Cuando en la cercanía de cualquier hogar comienza a construirse un edificio, los ruidos aumentan. Es el costo del progreso, suele decirse y muchas veces hay desamparo de los afectados. Sin embargo, la Contraloría zanjó el tema definitivamente, en torno a las sanciones que reciben las constructoras cuando superan límites legales de contaminación acústica, sobre todo cuando son fuentes fijas, como señala un instructivo de la Secretaría General de la Presidencia.
Cuando en la cercanía de cualquier hogar comienza a construirse un edificio, los ruidos aumentan. Es el costo del progreso, suele decirse y muchas veces hay desamparo de los afectados.
Sin embargo, la Contraloría zanjó el tema definitivamente, en torno a las sanciones que reciben las constructoras cuando superan límites legales de contaminación acústica, sobre todo cuando son fuentes fijas, como señala un instructivo de la Secretaría General de la Presidencia.
Sucede que Lorenzo Constanz, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CCHC) recurrió junto con la empresa Tecsa ante el organismo fiscalizador, con el fin de que se modificara el criterio respecto de los ruidos molestos que provoca levantar un edificio. Ello porque la autoridad sanitaria ha cursado varias infracciones por este tipo de hechos, las que alcanzan, en algunos casos a más de $ 100 mil. Si bien es cierto el monto puede no ser muy elevado, el tema es que si los fiscalizados no modifican el nivel de ruidos, el parte se repite. Y se van sumando.
Tanto la CCHC y Tecsa argumentaron que la autoridad no comprendía que existe maquinaria especializada para determinadas faenas que produce ruido y en oportunidades se superan los límites permitidos. Y en ese sentido, los fiscalizadores debían ser criteriosos, porque de lo contrario la eficiencia empresarial decaía con sanciones de este tipo.
Básicamente, la Contraloría indicó, en el dictamen 28.126 del 29 de mayo pasado, que la autoridad puede cursar todas las infracciones que estime convenientes en contra de las constructoras que no respetan las normas. En otras palabras, el documento también es un respiro para los afectados con este tipo de ruidos.