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House of Cards en el Vaticano: el papel de Fernando Chomali en la elección del nuevo papa PAÍS Jesús Martínez/AgenciaUno

House of Cards en el Vaticano: el papel de Fernando Chomali en la elección del nuevo papa

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Como un puente entre los extremos más conservadores y liberales del purpurado ven varios entrevistados al cardenal chileno, ad portas de un cónclave en el cual se prevé un escenario semejante al que se produjo tras la muerte de Paulo VI, en 1978.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Fernando Chomali será el único cardenal chileno que votará en el próximo cónclave. Aunque no se le considera papabile, se le valora como figura de equilibrio entre sectores conservadores y progresistas. Tiene una postura activa sobre la causa palestina y podría influir en la elección de un Papa con sensibilidad en ese tema. Su historial incluye oposición al nombramiento de Juan Barros y cercanía con sectores diversos dentro y fuera de la Iglesia.
Desarrollado por El Mostrador

El cardenal Fernando Chomali Garib será el único representante de Chile en el grupo de 138 cardenales que elegirán al próximo sucesor del papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio), en un cónclave que se realizará en la Capilla Sixtina, donde participarán todos los purpurados menores de 80 años de la Iglesia católica, restricción etaria por la cual están impedidos de participar los otros dos cardenales chilenos: Ricardo Ezzati y Francisco Javier Errázuriz. 

“Me emociona mucho representar a Chile. Voy a representar a la Iglesia chilena, pero también voy a representar a todos los chilenos de buen corazón que creen y valoran lo que hace la Iglesia católica en el mundo hace dos mil años y que lo seguirá haciendo”, expresó Chomali, pocas horas después de la muerte del papa argentino.

Por supuesto, sabe muy bien –como lo saben todos los demás votantes– que la elección de un nuevo papa es un despliegue de diplomacia, poder y estrategia, donde lo que está en juego no es solo la cabeza de una institución que posee más de 1.500 millones de fieles en el mundo, sino que además es un actor político de primer orden.

Como señala un académico cercano a la Iglesia –motivo por el cual pide reserva de su nombre–, todo hace prever que en esta elección se va a producir una situación muy semejante a la que ocurrió a contar de 1978, luego de la muerte de Paulo VI (Giovanni Battista Montini), un hombre de talante progresista, a quien sucedieron Juan Pablo I (Albino Luciani, quien falleció a los 33 días de haber asumido) y Juan Pablo II (Karol Wojtyla), un conservador que endureció la línea de la Iglesia católica en temas como el aborto, el matrimonio homosexual o el control de la natalidad. 

Se trata, justamente, de temas frente a los cuales Bergoglio mostró una mayor apertura, frente a lo cual el mismo académico señala que “a la deriva conservadora le interesa que el siguiente papa sea un conservador también y se van a jugar por completo para ello”. Y, ojo –como explica la misma fuente–, no se trata solo de un juego de poder en la Iglesia católica, sino que a nivel global.

Otra persona que habló bajo condición de anonimato con El Mostrador y que pertenece a la Iglesia católica chilena, dijo en ese sentido que, independientemente de que 110 de los actuales votantes hayan sido designados como cardenales por Francisco, eso no garantiza per se que vayan a votar por su continuidad, haciendo presente que “hay un sector conservador muy fuerte, vinculado sobre todo a cardenales de Estados Unidos y algunos países europeos, que sin duda vienen trabajando hace rato ya en la sucesión”.

Entre los líderes del sector se menciona como papabile al cardenal estadounidense Raymond Burke, uno de los principales opositores que tuvo en vida Jorge Bergoglio, un sacerdote que defiende la misa tridentina (en latín y en la cual el cura da la espalda a los feligreses) y que además ha alabado públicamente a Donald Trump, de quien destaca que “defiende la vida desde su concepción”. De hecho, se lo menciona como el candidato del presidente de Estados Unidos, para quien hay un tema fundamental en el cual tenía una discordancia evidente con Francisco: la guerra de Gaza. 

De hecho, en su última bendición Urbi et Orbi, Bergoglio pidió un “cese al fuego en Gaza, que se liberen rehenes y se preste ayuda a la gente”.

Un conservador/progresista

En medio de ese panorama, ambas fuentes, así como otras consultadas al respecto, reconocen que es complejo encasillar a Chomali en alguna tendencia específica. El profesor universitario citado al inicio señala que, si se lo mira en abstracto, es un conservador clásico, especialmente por provenir de una familia acomodada, haber estudiado en la Universidad Católica y, luego, haberse especializado en bioética desde la perspectiva católica. 

