Lara Trump, enviada por su suegro al cónclave ultra, confirmó que “Argentina y Estados Unidos están juntos”.
El polémico Steve Bannon, exasesor del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, y Lara Trump, su nuera, otorgaron este miércoles al presidente argentino, Javier Milei, la responsabilidad de expandir el proyecto ultraliberal que está imponiendo en Argentina al resto de Latinoamérica y asegurar su éxito.
“Argentina es clave en la lucha global. El destino de los suramericanos está en manos de Milei”, dijo Bannon ante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), que se celebra en Buenos Aires.
Pese a que su intervención fue por videoconferencia, Bannon recibió una gran ovación tras ser presentado como una de las estrellas de la CPAC Argentina 2024, donde participa lo más granado de la extrema derecha iberoamericana y el ala más radical del Partido Republicano de EE.UU.
“Suramérica depende del éxito de Argentina […]. Si Milei no logra ejecutar este plan, todo el movimiento de Latinoamérica está en peligro”, destacó el más conocido ideólogo trumpista y quien fue condenado y encarcelado por desacato al Congreso.
Insistió en que Milei “tiene que ganar esta batalla” y, para ello, cuenta con el apoyo del trumpismo.
La CEO de la CPAC Argentina, Soledad Cedro, lo resumió así: “Milei es el muro al progresismo y responsable de expandir el movimiento”.
Trump mira las políticas de Milei
Lara Trump, enviada por su suegro al cónclave ultra, confirmó que “Argentina y Estados Unidos están juntos para deshacerse de las lacras del pasado, juntos por la libertad”.
“Los zurdos [término utilizado por Milei para desacreditar a la izquierda] dejaron de ganar”, aseveró, al anunciar que la nueva era Trump impondrá políticas similares a las de Milei en Argentina, relativas al desmantelamiento del Estado.
Lara Trump se jactó de que “decenas de oficinas gubernamentales fueron cerradas y muchos [trabajadores] despedidos”, a los que llamó “burócratas que no servían al pueblo”, para advertir de que Washington es un ejemplo de esa supuesta falta de operatividad.
Entre una intervención y otra, cientos de personas, la gran mayoría hombres de todas las edades y que pagaron entre cien y 5.000 dólares, aplaudieron, lanzaron vítores y cantaron los himnos de Argentina y EE.UU., atrapados por una euforia casi religiosa.
Muchos aplausos se llevó el matrimonio formado por Matt y Mercedes Schlapp. El primero, presidente de la CPAC y exdirector de Estrategia Política de la Casa Blanca (2003-2005); la segunda, una estadounidense de origen cubano que trabajó con Trump.
Ambos se vanagloriaron de ser padres de cinco hijas, a las que -dijeron- protegen del comunismo.
“No será la última CPAC en Argentina. Vamos a estar unidos en esta lucha para acabar con el comunismo. Javier Milei es un león, pero necesitamos más”, dijo Mercedes Schlapp entre la algarabía desatada cuando mencionó los nombres de “otros leones”: Donald Trump, la italiana Giorgia Meloni, el húngaro Viktor Orbán y el salvadoreño Nayib Bukele.
Cada vez que Schlapp pronunció “Trump”, el auditorio del Hotel Hilton de Buenos Aires rompió en aplausos.
Luego presentó a Santiago Abascal, líder de Vox, y adelantó: “queremos llevar la CPAC a España”. Abascal coincidió en que las victorias de Milei y Trump “trascienden claramente a Argentina y a Estados Unidos”.