Septiembre es sin duda el mes del vino chileno. El 4 de septiembre se celebra el Día Nacional del Vino, fecha que remonta al año 1545 cuando Pedro de Valdivia le escribió una carta al rey Carlos V de España para pedirle “vides y vino” para evangelizar nuestro territorio.
Este 2023 ya son ocho años desde que se instauró por primera vez esta fecha que reconoce las bondades de los valles y las uvas nacionales, además del trabajo de miles de personas en torno a nuestro brebaje emblema.
Y coincidente con las Fiestas Patrias, el mes es una buena oportunidad para conmemorar uno de los productos que lleva a Chile al escenario internacional.
Desde los mejores valles al mundo
En este contexto de festejo nacional llega la viña MontGras, quien representa hoy en día una de las viñas familiares más prominentes en Chile a través de sus dos unidades de negocio, que la ha llevado a establecer su presencia como un actor influyente en el panorama vitivinícola chileno.
La primera unidad se enfoca en la creación y venta de vinos Premium. En paralelo, la unidad Maola, se dedica a la distribución de marcas exclusivas a clientes. Este trabajo sitúa a MontGras entre los 10 grupos vitivinícolas más destacados del país, especialmente en lo que concierne a la exportación de vino embotellado.
Otro de los valores agregados que entrega la viña es su diversidad de terroirs, de norte a sur y de cordillera a mar. Así, podemos encontrar vinos de los valles de Leyda, Alto Maipo y Colchagua. Adolfo Hurtado, CEO y enólogo de la viña, comenta: “el valor de una compañía vitivinícola no está marcado por su presencia en un valle específico, sino por el contrario, en poder contar con la mayor diversidad de suelos, climas y condiciones en donde cada una de las distintas cepas que componen su portfolio encuentre las condiciones ideales para poder expresar su máximo potencial de calidad”.
En el Valle de Colchagua MontGras tiene su Casa Matriz, donde posee tres distintos fundos, todos muy distintos entre sí. Pumanque, más cercano a la costa, en donde variedades que se adaptan a climas fríos encuentran mejores condiciones para su calidad; San José de Palmilla, en donde se encuentra ubicada la bodega principal y un tercer fundo: Cerro Ninquén, de donde, debido a sus plantaciones en pendientes de suelos de bajo vigor y a la selección genética del material plantado, se obtienen, entre otras, las uvas que dan origen a su vino ícono Ninquén.
En la actualidad, la viña está muy enfocada en su proceso de renovación constante, como lo ha venido haciendo desde hace bastante tiempo, en la sustentabilidad de su trabajo, que involucra el uso de energías renovables, agricultura orgánica, vinos 100% veganos y certificaciones de procesos (pronto serán Empresa B), además de rescatar cepas emblemáticas que hasta hace poco estaban olvidadas en el país. En este último caso, quieren trabajar con los mejores orígenes para la tradicional cepa Cabernet Sauvignon, produciendo esta variedad desde viñedos de más de 85 años ubicados en el Alto Maipo e incorporar vinos orgánicos, entre varias otras novedades.
Reconocimiento internacional
En un entorno natural privilegiado en el corazón del Valle de Colchagua, la localidad de Apalta es testigo de la pasión y el cariño por la viticultura y la enología que Viña Montes deposita en cada uno de sus vinos, cuyas mejores cepas también se ubican a lo largo de Chile.
Las líneas Montes Alpha M, Montes Folly, Purple Angel y Taita muestran su carácter excepcional, distinción y gran potencial de guarda, que ha llevado a la viña a tener un reconocimiento internacional en las más de 100 mercados donde nuestra marca está presente.
La viña es ambientalmente responsable al considerar todos los impactos que genera la operación de la empresa. Por eso cuentan con un enfoque de agricultura regenerativa entendiendo que el suelo es uno de los factores fundamentales para el desarrollo y producción de los sistemas agrícolas.
El crecimiento y sanidad de los cultivos depende de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, por lo que mantenerlo vivo es nuestro objetivo, evitando su degradación.
Poor eso, ademés de estar conscientes de sus emisiones de CO2, el uso del agua y la utilización de energía, están comprometidos con conservar más de 450 hectáreas de bosque nativo y un área importante de corredores biológicos que permiten el desarrollo de flora y fauna.
También buscan minimizar el uso de productos químicos, logrando reducir el uso de fertilizantes inorgánicos en un 30% debido al compost producido durante la época de cosecha que luego es aplicado sobre los campos para mejorar la estructura del suelo y también debido al pastoreo de ovejas, llamas y corderos que se alimentan de la maleza.
Premios y reconocimientos
Cuando en 1996 Pablo Morandé fundó Viña Morandé, lo hizo con una gran visión de futuro y con la misma audacia que lo impulsó, años antes, a ser el primero en plantar parras en el Valle de Casablanca.
Luego buscando crear vinos que expresen todo el potencial de los campos ubicados en Casablanca, Maipo y Maule, hoy Morandé Wine Group es una empresa del Grupo Yarur y uno de los 5 grupos económicos más importantes de Chile, con empresas del sector Bancario y Financiero, Seguros, Retail, Farmacéutico, Agroindustrial y Ganadero entre otros.
También han innovado en la producción y comercialización de variedades mediterráneas, como el Cinsault, el Carignan y la Garnacha, entre otras.
Además han destacado por desarrollar cultivos de alta densidad y han sido precursores en el uso de nuevas practicas enológicas para la producción de nuestros vinos reserva.
En la búsqueda de ser referente para las industrias en materia de sustentabilidad, tiene como pilar fundamental el respeto hacia el medio ambiente con el fin de asegurar continuidad en el negocio.
El cambio climático ha sido un tema relevante en los últimos años, el cual afecta a nivel global es por eso por lo que para la viña es fundamental el contribuir para contrarrestar en medida esta situación.