Sin embargo, precisa, “cuando se fue a Concepción y empezó a convivir con otras realidades, como la de los mineros del carbón o los mapuches, empezó a tener una visión más progresista, y es por ello que registra simpatías no solo en la derecha tradicional, sino también en la izquierda”. Por ello –vaticinan varios entrevistados–, es una suerte de puente entre mundos disímiles.

A lo anterior se suman otros elementos que tiene a su favor, como que, cuando Francisco asumió en 2013, a los casos de corrupción financiera en la Iglesia se sumaban las acusaciones de abuso sexual en distintos países y es justamente en ese campo donde Chomali –a diferencia de sus antecesores– se convirtió en un obispo de alto perfil, pues en 2015, siendo arzobispo de Concepción, viajó al Vaticano a tratar de convencer al papa de no nombrar a uno de los discípulos de Fernando Karadima, Juan Barros, como obispo de Osorno. 

No lo logró (y tres años más tarde, en Chile, Bergoglio siguió defendiendo a Barros), pero la actitud de Chomali fue muy valorada. Como expresa una de las fuentes: “Supo ponerse en la vereda correcta en el principal escándalo que ha afectado a la Iglesia en los últimos años”.

Por cierto, ninguna de las personas entrevistadas, al igual que el propio Chomali, cree que este tenga alguna posibilidad de ser ungido papa, aunque muchos coinciden en que es muy probable que el actual jefe de los católicos chilenos sea un articulador entre las distintas sensibilidades que se encontrarán en el Vaticano. 

“Una bisagra entre los dos tercios”

Si bien es poco probable –por no decir nula posibilidad– que el nuevo papa sea de Latinoamérica, el rol de los purpurados de esta parte del mundo puede ser trascendente, asegura el teólogo, doctor en Filosofía y rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Álvaro Ramis, debido a que esta zona representa la “posición más bergogliana de todas”. 

Según detalla, el cuerpo de cardenales está dividido en tres tercios: un grupo duro a favor de Jorge Bergoglio; uno absolutamente opuesto, de matriz conservadora; y otro intermedio, que podría girar en cualquiera de las direcciones. En este último segmento –asegura Ramis– se encontraría Fernando Chomali, siendo una suerte de “bisagra entre los otros dos tercios”.

Yo creo que ese es un punto donde Chomali podría incidir, en términos de inclinar la balanza, particularmente en algunos temas que para él son sensibles, como el tema palestino. O sea, sería proclive a elegir un papa que tenga alguna capacidad de incidencia en ese conflicto. Yo creo que esa es una de sus prioridades”, asegura Ramis, apuntando a que uno de los candidatos que corre en esa línea es Pierbattista Pizzaballa, cardenal italiano nombrado patriarca latino de Jerusalén. 

Respecto de la guerra en Gaza, el actual arzobispo de Santiago, que tiene ancestros palestinos y se identifica como tal, no solo ha realizado liturgias ecuménicas respecto del tema, sino que en su calidad de Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica (PUC) se mostró partidario de revisar los convenios de esa casa de estudios con Israel, tras las protestas estudiantiles pro Palestina en la universidad, aunque diciendo que “hay que ver las consecuencias, especialmente para los más pobres”, argumentando que si el convenio con Israel beneficiaba a este segmento socioeconómico, romperlo sería castigar a “personas que no tienen nada que ver en el conflicto”.

Tener una posición clara respecto de la realidad geopolítica que se vive en Gaza, advierte el doctor en Historia y especialista en historiografía religiosa, Marcial Sánchez, puede influir en la elección del próximo papa, debido a que este “debe hacerse cargo de la realidad que está viviendo Occidente”

El papa Francisco, agrega Sánchez, pidió revisar “si en la Franja de Gaza se había cometido un genocidio, trató de mediar en la guerra de Ucrania y Rusia, donde no le fue bien, y en la relación de Estados Unidos con Cuba, en tiempos de Obama, donde tampoco le fue bien”. 

Es por esta razón que valora la mirada política de Chomali, quien debe “estar a la altura de las circunstancias, entendiendo que ha tenido una posición activa al respecto, por eso me parece bien su postura como cardenal, más aún en medio de una realidad tan compleja como la que se está viviendo en ese lugar”. 

A su vez, el exembajador de Chile en Irak, Egipto y Jordania, Nelson Hadad, conoce a Fernando Chomali de cerca y ha participado de las misas realizadas por él con la comunidad palestina. La preocupación del arzobispo acerca de la situación de Gaza y Palestina, asegura el diplomático, es “muy clara y directa”. 

Tiene una posición definida, sin espacio para la ambigüedad y los eufemismos. Por eso, si está en sus manos la posibilidad de influir para la elección de un papa que sea proclive a una paz justa y duradera, y que pase por la solución de los dos Estados, yo creo que él definitivamente lo hará”, concluye.

 

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