Ninguno de los dirigentes de derecha convocados aceptó la invitación y el único personaje del sector que apareció fue Jorge Saint Jean, expresidente de Evópoli y cercano colaborador de Joaquín Lavín. En la coalición oficialista dijeron que la ausencia masiva no tenía dos lecturas: por ahora no habría agua en la piscina para ningún tipo de entendimiento ni conversación con Nueva Clase Media (NCM), la colectividad que fundó el extimonel del PRI.
El 20 de julio se hizo el lanzamiento oficial del «partido» Nueva Clase Media, que surgió del grupo escindido del PRI y liderado por quien fuera el timonel de dicha colectividad, Eduardo Salas. Se invitó a todos los presidentes de Chile Vamos para hacer un guiño al oficialismo, pero nadie llegó a la ceremonia, ninguno de los dirigentes de derecha convocados aceptó la invitación y el único personaje del sector que apareció fue Jorge Saint Jean, expresidente de Evópoli y cercano colaborador de Joaquín Lavín.
Consultados los dirigentes de Chile Vamos por el “vacío” que le hicieron a Salas y su invitación, en la derecha dejaron en claro que la ausencia masiva no tenía dos lecturas: por ahora no habría agua en la piscina para ningún tipo de entendimiento ni conversación con Nueva Clase Media (NCM). «Sería ganarse un problema gratis», afirmaron en la coalición.
La única autoridad de Gobierno que tiene el PRI en la actual administración piñerista, es la subsecretaria de Bienes Nacionales, Alejandra Bravo –esposa de Salas y cercana a la ministra Cecilia Pérez–, quien ya habría comunicado su decisión de salirse de la colectividad para sumarse a NCM.
El quiebre de Salas con el PRI fue ruidoso y no pasó inadvertido para nadie en la derecha. Se habló de una suerte de «golpe blanco» de parte de Hugo Ortiz de Filippi, actual timonel de la colectividad, quien 24 horas antes de que se cerrara el plazo de inscripción de listas y sin previo aviso a la directiva de entonces, inscribió su candidatura, la que resultó vencedora.
De ahí en adelante comenzó una lucha descarnada entre Salas y De Filippi, con acusaciones cruzadas, partiendo por las declaraciones del sector de Salas que apuntaron a que la nueva directiva había asumido de forma irregular, lo que llevó a La Moneda a sacar por un tiempo al PRI de la reunión del comité político del oficialismo, los lunes en Palacio.
Si la subsecretaria Bravo efectivamente deja el PRI a fin de año, dicha decisión abriría el espacio para que De Filippi insista en su viejo anhelo: ocupar su espacio en el Gobierno con otro nombre, un cercano a él, punto que ya le habría planteado expresamente al Presidente Sebastián Piñera.
Nueva Clase Media debe entregar al Servel la escritura de constitución, para dar inicio a la inscripción de militantes en todas las regiones del país.
En la nueva colectividad trataron de bajarle el perfil al desaire de Chile Vamos e insistieron en que no está entre sus primeras prioridades ingresar a la coalición de derecha y rescataron como importante que el Presiente Piñera «los valore».