Arabia Saudí ocupará la presidencia de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, pese a las protestas de organizaciones de derechos humanos y la continua represión en el país árabe.
La semana pasada, Arabia Saudí fue elegida para presidir el principal foro de las Naciones Unidas sobre igualdad de género, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés).
Ya antes del nombramiento, organizaciones de derechos humanos criticaron la candidatura del país árabe debido a su “pésimo historial en lo que respecta a la protección y promoción de los derechos de las mujeres”, según Human Rights Watch (HRW).
La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer está compuesta de 45 países miembros de la ONU. A fin de asegurar una representación justa, los miembros de la CSW se eligen según criterios geográficos: hay 13 miembros de África, 11 de Asia, nueve de América Latina y el Caribe, ocho de Europa Occidental y otros Estados, así como cuatro de Europa del Este.
Los mandatos duran cuatro años. Arabia Saudí, que forma parte del bloque asiático, será miembro hasta 2027.
Además, cada año, la CSW celebra una conferencia anual en la que se negocia y publica una declaración sobre el progreso hacia la igualdad de género.
Asimismo, la Comisión cuenta con una oficina directiva compuesta por un miembro de cada bloque regional. La presidencia rotativa cambia cada dos años.
Actualmente, es el turno del bloque asiático, y Filipinas preside la oficina directiva del CSW. No obstante, puesto que este país solo es miembro de la Comisión hasta 2024, Manila decidió compartir la presidencia rotativa con Arabia Saudí.
Por lo general, los miembros de un mismo grupo geográfico suelen ratificar la presidencia de forma unánime, sin votación.
Pero, según Human Rights Watch, otros miembros de la CSW sí hubiesen podido protestar contra el nombramiento de Arabia Saudí. En 2022, por ejemplo, gobiernos occidentales expulsaron a Irán de la Comisión tras las protestas a raíz de la muerte de la joven Mahsa Amini.
Louis Charbonneau, director de HRW para las Naciones Unidas, cree que diplomáticos occidentales no se opusieron para no “sentar ningún precedente”.
Abdulaziz bin Mohamed al-Wasel, el Embajador saudí ante la ONU, presidirá la CSW hasta 2025. Críticos con el Gobierno de Arabia Saudí temen que el país influya de manera negativa en la postura de las Naciones Unidas respecto a la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, por ejemplo, en la conferencia anual del próximo año.
Observadores sostienen que, en la última reunión, Arabia Saudí promovió, junto con países como Bielorrusia, Nigeria, Turquía, Indonesia y Rusia, valores familiares conservadores y se aseguró de diluir o dejar fuera de la declaración final un lenguaje inclusivo, por ejemplo, respecto de los derechos de la comunidad LGBTQI+ o la violencia sexual y de género.
Si bien DW no recibió una respuesta de la Embajada saudí en Berlín, el Gobierno de Arabia Saudí muchas veces destaca sus progresos en materia de derechos de la mujer.
Existe cierto potencial para un cambio positivo, señala Lina al-Hathloul, de la organización de derechos humanos ALQST. “Creemos que el compromiso y la colaboración a nivel internacional pueden conducir a un cambio positivo, y que la voluntad de Arabia Saudí a comprometerse… puede ser un incentivo”, agrega en declaraciones a DW.
No obstante, la experta agrega que las reformas más recientes de Arabia Saudí carecen de valor si las mujeres saudíes aún pueden ser detenidas o arrestadas por no comportarse o vestirse de la manera prescrita, por desobedecer a sus “guardianes” masculinos o por expresar sus opiniones políticas, así sea de forma pacífica.
En opinión de al-Hathloul, “pese a la narrativa de las reformas”, en años recientes, “el discurso sobre los derechos de la mujer sigue siendo sobre todo una maniobra publicitaria para atraer a inversores y turistas occidentales”.