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Ex alumna de colegio Cumbres demanda a Legionarios de Cristo por abusos sexuales, de poder y tortura

Ex alumna de colegio Cumbres demanda a Legionarios de Cristo por abusos sexuales, de poder y tortura

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La denunciante acusa haber sido víctima de graves abusos de conciencia, de poder, sexuales e incluso de tortura por parte de sacerdotes, seminaristas y autoridades de la congregación Legionarios de Cristo, que normalmente actuaban en grupo y bajo el efecto de drogas. Los hechos ocurrieron mientras era menor de edad, por espacio de los dos años en que estuvo en el Centro Estudiantil en discernimiento para la vida consagrada. La causa estuvo en y en pero en ambos caso fue cerrada por “falta de credibilidad” y por “no contar con suficientes antecedentes para abrir un juicio canónico en contra de los sacerdotes denunciados”.


“Fui abusada sistemáticamente tanto sexual como física y espiritualmente, entre los años 2008 y febrero del 2010, en que permanecí en el Centro Estudiantil —un proceso de formación y discernimiento para la vida consagrada— por mi asistente, la directora de las Consagradas y distintos sacerdotes de la Congregación, en dependencias de la casa en que vivíamos en comunidad y en otros lugares indeterminados, nadie hizo nada para protegerme y evitar los abusos. Incluso, cuando traté de pedir ayuda, antes que los abusos incrementaran, a la directora de las Consagradas, ésta decidió ignorarme y encubrir todo obligándome a guardar silencio de todo lo que estaba viviendo, siempre con superioridad y manipulación”, describe  la demanda presentada en el Juzgado de Letras en lo Civil de Santiago, la semana pasada, por la Fundación para la Confianza en representación de una mujer de 32 años.

La demandante, hoy profesora básica, sufrió los vejámenes mientras era estudiante del colegio Cumbres femenino. Relata que en 2005, comenzó a participar en el ECyD – Educación, Cultura y Deporte-, que era el club de niñas del Movimiento ( Sociedad de Vida Apostólica Laicos Consagrados del Regnum Christi), al que asistían estudiantes entre 10 y 16 años, “en el que a través de diversas experiencias de encuentro, los adolescentes adquieren convicciones firmes para sus vidas y aprenden a tomar decisiones libres y responsables según los criterios del Evangelio. Una vez que empecé a participar por más tiempo en el club, me interesó conocer a las Consagradas (Sociedad de Vida Apostólica Consagradas del Regnum Christi)”, explica.

En esa búsqueda, quizo explorar la vocación religiosa. A los 16 años ingresó al Centro Estudiantil, ubicado en San Carlos de Apoquindo. Abandonó la casa de sus padres para vivir como una Consagrada, en pobreza, castidad y obediencia. Dejó de asistir al colegio como alumna regular, por lo que en tercero y cuarto medio recibió clases particulares de profesoras del colegio. Era el comienzo de una película de terror que terminó cuando pudo retirarse. Tenía 18 años.

En ese contexto, fue víctima de graves abusos de conciencia y de poder, como también de diversos hechos de connotación sexual e incluso de tortura por parte de distintos miembros de los Legionarios de Cristo y de las Consagradas.

En algunas ocasiones Heloísa (la asistente) me llevaba a sectores de la casa u otros lugares donde fui sometida a diversas vulneraciones de carácter sexual y físico grupales por parte de sacerdotes y seminaristas de la Congregación. Para lo anterior, utilizó distintas formas de sometimiento, como drogarme, amenazarme o dejarme sin comer para que estuviera más débil”, consta en el escrito.

En la demanda están individualizados los sacerdotes de los Legionarios de Cristo, Alfredo Márquez, José Cárdenas, Juan Luis Cendejas, Luis Miguel Herrera, Daniel Reynolds y Pablo De Juan, y las Consagradas del Regnum Christi: Heloísa Cardin Santa Rosa y Araceli Delgado.

En 2019, la afectada presentó una denuncia canónica en el Departamento de Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal de Chile que dio origen a dos procesos canónicos relacionados, pero separados. El relativo a los abusos cometidos por una Consagrada y una ex Consagrada del Movimiento Regnum Christi, fue conducido por el propio Movimiento. El segundo, relativo a los abusos cometidos por sacerdotes de la Legión de Cristo, fue derivado a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en Roma. Ambas causas, después de dos años, fueron cerradas. Una por “carecer de credibilidad” y la otra archivada por “no contar con suficientes antecedentes para abrir un juicio canónico en contra de los sacerdotes denunciados”.

Sin embargo, la demandante señala que la congregación ha tenido en sus manos desde hace años las herramientas y el conocimiento para evitar, o al menos reparar y contener, los abusos que ocurrieron dentro de ella. Pero que decidió actuar con una deliberada ceguera, evitando ver la contundente evidencia que existía al respecto.

“De esta forma, puedo afirmar con certeza que la negligencia de la demandada ha sido la causa única y excluyente del enorme e irreparable daño que he sufrido” añade.

Por ello pide condenar a la Congregación Legionarios de Cristo al pago de una indemnización de $750  millones de pesos por concepto de daño moral, con los debidos reajustes e intereses.

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