El ahora excomandante del ejército boliviano fue arrestado tras acusar al presidente Luis Arce de haber dado un “autogolpe” para aumentar su popularidad. El martes, el general Zúñiga había sido destituido de su cargo luego de emitir amenazantes declaraciones contra el expresidente Evo Morales.
“Vamos a recuperar esta patria”, dijo este miércoles el general Juan José Zúñiga ante los medios de comunicación mientras un grupo de militares que él lideraba tomaban la Plaza Murillo en la ciudad de La Paz, en Bolivia.
Soldados y vehículos blindados se hicieron con el control por unas horas de la emblemática plaza y accedieron al Palacio Quemado, la antigua sede del gobierno, encabezados por Zúñiga, en lo que el presidente boliviano Luis Arce calificó de “intento de golpe de Estado”.
“Aquí están las fuerzas armadas con su pueblo”, dijo el general.
“Estamos escuchando el clamor del pueblo. Porque desde hace muchos años, una élite se ha hecho cargo del país. Dueños del Estado, vándalos están en las diferentes estructuras del Estado, destrozando la patria. Las Fuerzas Armadas pretenden reestructurar la democracia”, aseguró.
Un par de horas después, y una vez los militares se habían retirado de la Plaza Murillo, Zúñiga fue arrestado, tras acusar ante las cámaras a Arce de haber dado un “autogolpe” para aumentar su popularidad.
El martes el general Zúñiga había sido destituido de su cargo como jefe del Ejército boliviano luego de unas amenazantes declaraciones en televisión, en las que se opuso férreamente a que el expresidente Evo Morales –líder del partido oficialista MAS pero rival político de Arce– sea candidato en las próximas elecciones del país.
Zúñiga afirmó que estaría dispuesto a detener al expresidente “si lo amerita el caso” y dijo que el Ejército defendería “a toda costa la Constitución Política y los altos intereses de la patria”.
Tras los hechos de este miércoles en la Plaza Murillo, el presidente Luis Arce se dirigió al país rodeado por su gabinete. “Estamos firmes para enfrentar todo intento golpista”, dijo en un mensaje televisado.
Imágenes en redes sociales mostraron luego a Arce dentro del Palacio Quemado plantando cara a Zúñiga y ordenando el repliegue de los militares, algo que sucedió minutos después.
Juan José Zúñiga Macías fue nombrado comandante general del ejército boliviano en noviembre de 2022 y ratificado en enero de este año por el presidente Luis Arce.
Antes de eso, Zúñiga ocupó el puesto de jefe del Estado Mayor. Posee una amplia experiencia militar y es experto en labores de inteligencia.
El diario boliviano El Deber lo definió como “el general del pueblo”, por su cercanía con sectores mineros y sindicales.
En su pasado, sin embargo, enfrentó acusaciones de haber desviado $2.7 millones de bolivianos (unos US$400.000) de fondos públicos cuando era jefe de un Regimiento de Infantería.
Un suboficial lo acusó en 2013 de haberle ordenado desviar esos recursos, que iban dirigidos a financiar pensiones, bonos escolares y viáticos para los militares. Por ello, fue sancionado con siete días de arresto.
En 2022, el general Zúñiga fue mencionado por Evo Morales como el líder de un grupo dentro del ejército que presuntamente ejercía una “persecución permanente” a dirigentes políticos como él, los “Pachajchos”.
“En cualquier momento este grupo Pachajcho del Ejército va a montar pruebas, quiero adelantarles, alertar al pueblo”, afirmó Morales en ese momento.
Según exmilitares y el mismo Zúñiga los “Pachajchos” son un grupo que se creó de hecho durante el último gobierno de Evo Morales y se dedica a labores de inteligencia militar.
Tras lo que calificó de “intento de golpe de Estado”, este miércoles el gobierno de Arce nombró a nuevos mandos militares.
El expresidente Morales, por su parte, a través de su cuenta de X, manifestó que se debía “proceder inmediatamente con un proceso penal y con la baja del Gral. Zúñiga y sus cómplices en cumplimiento de la Constitución Política del Estado y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas”.
Arce y Morales, que alguna vez fueron aliados, han sostenido una confrontación política en los últimos meses por el futuro del partido Movimiento al Socialismo (MAS) y el intento del expresidente de aspirar a un nuevo mandato.
En diversas declaraciones públicas, Arce dijo ser objeto de un “golpe blando” que tiene como objetivo “acortar mandatos” y tras el cual estarían los seguidores de Morales.
A su vez, el expresidente ha denunciado que Arce busca socavar sus aspiraciones a una nueva candidatura presidencial a través de la toma de la dirección del MAS.
Morales dejó el poder en 2019, luego de una alzamiento militar tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Entonces abandonó el país con apoyo de México, pero regresó una vez que Arce devolvió al poder al MAS.
De manera paralela, Bolivia enfrenta una grave crisis económica por falta de combustibles y escasez de divisas. Esto ha generado movilizaciones sindicales de las que Arce responsabiliza a Morales.