Este domingo 12 de enero el encuentro que reúne talentos diversos, que brillan en algunos de los restaurantes y bares más destacados de Santiago. En un espacio emblemático en la historia de los medios chilenos y lo hace con un menú de seis tiempos y cinco maridajes absolutamente colaborativo.
Luis Alonso fue un arquitecto español que antes de establecerse en Chile -entre muchas grandes obras- suspendió en el aire una plaza de toros y la convirtió en un centro comercial.También construyó el estadio de la camiseta que piden la mayoría de los niños en todo el mundo. Alonso remeció a los pocos medios especializados –incluso a este mismísimo medio digital– con la frase más sexy/marketera que alguna vez se publicó en ellos “me gusta la promiscuidad funcional”.
De alguna manera anunciaba la visión de que las infraestructuras ya no podían consagrarse a un uso único estricto, que en el contexto de una auténtica urbe es un sinsentido hablar de cosas como una “ciudad empresarial”. Esa visión del espacio multifuncional llegó también al ámbito de la restauración y recientemente hemos podido asistir a exhibiciones de arte y diseño amenizadas por menús especiales en Cora Bistró o muestras de pintura, fotografía y performance en Fuente Rica Rica, solo por nombrar algunos lugares que, lo sepan o no, abrazan la promiscuidad funcional.
Artistas del Hambre es un proyecto colaborativo que tiene ese espíritu, pero que itinera en términos de las infraestructuras que lo acogen y sus participantes. Lo invariable es la receta base: gastronomía + arte/diseño + conversación. La primera vez se trató de Marina Mar de Tapas, un espacio que se ve a sí mismo como “una marisquería con mesas”, de preparaciones simples pero efectivas, pero que al menos una vez al mes desafía las ideas preconcebidas sobre los productos del mar en audaces cenas de maridaje. A mediados de octubre de 2024, en la primera versión de ADH, se reunieron las preparaciones de Francisco Hraste -cocinero y dueño- con vinos de autor de bodegas como Jorge Cotal, Colectivo Mutante y Forestal Wines, junto a la cerámica contemporánea, surreal y casi orgánica de Biophilia Estudio y Cordova. Los comensales disfrutaron de seis tiempos y cinco maridajes en torno a sus obras, las que inevitablemente se convirtieron en temas de conversación.
La segunda versión ocurrió a principios de diciembre pasado y tuvo la forma de una colaboración en el contexto del multitudinario festival de arte FAST, en una enorme fábrica en desuso en barrio Matta. En esa ocasión alrededor de 70 personas, en una larga y elegante mesa de mantel largo y candelabros, no solo presenciaron arte sino que pudieron ser partícipes de su creación: el dúo de músicos experimentales Brakhage aisló los sonidos del comer, del deglutir, de los cubiertos y las copas para modificarlos y convertirlos en el material con crearon un paisaje sonoro en tiempo real. Esa colaboración marca un nuevo objetivo: acercarse cada vez más a difuminar los límites entre gastronomía y arte.
Para este domingo 12 de enero está fijado un tercer encuentro de ADH. El escenario esta vez es el mítico espacio de Providencia donde Roberto Edwards comenzó la revista Paula y el proyecto Cuerpos Pintados. Poca gente sabe que este gestor cultural fue un gran apasionado por los bonsáis, que tuvo una gran colección. Parte de ella vestirá las mesas de este banquete diseñado para cerca de 40 personas, en el patio principal de espacio que hoy es epítome de la promiscuidad funcional. Bajo el nombre de Taller 1 Cowork, esta enorme infraestructura, con salidas a General Salvo, Av. Providencia y Triana, concentra una serie de industrias creativas, emprendimientos gastronómicos y de otras áreas.
Precisamente los emprendedores gastronómicos de Taller 1 aportan la mayor parte de los insumos para que dos destacados chefs creen un menú de degustación, con tres tiempos cada uno. El café de Dosis Coffee Lab, los hongos funcionales ZenLab, el labán de Olympia Frozen Yogurt, las kombuchas de Taller Loyca y Erva, el gin de Garden Destilería serán utilizados en preparaciones de Jonathan Angarita, el cocinero de Uri House, una cena clandestinas de inspiraciones asiáticas y caribeñas, una de las más íntimas y celebradas por conocedores, quien además se desempeña como chef en 99 Restaurante. Daniela Solís, autora de parte de las cartas de Demencia y Jardín Mallinckrodt, quien marida las preparaciones de Uri House con cócteles, sorprenderá con el uso de ingredientes como sake y café.
Por su parte, Fran Hraste presentará algunas de sus sabrosas versiones comestibles de juegos de palabras, con procesos de diversas cocinas, pero con el mar siempre de fondo. Las “armonías” con vinos estarán a cargo de Marídame, un nuevo servicio de wine selection especialmente pensado para ofrecer la alternativa de vino perfecta para lo que cualquier anfitrión quiera servir (pastas, distintos picoteos, carnes blancas y rojas), curada por Sommelier Ambulante. Participan además marcas que buscan tener presencia en eventos relacionados al arte, como la premiada Cerveza Loa, el agua saborizada LaCroix, la alternativa sustentable e innovadora de Awa y el sake importado por los japoneses de Halosur.
Para cumplirla promesa de combinar diversas expresiones artísticas y de diseño con gastronomía innovadora, el encuentro contará con la ambientación de Pamela Weisner, verdadera autoridad en Chile en el cultivo y educación en torno al bonsaí y una obra especialmente concebida para ADH por Sebastián Tapia o Seta, el autor del “espectro” de la estación de trenes de Pirque, instalación que -ubicada a la entrada del Parque Bustamante- se convirtió en una de las imágenes más difundidas en el día de los patrimonios 2024.
La cita es este domingo 12 de enero, desde las 18:00 en Taller 1, General Salvo 20, a la salida de Metro Salvador. Información y cupos en @andalucista.