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El caso del avión fantasma argentino: Cancillería “madrugada” por Defensa e Interior

El caso del avión fantasma argentino: Cancillería “madrugada” por Defensa e Interior

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Se echó de menos a la Cancillería en este tema, y quedan las dudas sobre el porqué del protagonismo innecesario de la ministra de Defensa y posteriormente de la ministra del Interior, sin utilizarse las vías habituales y normales para afrontar bilateralmente estas situaciones.


El miércoles 28 de agosto los radares de Punta Arenas detectaron tráfico aéreo no autorizado. De inmediato, como dicta el protocolo, se ordenó la salida de un par de F-5 y, detrás de ellos –según manda el instructivo–, otra aeronave y un helicóptero de rescate con bolsas negras en caso de que hubiera fallecidos. Los F-5 apuraron el rumbo a la ubicación del contacto no identificado. Lo que sea que ingresó al espacio aéreo chileno fue traqueado en territorio nacional por más de 15 minutos en los radares de tierra, para luego salir de Chile sobre la Bahía Posesión.

La misión de los F-5 entonces fue cancelada, ya que se perdió contacto con la aeronave al adentrarse en territorio argentino. En un comienzo, desde el otro lado de la cordillera negaron todo, y recién ahora la canciller Mondino ha dado luces de que algo podría haber. En un comienzo, junto con decir que ellos no fueron, les echaron la culpa a los ingleses, o bien a los mismos chilenos. Incluso algún diplomático chileno sugirió la idea de que podría ser un avión perteneciente al crimen organizado.

A estas alturas, según fuentes, por la ubicación geográfica del incidente, está bastante claro que fue un avión argentino. Lo que no está del todo claro es qué aeronave era exactamente. Según han detallado las mismas fuentes, las velocidades del avión no cuadran al 100%. Este dato lo maneja la FACH y permitiría saber si se trata de un avión de combate, aunque es poco probable por la cantidad de tiempo que estuvo en el espacio aéreo chileno. Según se estima, podría haber sido un avión más lento, del tipo Twin Otter o incluso un helicóptero.

Es obvio que los argentinos van a tratar de negar lo ocurrido, más aún si no hay evidencias fotográficas de una incursión. Van a buscar negarlo a toda costa, porque no sería aceptable que haya sido una operación autorizada por el mando de la Fuerza Aérea Argentina o por su ministro de Defensa, y menos lo harían si es que lo ocurrido hubiese sido una arrancada de tarros de pilotos que corrieron con colores propios.

Se echó de menos, eso sí, a la Cancillería de Chile en este tema. Quedan las dudas sobre el protagonismo innecesario de la ministra de Defensa, Maya Fernández, y posteriormente de la ministra del Interior, Carolina Tohá. Ambas aprovecharon de hacer una vocería pública sobre la materia, sin utilizar o privilegiar las vías habituales y normales –de acuerdo con los tratados vigentes– para situaciones como estas: mecanismos y medidas de confianza mutua entre ambos países, con intervención de los subsecretarios de RR.EE. y/o de Defensa. Todo indica que, en este caso, la Cancillería chilena fue nuevamente “madrugada” por Defensa e Interior.

Ojalá algún día se sepa la verdad. Por lo pronto, bien por la FACH y su capacidad de reacción. Es bueno constatar que hay instituciones que sí están haciendo la pega.

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