Según la Unidad Canina de la Secretaría de Marina, institución de la cual Frida era parte, murió debido a padecimientos que suelen tener los perros a esa edad.
Los ojos miel de Frida se cerraron para siempre este martes.
La perrita labrador que se ganó la admiración y gratitud de México por su labor de rescatista en desastres, como los terremotos de septiembre de 2017, falleció a los 13 años «a causa de padecimientos propios de su edad».
Frida era parte de la Unidad Canina de la Secretaría de Marina y estaba entrenada para la búsqueda de personas desaparecidas.
«Desde sus primeros días de nacida, la cachorrita comenzó su entrenamiento, en el cual sus entrenadores observaron cualidades ideales para llevar a cabo funciones dentro de las filas de la Armada de México», destacó la institución.
Los rescates de Frida
2009-2022
Haití, 2010: Localizó 12 personas vivas y 12 sin vida tras un terremoto.
México, 2013: Encontró 9 fallecidos tras una explosión en un edificio de Petróleos Mexicanos en Ciudad de México.
Ecuador, 2017: Ubicó los cuerpos sin vida de 20 personas tras un deslave en Guaranda.
México, 2017: Localizó a una persona sin vida tras un terremoto en Oaxaca.
México, 2017: Encontró los cuerpos sin vida de 12 personas tras el terremoto en Ciudad de México.
Fuente: Secretaría de Marina de México
Su despliegue en sitios de siniestros llevaron a Frida a salvar la vida de 12 personas atrapadas entre escombros en el terremoto de Haití de 2010, así como a la localización de 43 cuerpos en otros cuatro eventos en México y Ecuador.
«Frida no sólo ha motivado a nuestro diario actuar como mujeres y hombres de mar, también ha dado esperanza a miles de familias mexicanas en los momentos más apremiantes», dijo el almirante José Rafael Ojeda Durán, Secretario de Marina.
Al cumplir 10 años, en 2019, había dejado las tareas de rescate para disfrutar de su retiro.
Con botas de neopreno y máscara protectora, las imágenes de Frida buscando entre los escombros del teremoto de septiembre de 2017 en Ciudad de México dieron la vuelta al mundo y se convirtieron en símbolo de esperanza de un país que perdió más de 300 vidas en el desastre.
Los mexicanos la homenajearon, entonces, pintando un mural en un edificio.
Era parte de un grupo más amplio de canes rescatistas de la Secretaría de Marina. Pero desde que era muy pequeña, mostró habilidades y cualidades destacadas. Terminó su entrenamiento en un tiempo récord de solo 8 meses.
Entre ellas estaba su independencia, concentración, temperamento equilibrado, intrepidez, curiosidad, fácil habituación a diferentes ambientes, mucha disposición al juego, facilidad de aprendizaje, empatía hacia las personas y facilidad para la convivencia social, dice la Marina.
«Por las características específicas de su raza como lo son la gran resistencia física, finos oídos para distinguir órdenes entre gritos y ruidos, y una alta capacidad olfativa, se determinó que sería un buen ejemplar para ser entrenado en la función zootécnica de Búsqueda y Rescate», señala.
Al retirarse, en junio del 2019, «entregó» su equipo táctico y recibió un juguete como símbolo del inicio de su nueva vida de descanso.
Apenas en octubre pasado, la Marina develó un monumento con una inscripción dorada «en homenaje a la extraordinaria labor» que tuvo y «en gratitud al cariño y amor» que generaba a la Marina y al país.
Sus restos descansarán ahí.