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Las suspensiones de AstraZeneca avivan la polémica política en la Unión Europea Crédito: Reuters

Las suspensiones de AstraZeneca avivan la polémica política en la Unión Europea

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El papel de Alemania, y en particular el de su ministro de Sanidad, Jens Spahn, está en el punto de mira después de que una caótica ronda de diplomacia telefónica a principios de semana terminó con un acuerdo entre los mayores estados de la UE para dejar en suspenso a AstraZeneca.


La decisión de más de una decena de países europeos de suspender la aplicación de la vacuna de COVID-19 de AstraZeneca se convirtió el miércoles en objeto de polémica, ante la preocupación por el hecho de que la medida pueda socavar la confianza pública y retrasar los esfuerzos para vencer la pandemia.

El papel de Alemania, y en particular el de su ministro de Sanidad, Jens Spahn, está en el punto de mira después de que una caótica ronda de diplomacia telefónica a principios de semana terminó con un acuerdo entre los mayores estados de la UE para dejar en suspenso a AstraZeneca.

Spahn sostiene que actuó siguiendo el consejo de los expertos, después de que el organismo de control de vacunas de Alemania informó de lo que describió como un número estadísticamente significativo de casos de un raro coágulo cerebral.

AstraZeneca dice que no ha encontrado pruebas de que los coágulos de sangre hayan sido causados por la vacuna. La Organización Mundial de la Salud ha pedido a los países que no retrasen unos programas de vacunación que salvan vidas.

Hay quienes han visto motivaciones políticas detrás de la decisión de Alemania tanto en el propio país como en el extranjero, con los líderes de la oposición pidiendo a la canciller Angela Merkel que destituya a Spahn.

Las autoridades de las principales capitales europeas han dado explicaciones contradictorias sobre cómo se produjo la medida conjunta de suspender la vacuna de AstraZeneca.

La medida amenaza con dificultar la campaña de vacunación de Europa justo en el momento en que se desata una tercera ola de infecciones en el continente, acelerada por variantes más infecciosas.

El bloque ya se ha quedado muy por detrás de Estados Unidos y del hasta hace poco miembro de la UE, Reino Unido, en la vacunación de su ciudadanía. Los hospitales del bloque se están llenando de nuevo y los políticos de varios países europeos se han visto obligados a considerar nuevos confinamientos, incluso cuando otros países ricos comparables se preparan para volver a la vida normal.

«Necesitamos esta vacuna», dijo el virólogo más conocido de Alemania, Christian Drosten, cuyo podcast es seguido por numerosos espectadores. Drosten citó las previsiones de un resurgimiento de los contagios para Semana Santa que podría poner en peligro a los alemanes de más de 60 años, los siguientes en recibir la vacuna.

Ian Jones, profesor de virología de la Universidad de Reading, en Reino Unido, dijo que el tema de los coágulos de sangre «ha sido asumido por políticos que no distinguen una cara del virus de la otra».

«Es un efecto dominó. Sólo hace falta que uno o dos (países) declaren que hay un problema y suspendan su uso, y entonces otros muchos caerán en su lugar. No creo que haya habido ninguna decisión independiente», dijo el virólogo a Reuters.

Una cuestión de confianza

Alemania actuó después de que su organismo de supervisión de vacunas, el Instituto Paul Ehrlich, encontró siete casos de un coágulo sanguíneo cerebral muy raro entre las 1,6 millones de personas a las que se administró la vacuna de AstraZeneca en el país, incluidos tres casos que fueron mortales.

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), organismo regulador de los medicamentos en la UE, está investigando los informes de unos 30 casos de coágulos sanguíneos, hemorragias y bajos niveles de plaquetas entre los 5 millones de personas de la UE que han recibido la vacuna de AstraZeneca.

La EMA presentará sus conclusiones el jueves, pero mientras tanto no ha encontrado ninguna relación causal con la vacuna y dice que los beneficios de la inyección superan claramente cualquier riesgo.

«Nos preocupa que pueda haber un efecto en la confianza de las vacunas», dijo a periodistas la jefa de la EMA, Emer Cooke. «Pero nuestro trabajo es asegurarnos de que los productos que autorizamos son seguros y se puede confiar en ellos».

AstraZeneca dijo que había realizado una revisión que abarca a más de 17 millones de personas que habían recibido sus vacunas en la UE y Reino Unido, y que no había encontrado pruebas de un mayor riesgo de coágulos sanguíneos.

Sin embargo, una estrecha mayoría de alemanes cree que fue correcto que el Gobierno suspendiera a AstraZeneca, según mostró una encuesta de opinión de Forsa el miércoles, con un 54% que apoya la decisión de Spahn y un 39% que dice que fue excesiva.

La disposición de los alemanes a vacunarse contra la COVID-19, de un 71%, ha caído dos puntos porcentuales desde la última encuesta de Forsa del 3 de marzo. Si se volviera a aplicar la vacuna de AstraZeneca, el 63% estaría dispuesto a hacerlo.

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