El Presidente Gabriel Boric nombró, en una de las embajadas más importantes y estratégicas para Chile, a un abogado de 38 años que no es diplomático, pero que ha desarrollado toda su carrera en relación con ese país. De hecho, vivió y estudió allí por más de una década, además de haber ejercido como ministro consejero económico y comercial en el segundo Gobierno de Michelle Bachelet.
Andreas Pierotic Mendía, abogado de la U. de Chile, de 38 años, es el nuevo embajador chileno en China. La elección del Presidente Gabriel Boric recae en un conocedor y admirador de la cultura y economía china. Una admiración que empezó a desarrollar cuando, a los 8 años, llegó a vivir con su familia a Beijing y se quedó hasta pasados los 20. De regreso a Chile, nunca cortó los lazos ni el cariño con dicho país, al contrario, siempre ha estado ligado a él.
En tercer año de Derecho trabajó como intérprete del equipo chileno que negoció el TLC con China. Uno de sus primeros trabajos fue como asistente comercial de la oficina de Chinalight en Santiago, donde realizó operaciones de comercio exterior entre Chile y China.
En 2008 repitió la labor de traductor en un encuentro oficial entre ambos gobiernos. Entonces estuvo junto a Michelle Bachelet y formó parte de la delegación. Ya era asesor legal del Departamento Asia & Oceanía de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.
Finalizado el primer Gobierno de Bachelet regresó a la empresa privada y ejerció como jefe de compras de la empresa tecnológica china de Hangzhou Insigma, donde estuvo a cargo de la preparación de ofertas legales y comerciales, para participar en contratos de sustitución de luminarias tradicionales en Chile por luminarias LED.
Hizo una “transición” trabajando menos de un año en el bufete Cariola Díez Pérez-Cotapos, desde donde emigró para ocupar el cargo de ministro consejero para Asuntos Económicos y Comerciales en la embajada de Chile en China.
En 2019 cofundó Andes Capital Partners Hong Kong –mientras realizaba sus estudios de MBA en Beijing–, firma que se centró en trabajar con el Banco Mundial para ayudar y conectar a los pequeños y medianos productores de alimentos de América del Sur con inversores asiáticos. La empresa cerró en 2021 a raíz de la pandemia. Entonces se radicó en Medellín, donde se desempeñaba hasta ahora, como consultor independiente de asuntos económicos y comerciales internacionales para empresas y organizaciones en América Latina y Asia.
Su admiración por el gigante asiático y “su forma de hacer las cosas” queda de manifiesto en varias entrevistas, como una de “China Today” donde expresó: “Impresiona que China siempre esté pensando en el siguiente paso. Los numerosos avances alcanzados por China en 2021 se dieron incluso en el difícil contexto económico doméstico e internacional, como consecuencia de la pandemia de COVID-19”. Y en sus columnas del Diario Financiero (DF), donde escribió hace casi un año: “El mundo ha cambiado, con toda Asia saliendo de la Edad Media. Chile tendrá que enfrentar más competencia para salir del subdesarrollo. Es un continente que comienza a arrastrarse, construyendo a ritmo acelerado un estado de funcionarios altamente capacitados capaces de salvaguardar el bienestar a largo plazo de sus ciudadanos, arrasando con políticos que luchan al ritmo de las redes sociales y la próxima elección”.
Hace un mes la canciller Antonia Urrejola se reunió con el Consejo de Relaciones Internacionales, que agrupa a excancilleres y diplomáticos, y, en línea con lo que dijo el Presidente Boric durante su campaña, habría dado a entender que Chile tendrá una posición equidistante frente a las grandes potencias. Léase la guerra comercial China-EE.UU. El nuevo embajador tendrá, quizá, que dominar su gran admiración al menos por algunos años. Por ahora, sigue manteniendo en su perfil de LinkedIn una foto de un equipo de fútbol de niños chinos junto a Manuel Pellegrini.