La ausencia de Yáñez tras muerte de carabinero en Caupolicán y la molestia en las filas policiales

La muerte del sargento 2° de Carabineros, Rodrigo Puga Herrera, mientras realizaba un “pituto” en sus horas de descanso, como guardia de discoteca en la Fiesta Dame del Teatro Caupolicán, reflotó la molestia en las filas policiales contra el general director Ricardo Yáñez por la promesa no cumplida de elevar el sueldo de los efectivos policiales mediante un anunciado bono.

Además, explican, en el Alto Mando se comienza a “revelar una verdad incómoda”: choferes de Uber o taxis, guardias de discotecas y escoltas de empresarios VIP, como el segundo empleo de una serie de funcionarios, que se agudizó en los últimos años con la crisis económica y el alza del costo de la vida.

El pasado 27 de abril, para el Día del Carabinero, fecha en que tres efectivos fueron asesinados y sus cuerpos quemados en Cañete, el general director de la institución, Ricardo Yáñez, propuso al Gobierno la entrega de un bono trimestral para todos los funcionarios, como el resto de las reparticiones públicas. El general lo había expresado internamente en las filas como si fuera un hecho, el que venía a mejorar los sueldos del escalafón de personal de nombramiento institucional.

“Los carabineros, igual que el resto de los funcionarios públicos, requieren reconocimiento a los incentivos por su función y vamos a elaborar una propuesta (…), que permita valorar de mejor manera el desempeño de los carabineros que trabajan día a día en funciones operativas”, aseguró Yáñez.

Según explican en el Alto Mando de la policía uniformada, la propuesta había sido conversada con el Gobierno y todo parecía indicar que el bono, similar a un sueldo Nº 13 pagado en 4 bonos, se concretaría. Sin embargo, el 18 de mayo el Gobierno lo descartó, generando una fuerte decepción en las filas y molestia con Yáñez por las expectativas levantadas. “Todos los tontos esperábamos su ‘bonito’, especialmente en la tropa. Eso bajó la moral en Carabineros, entonces qué les queda: el segundo empleo. Pese a que está prohibido, muchos lo hacen a escondidas por temor a que los sancionen”, señala una fuente que conoce el tema.

Con malestar, el amargo episodio de mayo pasado ha sido ampliamente recordado luego de la muerte del sargento 2º Rodrigo Puga Herrera, la madrugada del domingo, cuando prestaba servicios de seguridad privada en una fiesta en el Teatro Caupolicán. Incluso en la policía uniformada cuentan que la promesa de Yáñez generó división entre los generales.

En ese contexto, despertó interés el motivo por el cual el general director no había aparecido en ninguna vocería pública sobre la muerte del sargento –mientras prestaba servicios de seguridad privada– a manos de un compañero, en un hecho confuso ocurrido en el marco de una fiesta a altas horas de la madrugada. Pero no le sería cómodo tras el caso “bonito”.

En los puntos de prensa y vocerías de Carabineros, ante la ausencia de Yáñez, solo se ha visto al jefe de la Prefectura Central, coronel Fernando Albornoz, quien señaló: “El sargento fallecido en horas de la madrugada efectuaba labores de seguridad privada (…), en estas circunstancias, en hechos que se ejecutaban en el exterior del recinto, con ilícitos que se presentaban al momento de la salida de los participantes, es que el segundo carabinero (que trabajaba en el pituto) efectúa dos disparos (causando la muerte de su colega)”, dijo Albornoz.

“Los pacos estaban trabajando en el Caupolicán porque no tenían plata, estaban saliendo de noche, del turno, sacándose la cresta, pucha, para ganar 50 lucas más por ese servicio en una empresa de seguridad. Un tipo sacó una pistola y comenzaron los disparos. Usted cree que Yáñez se lo sacará en cara a la ministra Tohá, a Monsalve o a Vergara, cuando quiere dejar de reemplazo a un amigo, que es director de Personal de Carabineros. Claro que hay molestia con Yáñez”, señala una fuente del Alto Mando a El Mostrador.

Según explican en Carabineros, Yáñez se retiraría de la institución el 27 de septiembre próximo, el día de su cumpleaños, y espera dejar un reemplazo, y que no lo suceda un general con experiencia operativa, sino que uno de sus más cercanos oficiales, el director de Personal, Pablo Silva Chamorro. Mientras que en las filas esperan que el Gobierno se incline por un sucesor de Orden y Seguridad, idealmente por el general subdirector, Marcelo Araya.