Equipos como los biodigestores permiten reducir casi a cero los desechos que se generan por las preparaciones y sobrantes de los platos, gracias a un proceso orgánico de descomposición del material.
En Chile, se generan cerca de 1,2 kilos de basura por persona, eso equivale a cerca de cinco millones de toneladas. El 2020, el 99% de estos desechos llegaba a los rellenos sanitarios, donde el proceso de descomposición sin oxígeno genera 400 kilos de CO2 por cada mil kilos de basura.
Una de las industrias que avanza en una gestión más eficiente de sus desechos es la gastronómica de la mano con la implementación de equipos de alta tecnología que permiten gestionar hasta 1.000 kilos de desechos orgánicos al día.
“Estamos movilizando al rubro gastronómico hacia la eficiencia, y eso no solo tiene que ver con que los procesos lo sean, sino que también la gestión de los residuos, especialmente los orgánicos que se generan en las cocinas y casinos. Para ello, una alternativa de fácil operación son los biodigestores, que permiten una gestión amigable con el medioambiente de este tipo de desechos”, explica Sebastián Fell, gerente general de Marsol.
Los biodigestores son equipos de alta tecnología que permiten hacer una gestión efectiva y eficiente de los desechos orgánicos, que permiten recolectarlos de forma segura.
En ese sentido, evitan la generación de malos olores y sustancias contaminantes, gracias a su proceso de descomposición aeróbica (con oxígeno), evitando que este material llegue a los rellenos sanitarios y genere gases o líquidos tóxicos.
El ejecutivo agrega que “estos equipos no necesitan un área de acopio de los desperdicios; eliminan la aparición de contaminación como roedores, insectos y de microorganismos en la descomposición”.
Además, esta tecnología evita la generación de malos olores, ya que la máquina transforma los desechos orgánicos en un líquido inocuo para el ambiente.