Este cereal cocinado si no se refrigera apropiadamente, es un hábitat ideal para la proliferación de la bacteria Bacillus cereus, causante de intoxicaciones alimentarias.
El arroz es uno de los alimentos preferidos por los chilenos, quienes consumen cerca de 11 kilos al año por persona, estando presentes -en promedio- entre tres a cuatro veces por semana en la comida, según información de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) del Ministerio de Agricultura.
Su consumo y cultivo en nuestro país es de larga data, siendo parte de una infinidad de recetas tradicionales. Sin embargo, muchas personas desconocen la forma de adecuada de mantención; no conservarlo como corresponde puede generar problemas a la salud de quienes lo consumen.
Así lo explicó la académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Talca, Cecilia Valenzuela, quien destacó que el principal riesgo en este alimento es la proliferación de la bacteria Bacillus cereus, que crece en los almidones del arroz ya cocinado, y, que abunda en especial cuando este cereal no es refrigerado correctamente.
“El arroz es un alimento ideal para la proliferación de esta bacteria. Por eso, se recomienda que una vez que lo preparamos, no permanezca más de 1 hora a temperatura ambiente, porque existe un mayor riesgo para el crecimiento de microbio. Una vez refrigerado, entre los 0 y 5 grados, se debe consumir idealmente antes de 24 horas”, aclaró.
La especialista detalló que, el consumo de arroz contaminado con esta bacteria, “puede provocar intoxicación alimentaria, siendo su principal sintomatología los problemas gastrointestinales, acompañados de vómitos, diarrea y dolor abdominal. En algunos casos puede provocar fiebre, siendo más peligrosa en aquellas personas inmunodeprimidas, niños, embarazadas y adultos mayores”.
De acuerdo con la profesional, dicha bacteria, “no puede ser eliminada mediante el uso de altas temperaturas. Por eso, es importante respetar la cadena de frio, y, si se va a consumir recalentado, que no sea más de una vez”.
Junto con esto, Valenzuela concluyó que si el producto está bien refrigerado, se pueden preparar sin problemas diversas preparaciones como tortillas, budines o servir frío como parte de una ensalada, entre otras. Sin embargo, para evitar cualquier riesgo de intoxicación, “la mejor recomendación con este alimento, es preparar la porción que vamos a consumir en el momento o para los integrantes de la familia, así evitamos que sobre y consumirlo recalentado”.