprobar el financiamiento que necesitan las escuelas de reingreso. Impresiona la lentitud en un tema que debería ser prioritario, más cuando se estima que son unos 230 mil los niños, niñas y jóvenes los que hoy están excluidos del sistema escolar.
“A mí me gustaría aprender a tocar piano y violín, pero acá los talleres son de gastronomía y peluquería”, comenta la talentosa Marah, cuyas dotes para el canto se desarrollaron en la iglesia protestante a la que asistía su familia en Puerto Príncipe. Fue su mamá quien contó en la escuela de La Granja que cantaba y ahora se luce sobre el escenario, aunque sería genial que alguien puliera esa condición natural y le ayudara a cumplir su sueño de estudiar música.
Habrá que ver si los legisladores y las autoridades de educación reaccionan a lo que debería ser prioritario: devolver su derecho a la educación a los niños, niñas y jóvenes más vulnerables. Si no lo hacen por convicción democrática, que lo hagan para prevenir que no caigan en manos del narco y de otro tipo de padrinos, porque es evidente que ahí hay un riesgo evidente. “Para llegar a tiempo”, como insistió en decir la subsecretaria de Prevención del Delito, Carolina Leitao.