A todo trapo fue la cena en CasaPiedra en que los máximos dirigentes de la UDI formalizaron la candidatura a diputado por el distrito 23 de Ernesto Silva Méndez, el lunes 8 de septiembre. Él es el hombre en que la derecha tiene puestas todas sus fichas para mantener el doblaje en Las Condes, el único que ostenta el sector desde 1993 cuando Carlos Bombal y Andrés Allamand llegaron a la Cámara Baja.
A todo trapo fue la cena en CasaPiedra en que los máximos dirigentes de la UDI formalizaron la candidatura a diputado por el distrito 23 de Ernesto Silva Méndez, el lunes 8 de septiembre. Él es el hombre en que la derecha tiene puestas todas sus fichas para mantener el doblaje en Las Condes, el único que ostenta el sector desde 1993 cuando Carlos Bombal y Andrés Allamand llegaron a la Cámara Baja.
Pero no todo fue vida social, ya que en época de campaña el bien más escaso y más necesario para los candidatos -sobre todo para los novatos- es el dinero. Por lo mismo, los cerca de mil «invitados» debieron actuar con generosidad y abrir sus billeteras, porque para disfrutar del menú y de los encendidos discursos de algunos de sus más notables representantes tuvieron que cancelar nueve mil pesos.
Todo sea por mantener el doblaje, mismo que no está asegurado desde el momento que el nieto emblemático del fallecido general Augusto Pinochet, Rodrigo García, decidió lanzarse a una dudosa candidatura independiente en este distrito, haciendo caso omiso a gestos, llamados y ofrecimientos varios de la derecha para deponer su aspiración. Misma que pese a no resultar exitosa, bien podría permitir que la Concertación concretara la antigua aspiración de recuperar el cupo que alguna vez fue de la DC, con Eliana Caraball Martínez.
Por su parte, Ernesto Silva tuvo una breve figuración pública durante el 2008, cuando la UDI pretendió levantar su candidatura a alcalde por la comuna, motivada por los desencuentros con el jefe comunal Francisco De La Maza. Pero este último se impuso y el gremialismo prefirió no enfrentar a ambos, sobre todo ante la posibilidad cierta de que fuera Silva quien perdiera, según lo mostraban algunos sondeos.