
Primera condena contra un miembro de “Los Orientales”: 30 años por tráfico y trata de personas
Banda rival del Tren de Aragua –con el cual se encuentra “en guerra”– había colonizado departamentos de dos edificios del centro de Santiago, donde explotaban sexualmente a menores de edad, las cuales también eran trasladadas hasta lujosos hoteles de la zona oriente de la capital.
El venezolano John Castrillón Tejeda se convirtió en el primer miembro de la banda de “Los Orientales” en ser condenado en Chile, en el marco de una megainvestigación que lleva en contra de esa organización criminal transnacional la fiscal Carolina Suazo, de la Fiscalía Centro Norte, junto con la Brigada Investigadora de Trata de Personas de la PDI.
Como ha informado El Mostrador, “Los Orientales” son una agrupación delictiva nacida al interior del penal de Puente Ayala, Venezuela, cuyos líderes forjaron hace algunos años una alianza con el Tren de Aragua (TDA), una suerte de entendimiento de buena voluntad, por medio del cual incluso llegaron a compartir mercados criminales.
En efecto, varios departamentos de al menos dos edificios del centro de Santiago, los ubicados en Huérfanos 1400 y Merced 562, fueron utilizados por las estructuras de comercio sexual de ambas organizaciones para ofrecer allí mujeres que atendían por horas, en condiciones muy cercanas a la esclavitud. En el primer edificio han ocurrido a lo largo de los años una serie de hechos de sangre, mientras que en el segundo se han efectuado importantes decomisos de droga pertenecientes a bandas criminales colombianas.
Aunque “Los Orientales” y el TDA vivieron en paz por al menos dos años, hacia mayo de 2022 estalló una fuerte rivalidad entre ambos, que incluyó no solo el secuestro de los líderes de “Los Orientales”, sino también el asesinato del jefe de la “plaza de las mujeres” del Tren de Aragua en Santiago, Frankeixis Vargas, lo que detonó una serie de homicidios en distintas partes de Santiago, incluyendo dos quíntuples asesinatos cometidos por el TDA en “parcelazos” en la comuna de Lampa, en uno de los cuales –como sabemos ahora– incluso participó en forma personal el líder máximo del grupo en Chile, Carlos Gómez, más conocido como “Bobby de Cagua”.
La investigación
En medio de la guerra entre las dos bandas criminales, la PDI comenzó a investigar también a “Los Orientales”, indagatoria que hoy tiene a 39 de sus miembros identificados, pero todo comenzó cuando dos menores de edad, que estaban semiesclavizadas en uno de los edificios antes mencionados, se las arreglaron para escapar de allí, llegando hasta una unidad policial, donde denunciaron lo que les sucedía, lo que permitió la detención de John Castrillón Tejeda.
De acuerdo con el veredicto emitido por el Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, en la indagatoria se estableció que en el caso de ambas menores, una colombiana y la otra venezolana, “fueron captadas mediante engaño para venir a Chile a trabajar como modelos web cam, ofreciéndoseles costear los gastos de traslado, alimentación y hospedaje, para lo cual se les cobraría la suma de $ 4.500.000 (cuatro millones quinientos mil pesos) colombianos, ascendentes a aproximadamente U$ 1000”.
Tal como sucede con todas estas víctimas, las hicieron viajar en forma terrestre, entrando y saliendo de los distintos países por medio de pasos clandestinos, portando además documentación falsificada, según la cual eran mayores de edad. Sin embargo, al llegar les dijeron que debían 4.5 millones de pesos chilenos por el viaje y que debían cancelarlo con trabajo sexual. En otras palabras, les aplicaban la “multa”, como llaman las organizaciones criminales a esa especie de impuesto, al cual suman además un cobro adicional por cada cliente atendido.
Para ello, las encerraron en un departamento del edificio de calle Merced, donde –dicen los jueces– “permanecieron cautivas” en poder de un sujeto llamado Emanuel Tesara. El fallo también indica que “destaca la presencia de líderes que estaban a cargo de las menores de edad, de personas denominadas ‘llaveros’, que se encargaban de ubicar clientes para la explotación sexual y de taxistas, que eran sujetos a cargo de su traslado, custodia y recepción de dineros por concepto de los servicios sexuales, los que eran pagados en efectivo o vía transferencias bancarias”.
Justamente las labores iniciales de Castrillón inicialmente se limitaban a trasladar a las jóvenes cuando estas prestaban servicios sexuales en otros lugares, uno de los cuales era un lujoso hotel de la zona oriente.
Asimismo, Castrillón “también efectuaba coordinaciones de los servicios sexuales, compra de tarjetas SIM para efectuar las publicaciones en las páginas web para ofertar los mismos, como también servir de traslado en casos determinados, como aconteció el 30 de junio de 2022 cuando John Castrillón debió concurrir en auxilio de Emanuel Tesara, a propósito del homicidio de otro sujeto ‘taxista’ de la organización”, en referencia al crimen cometido esa noche en Puente Alto en contra de dos miembros del grupo, como represalia por el asesinato de Frankeixis Vargas, que había acontecido esa madrugada.
Del mismo modo, quedó establecido que las menores de edad eran engañadas para viajar a Chile y que en Santiago “eran explotadas sexualmente bajo amenaza de muerte”.
Ante el cúmulo de evidencias, los miembros del Tribunal Oral decidieron imponer una pena de 30 años en contra del imputado, por los delitos de tráfico ilegal de migrantes y de trata de personas con fines de explotación sexual en calidad de reiterados.
Al respecto, la fiscal Suazo explicó que se trata de una condena importante, no solo por la gran cantidad de años que recibió el condenado, sino porque “se trata del primer imputado que pudo ser detenido días después del rescate de las víctimas en este caso”, explicando que “se encuentra pendiente la presentación de acusación respecto de los otros integrantes de esta organización criminal, que fueron individualizados con posterioridad”.