
“Necesito yo tener mi comodidad”: Padre de detective asesinado fustiga cambio de penal de imputado
Pablo Valdés, padre del oficial de la PDI muerto a tiros por Luis Vásquez Villena, dice que ad portas del cierre de la investigación, trasladar al imputado desde la cárcel de Rancagua a La Serena constituye un privilegio y, además, un evidente peligro de fuga.
—Quiero ver a mi familia, tener visitas… ¿me entiende, no? —planteó el 12 de marzo recién pasado el delincuente Luis Vásquez Villenas, más conocido como “Lucho Plátano” a la jueza del 12 Juzgado de Garantía de Santiago, Alejandra Muñoz.
Vásquez, autor confeso del homicidio del oficial de la PDI Daniel Valdés, a quien asesinó en febrero de 2023 en las afueras de su casa, en La Cisterna, está próximo a enfrentar un juicio oral por ese crimen, pero además está formalizado por otros dos homicidios consumados y otros en carácter de frustrado.
Tras ser detenido por la PDI, pocas semanas después el asesinato del subcomisario Valdés, fue enviado al módulo de máxima seguridad de la cárcel de Rancagua, desde donde -según dijo en la audiencia su abogado defensor, Jairo Casanova- Gendarmería comenzó a restringirle las visitas y encomiendas, a fines del año pasado, para posteriormente pedir que fuera trasladado a la cárcel de La Serena, idea que finalmente terminó siendo del gusto del imputado.
—¿Prefieres irte a La Serena, entonces? porque La Serena está muy lejos de Santiago, me refiero —le preguntó a continuación la magistrada.
La vehemente respuesta inicial de Vásquez no se entiende, debido a la saturación del micrófono por el cual hablaba, desde la cárcel de Rancagua, pero su posición final al respecto fue clara:
—Necesito yo tener mi comodidad igual, en todo sentido, ¿me entiende?
—Está bien Luis, si lo entiendo, ya Luis, está bien —culminó la jueza, para luego acceder al traslado propuesto y al deseo del interno, el cual, como expuso previamente el abogado de Gendarmería, había sido expulsado de todos los módulos del penal y había sido lesionado por otros reos, por lo cual su permanencia en Rancagua era inviable.
A lo anterior se opone la familia de Daniel Valdés, la que considera que enviar a “Lucho Plátano” a La Serena en el fondo constituye un premio, máxime porque luego de que Vásquez fuera sacado del módulo de máxima seguridad de Rancagua, en noviembre pasado, hubo una orden judicial que ordenaba regresarlo allí, lo que no fue cumplido por la institución carcelaria.
Pablo Valdés, padre del malogrado detective, señala al respecto que el traslado de Vásquez es “una aberración”, puesto que ante la respuesta de Gendarmería en orden a que ya no existían más módulos donde recluir al preso, “se le facilitan las cosas” por parte del Poder Judicial, argumentando que “en la audiencia se le da una especie de premio, donde privilegia la magistrada al tipo, quien le pregunta como cabro chico si realmente se quiere ir a Rancagua y el tipo apela diciendo que quiere más comodidad”.
Todo lo anterior, precisa Pablo Valdés, “para nosotros como familia es realmente doloroso, es impactante que se le den privilegios a la delincuencia. Este tipo debiera estar con recluido en algún centro penitenciario, aislado, con máxima severidad”, pues lo calificó como “un delincuente realmente avezado que mató a tres personas y a un Policía de Investigaciones”.
El traslado del imputado, además, coincidió con el cierre de la investigación, la que debería dar paso -después de que la fiscalía emita la respectiva acusación- a la audiencia de preparación de juicio y al juicio propiamente tal, el que se estima se debería realizar hacia mediados de año.
Frente a ello, Valdés plantea que “se cierra la investigación también con poca regularidad, con diligencias que no fueron culminadas, entonces para nosotros queda una insatisfacción tremenda” y que por ello “quisiéramos tener algo de tranquilidad con respecto a la reclusión de este criminal, sin embargo no nos da la certeza de que este tipo allá tenga un aislamiento en la cárcel de La Serena” y, de hecho, temen que se pueda fugar desde dicho penal. “Esa es para, nosotros, la gran preocupación” indica.
Las dudas
Cabe recordar que según la versión de “Lucho Plátano”, quien dirigía a una pandilla de menores de edad dedicados al robo de autos y al tráfico de drogas en la zona sur de Santiago, la noche del crimen él salió a “toquear” (es decir, a robar autos) junto a un sujeto que hacía las veces de chofer suyo.
Siempre de acuerdo con el testimonio que prestó ante la policía y los fiscales del caso, al pasar afuera de la casa de Daniel Valdés, quien a eso de las 21.30 horas regaba el pasto y conversaba con un vecino, decidió robar el automóvil Mazda del policía, para lo cual hizo que su conductor girara en U, tras lo cual se bajó y, sin siquiera decir algo, lanzó una ráfaga de disparos contra su víctima, quien alcanzó a sacar su pistola, pero ya era demasiado tarde.
Dicha historia, sin embargo, no convence a la familia, que está convencida de que hay mucho más de fondo, incluyendo una misteriosa videollamada recibida por otro delincuente habitual, Luis Lobos Alarcón, un sujeto condenado por homicidio que se encontraba justamente internado en el penal de Rancagua, que esa noche dijo a Vásquez Villenas que lo llamara cuando llegara a su casa y que él se quedaría viendo las noticias “hasta que salga la wea”, en lo que para los deudos del oficial es una clara referencia al crimen, en el cual una de las hipótesis que manejan es que “Lucho Plátano” haya actuado como sicario, contratado por terceros, que podrían ser narcotraficantes de la zona sur de Santiago, entre otras probabilidades.