
Panettone o Pan de Pascua: el queque tradicional de la Navidad
Si bien el pan de pascua es el tradicional en nuestro país, en los últimos años ha aumentado el consumo de panettone, el queque navideño italiano.
Ya cerca de celebrar una nueva Navidad, hay detalles tradicionales para poder vivir la Nochebuena acompañados de familiares, cercanos o amigos. La comida, adornos y decoración, bebidas o galletas y pasteles son un clásico de esta celebración.
De hecho, uno de los productos que más se consumen entre Navidad y Año Nuevo es el pan de pascua, aunque en todo el mundo se consume panettones, los cuales son un bizcocho de origen italiano que, dependiendo su estilo, incluyen pasas, frutas confitadas o chispas de chocolate.
Si bien a nuestro pan de pascua se le atribuye un origen alemán, que derivó en la preparación actual por los inmigrantes que llegaron al sur de Chile, es innegable que tiene ciertas similitudes con el famoso pan dulce italiano.
Después de Italia, Perú es el país con mayor consumo de panettones per cápita del mundo con más de 1 kilo por persona. Brasil es el tercer mayor consumidor con cerca de unos 440 gr per cápita anual. En Sudamérica, los países que lo siguen en esta época son Argentina y Uruguay.
En Chile su consumo ha aumentado según datos de Bauducco, con más de 80 millones de unidades por año.“El Panettone es un clásico en la mesa del mundo, una tradición que de a poco Chile ha ido incorporando. El secreto de nuestros productos es el proceso tradicional y artesanal que lleva más de 52 horas, utilizamos como base la masa madre Bauducco, que se conserva desde que el fundador, llegó de Italia a Brasil hace 70 años”, aseguran desde Bauducco Chile.
«La masa madre es una levadura viva alimentada con agua y harina que hace que nuestros panettones crezcan de forma natural, tengan aroma y sabor únicos, también garantiza su ligereza, suavidad y blandura. Además, utilizamos los mejores ingredientes, con frutas confitadas de verdad”, explican.
La historia cuenta que durante el inicio de la Navidad de 1495, la corte de Sforza estaba celebrando un grandioso banquete. El chef se encontraba muy saturado y le pidió a Toni que vigilase el horno donde se cocinaban unos bizcochos que se servirían como postres para el duque.
Pero Toni se quedó dormido, por lo que tuvo que utilizar la masa de levadura que había guardado para su humilde pan de Navidad, agregando harina, fruta confitada, huevos y azúcar. La aceptación de los presentes fue grande y el duque Sforza lo llamó como “el pan de Toni”, pasando a llamarse con los años como “Panettone”.