Cada año el país vecino conmemora el Día de la Soberanía Marítima en honor al triunfo diplomático sobre Chile. Esta vez, la presidenta condecoró al equipo participante. Y el embajador Allan Wagner, en su discurso, recordó a quien entonces era su antagonista: el agente chileno Alberto van Klaveren.
Hace una década, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya emitió la resolución final sobre el conflicto de límites marítimos entre Chile y Perú. El fallo terminó otorgándole a nuestro vecino la soberanía de un área marina –y su espacio aéreo– de 50 mil kilómetros cuadrados. La determinación fue tan importante para Perú que cada 27 de enero se recuerda como el “Día de la Soberanía Marítima”.
Este año la conmemoración se efectuó en el palacio presidencial y, al cumplirse 10 años del señalado fallo, la presidenta Dina Boluarte entregó la medalla al mérito al equipo diplomático, jurídico y militar que representó a Perú en La Haya en 2014. Como el embajador Allan Wagner –quien actuó como agente diplomático de Perú en La Haya– ya tenía la condecoración, se le otorgó otro reconocimiento.
En el acto estaba presente el embajador chileno, Óscar Fuentes Lira, y el pleno de las autoridades peruanas: ministros, congresistas, comandantes de las Fuerzas Armadas, entre otros, además del cuerpo diplomático destinado en Lima.
Boluarte se refirió al fallo como un antes y un después en la relación entre ambos países: “Hoy, al mirar hacia el futuro, estamos enfocados en seguir construyendo con Chile una relación basada en la cooperación, el entendimiento, el beneficio mutuo y confianza. Más allá de las diferencias del pasado, nuestros países aspiran a forjar una efectiva integración que promueva el desarrollo económico y social de nuestros pueblos y de la región en su conjunto. El mar nos une”, expresó.
En su discurso, Wagner destacó las características y consecuencias del proceso. Enfatizó principalmente “el haber logrado una solución pacífica de la controversia que separaba a ambos países, mediante los instrumentos que proporciona el derecho internacional. Considero que esto debe ser un ejemplo ante los numerosos conflictos que agobian a diversos países y el creciente recurso al uso de la fuerza”.
Agregó la importancia del cumplimiento y ejecución inmediata que tuvo el fallo de la CIJ.
“A lo largo del proceso se generó en ambos países la convicción de cumplir el fallo que emitiría la Corte, cualquiera este fuera. Ello se vio reflejado en el pronto acuerdo que se logró para fijar las coordenadas geográficas precisas del límite marítimo establecido por la Corte, tarea que esta había encomendado a ambos países realizar en un espíritu de buena vecindad. Dichas coordenadas geográficas quedaron registradas en el acta firmada en el Palacio de Torre Tagle el 25 de marzo del año 2014, es decir, apenas dos meses después del fallo”.
“En tercer lugar cabe destacar el fortalecimiento de las relaciones bilaterales del Perú y Chile, como consecuencia de la conclusión de la controversia limítrofe marítima, lo cual se ha reflejado en el incremento del comercio y las inversiones, así como en iniciativas conjuntas como fue la Alianza del Pacífico”, añadió el embajador.
Tras el repaso de los aspectos históricos del proceso y el aporte de diversos actores políticos, juristas y diplomáticos, realizó un saludo muy especial: “Permítanme enviar un saludo afectuoso al agente chileno y actual canciller de Chile, Alberto van Klaveren, y a su coagente embajador Juan Martabit, amigos de muchos años que el deber nos reunió en orillas distintas, pero que nos deparó la satisfacción de resolver una delicada controversia y fortalecer las relaciones entre nuestros países”, dijo.
“Finalmente, a todas las personas que, de una u otra manera, contribuyeron al éxito de la posición peruana, les expreso mi agradecimiento por haber facilitado mi desempeño como agente del Perú ante la Corte Internacional de Justicia. El Perú les recordará con profundo reconocimiento patriótico”, concluyó.
