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Las hermanas que de vender alfajores pasaron a tener su propia fábrica de chocolate Gastronomía

Las hermanas que de vender alfajores pasaron a tener su propia fábrica de chocolate

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Lo que comenzó como un hobbie para tres hermanas se transformó en una fábrica de chocolate propia. Tras siete años, han recorrido un camino que les permite estar presentes con sus productos en el retail.


Cuando eran más jovenes, Sandra Ramírez comenzó a vender alfajores junto a sus hermanas Josefa y Victoria para salir de vacaciones con su mamá. Luego de un tiempo, les comenzó a ir bien y su economía era estable,

Un día Sandra abrió el diario y leyó un aviso que decía: “Se vende chocolatería”. Al ir a ver la que pensaba que era una fábrica, las hermanas se encontraron con que la persona a cargo hacía el chocolate en una habitación de su casa. Así, pensaron que podrían instalar las máquinas y habilitar su cocina, así que decidieron invertir y compraron la marca “Barra Chocolate” y su cartera de clientes.

Sin embargo, al llegar a su casa para hacer el chocolate, se dieron cuenta que las cosas eran mas complejas de lo que pensaban. “Yo vivía en un condominio, entonces, era imposible que ahí nos certificaran y nos tuvimos que tirar a la piscina nuevamente y comprar una propiedad para hacer la fábrica”.

“La persona que nos vendió la marca, además, nos hizo unas capacitaciones, pero cuando lo hacíamos nosotras solo teníamos la receta y los chocolates nos salían malos”, recuerda Sandra.

Amantes del chocolate

La idea no era una locura y los datos avalan la decisión, ya que Chile es un país “dulcero”. Un estudio elaborado por el Servicio Agrícola Extranjero del Departamento de Agricultura de Estados Unidos -en julio de 2024- señaló que nuestro país es el que más come chocolate per cápita en América Latina, incluso por sobre Ecuador y Brasil, dos de los principales productores de cacao del mundo.

El promedio de consumo de Chile es de 2,1 kilos al año, aunque por debajo de los principales consumidores, los alemanes y los suizos, que comen 11 y 9,7 kilos respectivamente.

Asi que las hermanas siguieron adelante. Josefa recalca que “tras mucho ensayo y error” lograron dar con la receta que habían visto pero, luego, iban a vender a cafeterías y les preguntaban de dónde era el cacao y no lo sabían.

Han pasado siete años desde entonces y hoy son conocedoras del tema: han realizado cursos, viajado a otros países a estudiar del chocolate y del cacao y han tenido un aprendizaje constante pero paulatino.

“Siempre falta tiempo (…) es todo un mundo el tema del cacao, de verdad que es muy entretenido, muy bonito, pero hay que dedicarle tiempo. Nuestro chocolate tiene mucho corazón y muchas risas, todavía lo pasamos muy bien haciéndolo y cada barra va con su dosis de chistes y alegrías”, destaca Sandra.

Desde que tienen Barra Chocolate, el lema ha sido el “crecimiento responsable”. Han sacado nuevos sabores y lograron entrar al retail gracias al programa 100% Nuestro de Unimarc, que los mantiene presentes en 13 locales de la Región Metropolitana. Además, que el packaging de los productos tiene ilustraciones realizadas por artistas nacionales, entregándole una identidad propia a cada variedad.

Actualmente, esta chocolatería tiene tres variedades en las góndolas del supermercado, de naranja, arándano y el 100% puro. Este último es de los más vendidos y tiene un 85% de cacao y 15% de alulosa. En los sabores, “hay cosas que tienen que ver con los tuestes que se le realizan, con el tiempo de reposo y de secado y una vez que se entiende el sabor, yo puedo ir a buscar el que prefiera”, detalla Josefa.

También han tenido la oportunidad de participar en instancias donde les han enseñado maridar el chocolate con té, con cervezas, espumantes y vinos tintos y blancos. “Este mundo del chocolate es tan versátil que hemos ido a ferias donde nos ha ido muy bien, ferias de café donde hacemos un match perfecto”.

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