En el Gobierno explicaron que el poderoso jefe de asesores del segundo piso de La Moneda estaba acostumbrado a resolver temas de fondo en materia económica con personajes como Felipe Larraín (exministro de Hacienda), conocido por su pragmatismo, o con el ex titular de Trabajo, Nicolás Monckeberg, quien jamás fue a contrapelo en nada y a quien en la derecha se le consideraba un yes man. El punto es que ahora, agregaron, ministros como Briones, y Zaldívar especialmente, responden no solo a otra generación, sino también a una visión abierta a concesiones en tiempos excepcionales.
A partir del estallido social, el debate en el seno de La Moneda se dio entre los denominados halcones y palomas, entre quienes querían imponer una mano más dura en el discurso y respuestas del Gobierno, versus quienes apostaban por un perfil más conciliador, con eventuales cambios menores en el modelo. Entre los primeros, se encontraba el principal guardián del modelo político y económico, el poderoso jefe de asesores del segundo piso, Cristián Larroulet, uno de los más importantes resortes doctrinarios del gremialismo.
Hoy, con una crisis económica golpeando la puerta como consecuencia directa de la pandemia mundial del COVID-19, el patrón de comportamiento en Palacio se ha mantenido, solo han cambiado los nombres, pero no el juego. Si durante el estallido social fueron el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y la vocera, Karla Rubilar, quienes chocaron permanentemente con el segundo piso de Larroulet, hoy lo son los titulares de Hacienda, Ignacio Briones, y de Trabajo, María José Zaldívar, e incluso el de Economía, Lucas Palacios.
En el Gobierno explicaron que Larroulet estaba acostumbrado a resolver temas de fondo en materia económica con personajes como Felipe Larraín (exministro de Hacienda), conocido por su pragmatismo, o con el extitular de Trabajo, Nicolás Monckeberg, quien jamás fue a contrapelo de La Moneda y en la derecha se le consideraba un yes man. El punto es que ahora, agregaron, Briones, y Zaldívar especialmente, responden no solo a otra generación, sino también a una visión abierta a concesiones en tiempos extraordinarios como los que corren hoy.
Fuentes gubernamentales contaron que la búsqueda de medidas que ayuden a aplacar los efectos económicos de la crisis sanitaria del coronavirus, no ha estado exenta de choques entre los tres ministros y el influyente jefe del segundo piso. Las «ideas frescas» que algunos de los mencionados pudo poner sobre la mesa como alternativas, afirmaron en la administración piñerista, fueron guardadas en sus respectivos cajones, dado que la disposición de Larroulet para abrirse a nuevos planteamientos es considerada internamente como «un muro infranqueable».