Aunque Johannes Kaiser y Gonzalo de la Carrera renunciaron mediáticamente al Partido Republicano, y en los hechos no son militantes del partido cuyo líder natural es José Antonio Kast, ambos diputados apenas asumieron en el Congreso se cobijaron inmediatamente bajo la bancada republicana, desde donde defienden las ideas de extrema derecha. En suma, las mediáticas renuncias no fueron mas que un «tongo» para salir jugando ante una coyuntura adversa, pero que al momento de actuar en el Congreso siguen funcionando como tal.
En noviembre del año pasado el diputado Johannes Kaiser se despachó una de sus tantas tristes frases. En tono de ironía burlesca cuestionó el voto femenino y le cayó una mole de críticas encima. Entre quienes salieron a desmarcarse rápidamente del «niño símbolo» de la provocación de mal gusto estuvo el propio José Antonio Kast, por el temor a que afectara su campaña presidencial.
La consecuencia inmediata fue su mediática renuncia al partido Republicano. «Después de un proceso de reflexión y de comprender que mis dichos pueden dañar nuestro porvenir, he tomado la decisión de dejar las filas del Partido Republicano de manera indeclinable. Esta decisión la tomé de forma absolutamente voluntaria y sin presión alguna», señaló Kaisser, después de que lo renunciaran.
Semanas después y luego que José Antonio Kast perdiera las elecciones ante Gabriel Boric, otro insigne republicano, «el rey de fakenews», el diputado Gonzalo de la Carrera también dejó las filas del partido de extrema derecha. Su salida fue igual de mediática pero además en tono víctima. “Yo no renuncié a Republicanos, José Antonio Kast me pidió la renuncia. Estoy muy triste, no soy un traidor, no he abandonado a nadie”, dijo De la Carrera en un video subido a sus redes sociales.
Así, ambos ahora los exrepublicanos llegaron el pasado 11 de marzo hasta el Congreso a jurar como diputados de la República. ¿Y qué fue lo primero que hicieron? Anunciar que buscarían interpelar a la ministras Izkia Siches por levantar las querellas por Seguridad del Estado contra presos del estallido a nombre de la bancada republicana. ¿Pero no qué habían renunciado al partido? Claro, pero ahora se sumaban como «independientes».
Aunque en el papel su militancia no existe, ambos diputados se cobijaron inmediatamente bajo dicha bancada, desde donde defienden las ideas de extrema derecha. En suma, las mediáticas renuncias no fueron mas que un «tongo» para salir jugando ante una coyuntura adversa, pero que al momento de actuar en el Congreso siguen funcionando como tal.