Hace más de dos meses que la Suprema envió al Presidente Boric la quina con los candidatos y candidatas para llenar el cupo que dejó vacante en el máximo tribunal el exmagistrado Guillermo Silva Gundelach. La demora se debería a un choque de fuerzas entre las dos candidatas del Partido Socialista –Marcia Undurraga y Jessica González– y, también, a las negociaciones con las distintas fuerzas en el Senado. Recordemos que la Cámara Alta debe ratificar con 2/3 de los votos la nominación que presente el Gobierno. Una designación que, de paso, pondrá a prueba la estrategia del ministro de Justicia, Luis Cordero.
El 2 de marzo el Pleno de la Corte Suprema escuchó a los diez abogados que se postularon para llenar el cupo en dicho tribunal que dejó vacante el exmagistrado Guillermo Silva Gundelach, quien abandonó el cargo, el pasado 8 de noviembre, al cumplir los 75 años, edad límite para ejercer esa función.
La quina quedó compuesta por los siguientes nombres: Juan Manuel Muñoz Pardo, ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, incluido por derecho propio; Jéssica González Troncoso, ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago, que obtuvo 14 votos; Marcia Undurraga Jensen, ministra de la Corte de Apelaciones de Valdivia, con 11 votos; Roberto Contreras Olivares, ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel, que recibió 9 preferencias; y Omar Astudillo Contreras, ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, que empató con la ministra María Catepillán Lobos, con 6 votos, y obtuvo su lugar por sorteo.
La elección debería combinar y considerar paridad y equilibrios políticos. Hoy, la Corte Suprema, que consta de 21 integrantes, está compuesta por 8 ministras y 12 ministros, por lo que se espera que el Gobierno se decida por una de las abogadas. Además, hay que tener en cuenta que la última en unirse a la Suprema fue la magistrada María Soledad Melo Labra, cercana a la oposición, cuyo nombre fue “conversado” entre La Moneda y las distintas fuerzas políticas del Senado. Así, el Ejecutivo procuró mantener los equilibrios políticos del máximo tribunal del país. Entonces y en esa línea, fuentes parlamentarias explican que “el cupo correspondía a la oposición, tras la llegada a la Suprema del ministro Diego Simpértigue, vinculado a sectores progresistas”. Siguiendo esa lógica cabría esperar que esta vez la nominación “toque” a postulantes oficialistas.
Esas características las reúnen las magistradas Jessica González y Marcia Undurraga, ambas cercanas al PS. El choque entre los bloques que representan estaría produciendo el nudo que ha demorado el nombramiento.
Según fuentes internas, la ventaja la llevaría Undurraga, pues la jueza de Valdivia cuenta con el respaldo del senador por la Región de los Ríos, Alfonso de Urresti, y además es familiar de la senadora Paulina Vodanovic. Por otra parte, los votos para González no estarían asegurados por parte de la UDI al interior del Senado, explica una fuente parlamentaria.
Tras las elecciones del Consejo Constitucional, el domingo 7 de mayo, el desafío para el ministro de Justicia, Luis Cordero, se ha vuelto más complicado, ya que debe construir los 2/3 con una derecha más empoderada y con capacidad de veto.
Los siguientes nombramientos para integrar la Corte Suprema que deberá realizar el Presidente Gabriel Boric son: durante 2023, los correspondientes a los cupos de Haroldo Brito y Jorge Dahm; en 2024, el de Juan Eduardo Fuentes; y el 2025, al reemplazo de María Teresa Letelier.