Chile es el principal productor y exportador de frutas del hemisferio sur, lo que nos permite consumir muchos alimentos saludables. Lamentablemente, esta realidad en cuanto a producción, no se asocia a una ingesta masiva de éstos. Según la última ENCA 2010, solo entre un 40 y un 60% de la población chilena cumple la recomendación de la OMS, que es de 400 gramos diarios de frutas y verduras.
Esta situación se ve afectada por diversos factores que influyen en nuestra alimentación, como socioculturales, educacionales, alimentario-nutricionales, acceso físico, nivel socioeconómico y escolaridad entre otros.
Al caminar por un patio de comidas de un centro comercial, llama profundamente la atención el ambiente obesogénico, donde la oferta de los locales alcanza con holgura el 90% de comida chatarra. En ese entorno es donde las familias consumen estos alimentos en forma habitual, altos en sellos, azúcar, grasas saturadas y sodio, nutrientes que no nos aportan beneficios a la salud.
Si bien existen avances, como la Ley 20.606 de Etiquetado de Alimentos y el consumo de alimentos con sellos ha disminuido, según diversos estudios, es imprescindible que se priorice la compra de alimentos saludables producidos en Chile.
En las ferias libres se pueden encontrar estos alimentos a un costo razonable, y el ideal es asociar su preparación a una actividad familiar, donde se pueda compartir y entregar nutrientes esenciales, especialmente a los más pequeños de la casa, aportando nutrientes de calidad en nuestro organismo.
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