El mundo progresista mira con cautela la asesoría legal de Hermosilla a Crispi, dado que esa relación podría transformarse en una llave para entrar en el Segundo Piso, en donde se analiza –entre otras materias delicadas– el futuro de las isapres.
Hace prácticamente un mes se hizo público que el jefe de asesores del Segundo Piso de La Moneda, Miguel Crispi, había contratado los servicios profesionales de Luis Hermosilla, abogado penalista y exasesor del exministro del Interior de Piñera II, Andrés Chadwick.
Aun cuando la asesoría fue presentada como asistencia legal en el caso de que Crispi sea requerido por el Ministerio Público, en el marco de la investigación del caso Convenios, que sacude a Revolución Democrática –partido del cual Crispi es uno de sus fundadores–, en los pasillos del Congreso se comenta que la asesoría de Hermosilla va más allá de lo estrictamente penal.
Debido a su transversalidad en el mundo político –a los 14 años se inscribió en el PC y en la universidad sus mejores amigos fueron Andrés Chadwick y Juan Antonio Coloma–, la asesoría también conllevaría “muñeca” política. Algo de su mano tuvo que haber habido en las respuestas que Crispi dio ante la Comisión Investigadora, comentan.
Cabe recordar que cuando Hermosilla se integró a la Subsecretaría del Interior en la administración anterior, lo hizo en principio para agilizar las querellas que presentaba el Gobierno en casos de terrorismo en La Araucanía, pero a poco andar comenzó a dirigir todos los asuntos de la División Jurídica de la citada subsecretaría, tomando un rol titular en el caso Luchsinger-Mackay. De ahí en adelante fue entrando en más y más materias sensibles, hasta llegar a situarse muy cerca del centro del poder.
Esta experiencia llama la atención del mundo progresista, desde donde miran con cautela la cercanía de Hermosilla con Crispi, dado que esa relación podría transformarse en una llave para entrar en el Segundo Piso, en donde se analiza –entre otras materias delicadas– el futuro de las isapres. En este punto es conocida la visión proclive al fin de las Instituciones de Salud Previsional del jefe de asesores del Presidente.
