El “aguilerismo” –como ya se le dice informalmente en el partido– lejos de retroceder, ganó más fuerza en el PS y aumentó de manera considerable su representatividad en el comité central, porque, si actualmente tiene entre 7 y 8 escaños, ahora quedará con casi 16 miembros afines al cuestionado jefe comunal de San Ramón.
Cuando se destapó el 2017 escándalo de las narcorredes en San Ramón y su alcalde PS, Miguel Ángel Aguilera, quedó en el ojo del huracán, el grueso de los dirigentes y parlamentarios socialistas rasgaron vestiduras en público y en privado advirtiendo de los riesgos de esta situación, como también de la existencia de un padrón de militantes abultado a punta de clientelismo que distorsionaba la voluntad de las bases del partido.
Casi dos años después, Aguilera tiene hoy más fuerza interna en el PS, incluso a pesar de que ya no milita activamente en la colectividad y así quedó en evidencia tras las polémicas elecciones que realizó el socialismo el 26 de mayo, para definir su nueva mesa directiva y comité central.
Si bien han pasado más de quince días desde dichas elecciones y aún no hay un cómputo oficial definitivo del 100% de las mesas de votación, hay cifras que ya son claras.
El “aguilerismo” –como ya se le dice informalmente en el partido– lejos de retroceder, ganó más fuerza en el PS y aumentó de manera considerable su representatividad en el comité central, porque, si actualmente tiene entre 7 y 8 escaños, ahora quedará con casi 16 miembros afines al cuestionado jefe comunal de San Ramón.
No solo eso, ya se sabe que su hermana, Mónica Aguilera, obtuvo individualmente más de dos mil votos, lo que no solo le aseguró un asiento en el central, sino que superó a varias figuras socialistas de nivel nacional y se instaló como la cuarta más votada del PS, detrás de Maya Fernández, Álvaro Elizalde e Isabel Allende. Con eso, todo indica que sería la próxima vicepresidenta de la mujer del socialismo.
El hecho no deja de espantar y preocupar a varios en el PS, porque la hermana de Aguilera obtuvo toda su votación concentrada en comunas de la zona sur de Santiago, no solo en San Ramón, sino también en El Bosque, San Bernardo, Buin y Lo Espejo. Comunas en las que se ha advertido hace rato ya el problema del llamado “partido ficha”, militantes que no hacen vida partidaria, que ni siquiera comulgan con los valores de la colectividad, que responden a prácticas clientelares, solo aparecen para las elecciones y responden a un caudillo puntual.
Así, no sin incomodidad, en estos días en el PS se comenta que el cuestionado alcalde tiene como objetivo convertirse en “el patrón de la zona sur” y los resultados de la interna socialista, al menos por ahora, lo acercaron a ese objetivo.
