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Propuesta de Nueva Constitución
María Elisa Quinteros: «La Constitución de 1980 no representa a nadie, excepto al grupo que la escribió» PAÍS

María Elisa Quinteros: «La Constitución de 1980 no representa a nadie, excepto al grupo que la escribió»

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Consultada por qué significaría para Chile rechazar el nuevo texto y seguir con la actual carta magna, heredada de la dictadura militar y considerada el origen de las desigualdades por fomentar la privatización de servicios básicos, la Presidenta de la Convención Constitucional señaló que es un escenario que no contempla, ya que «la Constitución de 1980 no representa a nadie, excepto al grupo que la escribió». Y declaró: «Este ejercicio democrático es lo mejor que le ha podido pasar al país».


La actual presidenta de la convención que está redactando la nueva Constitución en Chile, la odontóloga María Elisa Quinteros, dijo en una entrevista a Efe que el país no estaba acostumbrado a las discusiones públicas y que «este ejercicio democrático es lo mejor que le ha podido pasar».

La doctora en Salud Pública, de 40 años, cree que la convención -integrada en su mayoría por ciudadanos independientes de tendencia progresista- va a ayudar a «sanar» a Chile y considera que es imposible que la ciudadanía rechace en un referéndum el nuevo texto.

Pregunta (P): Sustituye en el cargo a la académica mapuche Elisa Loncón, quien comandó durante los primeros seis meses la convención -la primera paritaria del mundo-, ¿era fundamental que la nueva presidenta fuera también una mujer?

Repuesta (R): Sí, sí lo era. Es muy importante que sigamos visibilizando los liderazgos femeninos. Tanto el nombramiento de la expresidenta Loncón como el mío ayudan a crear conciencia de que las mujeres podemos ocupar todos los cargos y hacerlo maravillosamente.

P: Loncón es representante de los pueblos originarios y usted de los movimientos sociales. Ninguna de los dos tiene afiliación política, ¿por qué es importante que el proceso constituyente esté liderado por ciudadanos independientes?

R: El movimiento nace de la gente, de las personas organizadas o no que salimos a la calle y exigimos un cambio en 2019, era un movimiento acéfalo y nacional. Creo que cobra sentido que esta primera etapa estuviera liderada por los pueblos originarios y esta segunda por la gente.

«REPRESENTACIÓN CASI PERFECTA DE CHILE»

P: Fue elegida el pasado 5 enero en una maratoniana sesión de más de 24 horas, en la que hicieron falta nueve rondas de votación y se llevaron a cabo intensas negociaciones, ¿fue una señal de lo difícil que va a ser llegar a acuerdos a partir de ahora?

R: Lo que ocurrió es parte de las deficiencias que tenemos como pueblo. La dictadura militar cambió profundamente a la sociedad, no teníamos espacios de deliberación. En Chile tenemos un dicho muy conocido que dice que «en la mesa no se habla ni de política ni de fútbol ni de religión». Crecimos con eso y no estamos acostumbrados a que los procesos de diálogo y consenso tomen tiempo, necesitamos escucharnos unos a otros. Forma parte del proceso de sanación que necesita la sociedad.

P: ¿Hay que sanar, por tanto, para poder construir el nuevo Chile?

R: El proceso constituyente, si bien nos ayuda a definir un marco legal y a dotarnos de una Constitución, tiene también un componente social, que tiene que ver con el proyecto de sociedad que queremos construir en conjunto, con ponernos de acuerdo en cómo va a ser el Chile de aquí a 50 años. Probablemente se nos quedó gente afuera, pero la convención es una representación casi perfecta de lo que es Chile.

P: ¿Cuáles cree van a ser las normas que van a generar más debate?

R: Las normas que modifican el «status quo» van a necesitar más tiempo de deliberación porque significa cambiar las estructuras de poder y cambiar el modo en que estamos acostumbrados a vivir.

P: En esas discusiones que se antojan arduas, ¿cuál va a ser su rol como presidenta?

R: Conducir el proceso y garantizar todas las condiciones para que las y los constituyentes podamos deliberar en un buen ambiente.

«CONSENSO EN LA NECESIDAD DE CAMBIO»

P: ¿Cómo sentó en el seno de la convención el triunfo en el balotaje presidencial de diciembre del izquierdista Gabriel Boric frente al ultraderechista José Antonio Kast, contrario al proceso constituyente?

R: El que saliera electo Gabriel Boric fue un respaldo a la convención. Recordemos que fue uno de los impulsores del «Acuerdo por la Paz» (firmado en noviembre de 2019), que da origen a este proceso, y siempre ha mostrado su apoyo a la autonomía del órgano.

P: El nuevo texto, que debe estar redactado antes de julio, tiene que someterse a plebiscito para su entrada en vigor, ¿hay riesgo de que se rechace?

R: Creo que no, siento que hay mucho consenso en la necesidad de cambio. Esta Constitución va a dar respuesta a las necesidades sociales, aunque nuestro gran desafío es informar y enfrentar las «fake news» que invaden todos los espacios. Conseguir que la gente no llegue desinformada al día de la votación.

P: ¿Qué significaría para Chile rechazar este texto y seguir con la actual carta magna, heredada de la dictadura militar y considerada el origen de las desigualdades por fomentar la privatización de servicios básicos?

R: Es un escenario que no contemplo porque soy muy optimista en que la vamos a aprobar. La Constitución de 1980 no representa a nadie, excepto al grupo que la escribió. Este ejercicio democrático es lo mejor que le ha podido pasar al país.

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