PAÍS
Cercanos al candidato presidencial de Chile Podemos +, Sebastián Sichel, aseguraron que su molestia fue mayor cuando escuchó al Mandatario confirmando a la prensa la salida de su entonces subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell. Esto, porque en el comando tenían preparada una puesta en escena para el día jueves 19 de agosto, dos días después, para presentar la nueva contratación y rostro de la campaña. Y Piñera les aguó la fiesta con su compulsión por ser protagonista.
No es primera vez que el Presidente Sebastián Piñera se “arranca con los tarros”, algo que cercanos a su trabajo diario reconocen que, cada vez que lo hace, termina perjudicando en mayor o menor grado a quien debió ser el verdadero protagonista de la noticia.
En esta ocasión, el perjudicado fue ni más ni menos que el candidato presidencial de Chile Podemos +, Sebastián Sichel, quien luego de varias gestiones había logrado fichar a la ahora exsubsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell. Si bien con la marca del Gobierno y de su partido encima, Martorell sumaría al comando del expresidente de BancoEstado un rostro joven, fresco y que poseía una buena evaluación –así lo señalaron en la interna–, principalmente después que su rostro se asociara a la lucha contra el COVID-19 en el último tiempo.
Y para anunciar su llegada, el comando tenía preparada una puesta en escena el día 19 de agosto. Pero esta finalmente se vio frustrada, o perdió el factor sorpresa. Esto, luego que el equipo de colaboradores cercanos al candidato presidencial vio atónito cómo dos días antes, y en un punto de prensa en vivo, el Presidente Sebastián Piñera confirmaba la salida de Martorell del Gobierno y le deseaba suerte en su nuevo desafío al lado de Sichel. “Siento que estamos perdiendo una gran servidora pública, pero estamos tal vez haciendo un aporte para que los chilenos pensemos que el país no termina con las elecciones de noviembre de este año, que el país sigue adelante y eso nosotros lo tenemos muy presente”, expresó el Mandatario.
La situación, según cercanos a Sichel, le provocó una gran molestia, y se transformaba en la segunda acción que generaba algún grado de controversia, esto después del apoyo que el jefe de Estado le entregó a su propia candidatura, algo que parece obvio, pero que algunos la interpretaron como “el abrazo del oso”.
