En La Moneda confirmaron la salida de Dammert, como también que al menos hace cuatro o cinco meses ya no cumplía las funciones de asesora clave, primero del subsecretario Mahmud Aleuy, y posteriormente también del ministro del Interior, Jorge Burgos, sino que había sido defenestrada a un área de menor importancia en Interior, debido a las tensiones que el año pasado provocó al interior del gobierno que se hiciera público su vínculo con un ex agenta de la DINA que se encontraba prófugo.
Después de varios meses cumpliendo funciones menores a su papel de asesora clave en materia de seguridad en el Ministerio del Interior, el viernes 4 de marzo la cuestionada socióloga Lucia Dammert renunció a su cargo a La Moneda, cerrando así su polémico desempeño en la administración bacheletista.
En La Moneda confirmaron la salida de Dammert, como también que al menos hace cuatro o cinco meses ya no cumplía las funciones de asesora clave, primero del subsecretario Mahmud Aleuy, y posteriormente también del ministro del Interior, Jorge Burgos, sino que había sido defenestrada a un área de menor importancia en Interior, debido a las tensiones que el año pasado provocó al interior del gobierno que se hiciera público su vínculo con un ex agenta de la DINA que se encontraba prófugo.
El suegro de Dammert es el ex agente de la DINA Daniel Cancino Vargas, segundo a bordo del llamado “Grupo Vampiro” de la Brigada Caupolicán que dependía directamente de Miguel Krassnof y que en octubre del 2014, fue condenado a quince años de cárcel efectiva por el secuestro calificado de Carlos Guerrero, detenido desaparecido.
Cancino estuvo prófugo durante siete meses, en paralelo a que Dammert cumplía funciones en La Moneda liderando el equipo de asesores en materia de seguridad ciudadana y participando de lleno las reuniones semanales tanto con Carabineros como con la PDI. Finalmente fue capturado en agosto del año pasado, donde salió a la luz pública el vínculo familiar con la entonces asesora de gobierno, lo que desató bastante ruido en la administración bacheletista.
En esos días en La Moneda explicaron que el problema de la situación de Damert tenía dos aristas no menores: su vínculo familiar con un violador de DD.HH. y la delicada situación en que queda al interior del Gobierno, considerando que dada su condición de experta y asesora de Aleuy y Burgos en materias de seguridad ciudadana, se sentaba todas las semanas con Carabineros y la Policía de Investigaciones, accediendo a información sensible.
En ese momento, el ministro y el subsecretario conversaron el punto y resolvieron aplicar el criterio de no responsabilizar a una persona por las acciones de sus familiares.
Pero ese no había sido el único episodio donde la socióloga había sido foco de cuestionamientos. Después que en septiembre del 2014 estalló la bomba en el subcentro del metro Escuela Militar, comenzaron a surgir críticas soterradas a la presencia de Dammert en el comité policial. La desconfianza provenía especialmente de las policías, que miraban con recelo que su contraparte fuera una mujer y además, de nacionalidad peruana.
Varios en La Moneda la defendían entonces y argumentaban machismo y racismo contra Dammert, añadiendo que la académica llevaba ya una década viviendo y trabajando en Chile.
Pero la situación de su suegro fue más compleja y en La Moneda confesaron que después de eso, fue efectivamente relegada a funciones de menor responsabilidad hasta su renuncia este viernes.
