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El vino sin alcohol: un mercado en crecimiento en Chile Gastronomía

El vino sin alcohol: un mercado en crecimiento en Chile

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En un país donde el vino es parte de la identidad, las versiones sin alcohol ganan terreno. Viñas chilenas han desarrollado productos que preservan los sabores y aromas tradicionales, respondiendo a un consumo más consciente y saludable.


En un país donde el vino es parte esencial de la identidad cultural y gastronómica, una nueva tendencia está ganando terreno: el vino sin alcohol. Esto responde a un cambio en los hábitos de consumo. La Generación Z y los consumidores más jóvenes priorizan productos más saludables y alternativas con menos impacto en su bienestar. 

También está pensado en quienes quieren cuidarse para estar en forma o porque tienen que conducir y quieren seguir en la fiesta, sin renunciar al placer del vino y disfrutar igualmente la experiencia. Una tendencia que desde hace años se está desarrollando pero que está mejorando los resultados, elaborando a través de un complejo proceso un producto al que no le falte nada más que el alcohol y conserve todos los atributos propios de la uva.

La norma chilena indica que la graduación alcohólica del vino debe ir entre los 10,5 a los 15 grados de alcohol, mientras que los vinos desalcoholizados deben tener como máximo 0,5 grados de alcohol. En términos de equivalencia, una copa de vino tradicional equivale por lo menos a 21 copas de vino normal, por lo que es 

Innovación y sabor sin alcohol

Andrés Duval, técnico agrícola de profesión, dejó de tomar alcohol el 2017 y, en un viaje a Europa vio en la carta de un restaurant un vino sin alcohol. “Yo no había probado nunca y la verdad es que lo encontré malísimo”, señala.

De vuelta en Chile, le extrañó que en un país vitivinícola no hubiera productos de este tipo. Junto a su esposa y hoy socia Cecilia Prat postularon a un financiamiento a través de Corfo y comenzaron a investigar cómo se hacía el vino sin alcohol. Tras mucho ensayo y error, lograron dar con un Cabernet Sauvignon sin alcohol que hoy tiene premios internacionales.

Sinzero es un proyecto pionero fundado en 2018 que hoy produce 180.000 litros anuales y exporta a 14 países. Su Cabernet Sauvignon ha sido reconocido con la medalla de oro en la categoría “Alternative drinks Low & No alcohol” del prestigioso concurso International Wine & Spirit Competition (IWSC).

¿Cómo se hace? Compran vino terminado y le aplican calor con una maquina a presión. “Tú no llegas al punto de ebullición para mantenerle todas las propiedades antioxidantes y las que son buscadas en un vino porque si tú lo ebulles, eso se pierde. Después viene lo que nosotros llamamos una corrección enológica (con una enóloga) porque cuando tú le sacas el alcohol al vino, este queda aporreado y necesita su cariñito para armarlo de nuevo. Es toda una ciencia”, explica el emprendedor.

Para este año quieren seguir innovando: planean sacar nuevos formatos de 375cc, potenciar el espumante en lata, que es otro de sus productos, y ver si desalcoholizan otra cepa blanca. Actualmente, en vinos, tienen también Chardonnay y Rosé, y dos espumantes: Brut y Rosé. “También sacamos unaproducción 0.0%, la estamos a dando a conocer para ver cómo nos va y con eso
entrar al mundo árabe, que te exige absolutamente nada de alcohol”, agrega.

Otro de los grandes exponentes de esta tendencia es Serena, el primer vino chileno desalcoholizado 100% Sauvignon Blanc, desarrollado por la bodega Miguel Torres Chile. Elaborado sin productos químicos y utilizando una técnica que extrae el alcohol de manera física mediante discos cónicos y fuerza centrífuga, este vino busca conservar todas las propiedades organolépticas del varietal. 

“Dejamos que los azúcares naturales se conviertan en alcohol para lo cual utilizamos levaduras seleccionadas. A continuación, limpiamos el vino de posibles impurezas y pequeñas partículas, para extraer el alcohol mediante procesos puramente físicos, conservando todo el aroma y sabor. Para para nuestros vinos sin alcohol utilizamos un embotellado microbiológicamente estéril”, detalla Eduardo Jordán, director técnico y enólogo de Miguel Torres Chile.

El resultado: un vino con todo su sabor, aroma y cuerpo, fresco, natural, sano por ser además bajo en calorías y cero alcohol. En nariz destaca por un aroma varietal característico muy intenso, con notas de espárragos verdes y hoja de tomate, mientras al
paladar resulta frutal con una excelente densidad y una acidez vibrante, la cual proporciona longitud y persistencia.

Como todo Sauvignon Blanc, es ideal para beber frío entre 8º y 10ºC, tanto para crear cócteles de frutas como para acompañar crustáceos y mariscos. También armoniza muy bien con pescados grillados y aceitosos como la sardina, y con algunas aves.

Un mercado en expansión

Con el respaldo del reconocimiento internacional y el creciente interés de los consumidores, los productores de vino sin alcohol en Chile miran al futuro con optimismo. Desde Sinzero esperan que la categoría sin alcohol siga creciendo y lleguen nuevos competidores al mercado. “Si llegan actores más grandes, con más espaldas financieras, va a ser súper bueno para que inviertan más y se dé más a conocer la categoría; yo no le tengo susto a esto, al revés, la torta repartida será más grande”, sostienen.

Hoy, vinos Sinzero es una alternativa que está presente en todo Chile gracias al programa 100% Nuestro de Unimarc. Con un crecimiento del 35,8% en ventas netas durante 2024, según datos de SMU, esta categoría ya no es una simple curiosidad, sino una opción consolidada en la oferta vitivinícola chilena.

Lejos de ser una moda pasajera, el vino sin alcohol se está consolidando como una alternativa real para quienes buscan disfrutar de la experiencia vinícola sin los efectos del alcohol. Y con la innovación constante de las bodegas chilenas, es probable que esta tendencia continúe expandiéndose en los próximos años.

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