Se daba por hecho que Vladimir Putin seguiría siendo presidente de la Federación Rusa tras los comicios del domingo. ¿Qué prevén ahora los expertos?
Las elecciones presidenciales rusas fueron percibidas en todo el mundo, incluso en cierta medida también por la propia población de Rusia, como una mera formalidad. ¿Cómo evolucionará ahora la situación en el país?
“Con el 87 por ciento de los sufragios, es una confirmación del régimen y del rumbo cada vez más dictatorial de Vladimir Putin. El resultado no refleja la voluntad de los votantes, sino la voluntad del régimen”, afirma Regina Heller, investigadora del Instituto de Investigación sobre la Paz y Política de Seguridad de la Universidad de Hamburgo. Esto es, en última instancia, “un cheque en blanco para el régimen, para las políticas de Putin y, por tanto, también para sus políticas y acciones en Ucrania”.
El experto en Europa del Este Hans-Henning Schröder cree que el régimen de Putin se ha consolidado después de la crisis del año pasado, con el motín y posterior siniestro aéreo mortal del líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin. El Kremlin reaccionó mediante una mayor actividad pública de Putin, que pretendía transmitir “que tiene las cosas bajo control”.
Según los expertos, una situación económica estable y la amortiguación de los efectos negativos de las sanciones occidentales han favorecido la permanencia del régimen, además de que existe una represión masiva contra los opositores a la guerra en Ucrania. Todo ello permite al Kremlin seguir como hasta ahora tras las elecciones.
“Lo que ya podemos ver es que Putin seguirá su curso bélico, que continuará la guerra sin tregua, con una severidad que no disminuirá, y que, posiblemente, incluso la intensificará”, sostiene Heller.
Los expertos esperan un aumento de los impuestos en Rusia, sobre todo teniendo en cuenta que el propio Putin pidió antes de las elecciones al Gobierno ruso que elaborara cambios en la legislación fiscal.
“El Gobierno necesita dinero y eso sólo puede conseguirse aumentando los ingresos fiscales. Y este aumento debe destinarse principalmente a la guerra”, afirma Gerhard Mangott, catedrático especializado en investigación de la seguridad en el espacio postsoviético de la Universidad de Innsbruck.
Se espera “una nueva movilización en amplios sectores de la población rusa, dado que Putin no está rebajando el tono de su retórica militar”, dice Heller.
“Podemos ver que el apoyo de Occidente a Ucrania no es tan fuerte como quizás debería ser”, sostiene la experta, y destaca que, desde el punto de vista del Kremlin, una nueva movilización podría ser una ventana favorable para intentar cambiar el equilibrio de poder en la guerra a favor de Rusia.
Según Schröder, la decisión sobre si habrá o no una movilización en un futuro próximo depende de lo que los rusos planeen en Ucrania en los próximos meses. “Si quieren pasar a la ofensiva y derrotar realmente a Ucrania, tendrían que aumentar considerablemente sus fuerzas armadas, no sólo para ganar militarmente, sino también para tener el país bajo control”, explica el experto.
“Mi impresión es que, al menos hasta las elecciones en Estados Unidos, se trata más bien de dar la impresión general de que van camino de la victoria, tanto dentro como fuera del país”, agrega.
Según Schröder, de ser elegido Donald Trump presidente de EE. UU, la situación para Ucrania sería incomparablemente peor.
Los expertos no esperan grandes cambios dentro de la propia cúpula rusa. Heller, no obstante, cree probable una reestructuración dentro de la élite dirigente con consecuencias a más largo plazo, con el objetivo de preparar una transición controlada del poder para el periodo posterior a Putin, a fin de garantizar la continuidad del sistema.