Tres astronautas chinos comenzaron una misión de seis meses para trabajar en la nueva estación espacial del país. Es el último paso de China para convertirse en una superpotencia espacial en las próximas décadas. China es el tercer país en la historia que ha puesto astronautas en el espacio y ha construido una estación espacial, después de la Unión Soviética (ahora Rusia) y Estados Unidos. Las ambiciones de China no terminan ahí. Dentro de unos años quiere tomar muestras de asteroides cerca de la Tierra. Para 2030, tiene como objetivo haber colocado a sus primeros astronautas en la Luna y haber enviado sondas para recolectar muestras de Marte y Júpiter.
Tres astronautas chinos comenzaron una misión de seis meses para trabajar en la nueva estación espacial del país.
Es el último paso de China para convertirse en una superpotencia espacial en las próximas décadas.
El año pasado, China puso en órbita el primer módulo de su estación espacial Tiangong o «Palacio Celestial».
Planea agregar más módulos, como el laboratorio de ciencias de Mengtian, para fin de año.
Tiangong tendrá su propia energía, propulsión, sistemas de soporte vital y viviendas.
China es el tercer país en la historia que ha puesto astronautas en el espacio y ha construido una estación espacial, después de la Unión Soviética (ahora Rusia) y Estados Unidos.
Pekín tiene grandes ambiciones para Tiangong y espera que reemplace a la Estación Espacial Internacional (ISS), que dejará de operar en 2031.
Los astronautas chinos están excluidos de la ISS porque la ley estadounidense prohíbe que su agencia espacial, la NASA, comparta sus datos con China.
Las ambiciones de China no terminan ahí.
Dentro de unos años quiere tomar muestras de asteroides cerca de la Tierra.
Para 2030, tiene como objetivo haber colocado a sus primeros astronautas en la Luna y haber enviado sondas para recolectar muestras de Marte y Júpiter.
A medida que China amplía su papel en el espacio, varios otros países también aspiran a llegar a la Luna.
La NASA planea regresar al satélite con astronautas de EE.UU. y otros países a partir de 2025 y ya realizó pruebas para el lanzamiento de su nuevo cohete gigante SLS en el Centro Espacial Kennedy.
Japón, Corea del Sur, Rusia, India y los Emiratos Árabes Unidos también están trabajando en sus propias misiones lunares.
India ya lanzó su segunda gran misión a la Luna y quiere tener su propia estación espacial para 2030.
Mientras tanto, la Agencia Espacial Europea, que está trabajando con la NASA en misiones a la Luna, también está planeando una red de satélites lunares para facilitar la comunicación de los astronautas con la Tierra.
El Tratado del Espacio Exterior de la ONU de 1967 establece que ningún lugar del espacio puede ser reclamado por ninguna nación.
El Acuerdo de la Luna de la ONU de 1979 dice que el espacio no debe ser explotado comercialmente, pero EE.UU., China y Rusia se han negado a firmar.
Ahora, EE.UU. está promoviendo sus Acuerdos de Artemisa, que explican cómo las naciones pueden explotar los minerales de la Luna de manera cooperativa.
Rusia y China no firmarán los Acuerdos, y dicen que Estados Unidos no tiene derecho a establecer las reglas para el espacio.
China puso en órbita su primer satélite en 1970.
Las únicas otras potencias que habían ido al espacio en esa etapa eran EE.UU., la Unión Soviética, Francia y Japón.
En los últimos 10 años, China ha lanzado más de 200 cohetes.
Ya envió una misión no tripulada a la Luna, llamada Chang’e 5, para recolectar y devolver muestras de rocas.
Plantó una bandera china en la superficie lunar, que era deliberadamente más grande que las banderas estadounidenses anteriores.
Con el lanzamiento de Shenzhou 14, China ha puesto ahora 14 astronautas en el espacio, en comparación con los 340 de EE.UU. y los más de 130 de la Unión Soviética.
Pero ha habido contratiempos. En 2021, parte de un cohete chino se salió de órbita y se estrelló contra el Océano Atlántico y dos lanzamientos fallaron en 2020.
El medio estatal chino Xinhua afirma que al menos 300.000 personas han trabajado en proyectos espaciales de China, casi 18 veces más que las que trabajan actualmente para la NASA.
La Administración Nacional del Espacio de China se creó en 2003 con un presupuesto anual inicial de 2.000 millones de yuanes (US$300 millones).
Sin embargo, en 2016, China abrió su industria espacial a empresas privadas, y ahora están invirtiendo más de 10.000 millones de yuanes (US$1.500 millones de dólares) al año, según los medios chinos.
China está interesada en desarrollar su tecnología satelital para telecomunicaciones, gestión del tráfico aéreo, pronóstico del tiempo, navegación y más.
Pero muchos de sus satélites también tienen fines militares. Pueden ayudarle a espiar a las potencias rivales y guiar misiles de largo alcance.
Lucinda King, gerente de proyectos espaciales en la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido, dice que China no solo se está enfocando en misiones espaciales de alto perfil: «Son prolíficos en todos los aspectos del espacio. Tienen la motivación política y los recursos para financiar sus programas planificados».
Las misiones a la Luna de China están motivadas en parte por las oportunidades de extraer metales de tierras raras de su superficie, como el litio.
Sin embargo, el profesor Sa’id Mosteshar, director del Instituto de Política y Derecho Espacial den la Universidad de Londres, dice que probablemente no sería rentable para China enviar repetidas misiones mineras a la Luna.
El experto cree que el programa espacial de China está impulsado más por el deseo de la nación asiática de impresionar al resto del mundo.
«Es una proyección de poder y una demostración de avance tecnológico».