La denominación de origen e indicación geográfica de alimentos identifica un producto, como originario del país o de una región o localidad del territorio nacional, cuando la calidad, reputación u otra característica de este sea imputable fundamentalmente, a su origen geográfico, teniendo en consideración, además, otros factores que incidan en la caracterización de ese producto.
Este sello de Origen es un programa impulsado en el país, por el Ministerio de Economía, en conjunto con el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI). Su objetivo es impulsar la preservación y estímulo de formas particulares de manufactura y/o producción tradicional, a la vez de potenciar la unión en las comunidades territoriales de origen, favoreciendo el desarrollo económico de los pequeños productores a lo largo de nuestro país.
Esta es una declaración que debe ser solicitada y autorizada con la inscripción en el registro o de la publicación del decreto supremo de la indicación geográfica o de la denominación de origen y que estará protegida resguardando en nuestro país este producto, siendo la duración de esta protección indefinida.
Un ejemplo de producto con denominación de origen es el Pisco, donde su denominación queda reservada para el aguardiente producido y envasado, en unidades de consumo, en las Regiones III y IV, elaborado por destilación de vino genuino potable, proveniente de las variedades de vides que determine el reglamento, plantadas en dichas Regiones, establecida en la ley Nº 18.455 decreto Nº 521, de 1999, del Ministerio de Agricultura.
La importancia de la Denominación de Origen radica en que puede convertirse en un instrumento de desarrollo rural a través de valorar nuestros recursos endógenos, productos tradicionales y el conocimiento acumulado en la región, creando rutas turísticas que integren todos estos aspectos y generen empleo mejorando la calidad de vida y el respeto por el ambiente, la salud humana y animal.
Además de fomentar la sostenibilidad alimentaria e identidad territorial alimentaria, ya que esto estimula de parte de los consumidores, la selección y preferencia por los alimentos locales, propios de la zona, promoviendo sostenibilidad económica y ambiental, siendo así un aporte económico para el país. Se protege el nombre y tipicidad del alimento, promocionando la cultura de valorar los productos propios.
En el caso de Chile, el pisco es el destilado más consumido, y que ha enfrentado diversidad de problemáticas, pero ha ayudado a fomentar sustentabilidad alimentaria y económica. Solo hay que recordar finalmente que el consumo de alcohol debe realizarse con moderación para un buen cuidado de la salud y calidad de vida.