La adopción de gatos ha aumentado notoriamente desde que comenzó la pandemia. Solo durante el 2021 se adoptaron un total 58.886 gatos versus 3.097 que se compraron en criaderos.
Si bien, hoy día el perro es la primera opción en los hogares chilenos cuando se trata de adoptar a una mascota, la preferencia por los mininos ha crecido de un modo sostenido en los últimos años, y se ha profundizado en el periodo de pandemia, al punto de que hay razas de gatos que ya son toda una referencia en nuestro país.
Según el Registro Nacional de Mascotas (RNM) de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere), una de las variaciones más importantes que hubo en 2021 respecto a 2020 fue el aumento de adopción de gatos.
Mientras que en 2020 hubo alrededor 42 mil gatos adoptados, la cifra aumentó a 58.886 el 2021. En este marco, la adopción de gatas aumentó en un 18,4% respecto al 2020, mientras que la de gatos aumentó en un 81% respecto al año anterior.
De esta forma, el RNM identificó un total de 403.036 gatos domésticos mestizos, de pelo largo y corto.
Pero también es cierto que razas como el Persa o el Maine Coon, encabezan las listas cuando se trata de elegir a un compañero. “Los gatos más comunes se obtienen mediante adopción. Los Persas son gatos de raza y se pueden adquirir de manera más sencilla mediante un criadero, y a los padres de mascotas les gusta esa raza por su apariencia exótica”, destaca la especialista y veterinaria Ana Monardes, de Gabrica (@somosgabricacl).
«Los gatos Siameses más buscados son los Thai, y se caracterizan por ser juguetones, elegantes y amorosos. Los de razas Maine Coon son los más requeridos en Chile y a nivel mundial, ya que tiene una apariencia imponente y elegante, de carácter tranquilo y de gran tamaño», continúa.
«Los Sphinx son una de las razas más exóticas que existen, ya que no posee pelos, justamente uno de los motivos por los que son buscados, y, por último, los gatos Bengali son de apariencia deslumbrante, con elegancia y un pelaje único, buenos cazadores, juguetones y con mucha energía”, agrega.
En cuanto a las diferencias entre un gato de raza y uno mestizo, muchos de ellos conservan intactas las costumbres de sus antepasados, provenientes de los gatos silvestres de África, que posteriormente fueron introducidos en Europa desde Egipto, por los griegos, romanos y fenicios.
Las diferencias más relevantes entre un mestizo y un gato con linaje son, en primer lugar, la socialización. Muchos gatos comunes suelen provenir de las calles, por lo que podrían tener problemas para adaptarse del todo a los humanos.
Algunos de ellos incluso permanecen el resto de su vida en estado salvaje, luego de que transcurra el tiempo prudencial en el que un gatito puede llegar a acostumbrarse a la compañía y los cuidados de las personas.
Los gatos de raza, por su parte, tienen más habilidades sociales, pues la gran mayoría de ellos provienen de criaderos, por lo que desde su nacimiento han tenido la oportunidad de convivir con personas.
No obstante, más allá de su apariencia, muchas veces no existe mayor diferencia entre un gato común y un gato de raza. En ambos casos son animales de compañía inteligentes, graciosos y que merecen afecto y cuidados por igual.
Cuando se adopta a un gato o gata, no siempre se está realmente preparado para recibir a este nuevo integrante. La veterinaria aconseja “saber si tenemos todas las comodidades y el enriquecimiento ambiental adecuado. Hay que ser cuidadosos con una buena alimentación, lugar de protección y refugio».
«Debemos responsabilizarnos de que cuente con los cuidados de médicos veterinarios que requerirá el gatito, por ejemplo, contar con las vacunas, exámenes preventivos, desparasitaciones, zona de higiene adecuada (baño) y que el padre de mascota cuente con tiempo para su juego y cuidado”, agrega.
Además, es fundamental que la familia que decida adoptar un felino cuente con los recursos y responsabilidad básica para brindarle una buena calidad de vida a la mascota.
En cuanto a los primeros cuidados, la especialista de Gabrica destaca que, en primer lugar, se debe reconocer si el hogar será seguro para la llegada del felino. En este sentido, cuidar que la mascota no tenga acceso al exterior, ya que puede perderse.
Debe ser un lugar tranquilo y seguro para que pueda adaptarse gradualmente al territorio. Es necesario contar con comida y agua a disposición, un arenero ubicado en un lugar tranquilo, siempre limpio; contar con un espacio de esparcimiento, para poder jugar, escalar, y tener un espacio para que pueda dormir tranquilamente.
Se debe tener cuidado con los cables eléctricos, productos de limpieza, plantas tóxicas, y el tipo de calefacción. En caso de tener más mascotas, asegurarse de mantener un resguardo o separación, según el tiempo que indique el médico veterinario, para evitar contagio de cualquier tipo de patologías”.
En la consulta veterinaria, Ana Monardes afirma que, a pesar del aumento considerable de tenencia de gatos, actualmente llegan más perros que felinos, siendo el porcentaje de atención del 40% aproximadamente en gatos. En cuanto a la mayor causa de consulta, comenta que “los principales motivos de consultas de pacientes felinos es por inapetencia, problemas urinarios, enfermedad renal, abscesos y politraumatismos por atropellos o mordeduras de perros”.