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La Ruta de los Abastos: un viaje culinario entre tradición y territorio en la la Región de O’Higgins Gastronomía

La Ruta de los Abastos: un viaje culinario entre tradición y territorio en la la Región de O’Higgins

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Algas, quesos, vinos y sal de mar son parte de la experiencia que ofrece la Ruta de los Abastos, un recorrido que pone en el centro la historia, el paisaje y los alimentos de la Región de O’higgins.


El turismo gastronómico se ha convertido en una de las formas más atractivas de recorrer un país. A través de su cocina, es posible conocer la identidad cultural, la historia y la relación de los habitantes con su entorno. En Chile, este tipo de experiencias ha ido ganando terreno y un ejemplo destacado es la Ruta de los Abastos, un recorrido que ha captado la atención internacional.

Premiada en 2024 por la revista Time como uno de los 100 lugares extraordinarios para visitar, esta ruta ofrece un viaje culinario centrado en los productos locales y su conexión con los productores. Se trata del primer circuito de turismo gastronómico de Chile, con nueve estaciones que recorren desde la costa hasta el interior de la Región de O’Higgins.

Este tipo de turismo pone en el centro a los comerciantes de la zona y busca fortalecer las economías locales. La Ruta de los Abastos destaca por su diversidad de productos y paisajes. Algas, quesos, vinos y salineras forman parte del recorrido, donde los visitantes no solo degustan los sabores de la región, sino que también conocen las historias de quienes los producen.

“La Ruta de los Abastos se concentra en tres premisas: el patrimonio, el paisaje y las personas. A partir de ahí, engloba productos de esta ‘mesa gastronómica’ que invita a los viajeros a ‘comerse un territorio’. Ese es el cambio de paradigma que hemos hecho respecto a las experiencias de turismo rural tradicional”, señaló su directora, Pamela Villagra.

Ruta de las Algas: el cochayuyo como eje principal

El recorrido comienza en la costa de Pichilemu con la Ruta de las Algas, liderada por la marera (término acuñado por los trabajadores del mar para referirse a sí mismos), Cecilia Vargas, de la Caleta Los Piures. Esta experiencia se centra en el cochayuyo, un alga considerada un “súper alimento” por su alto contenido nutricional y arraigada en la tradición culinaria chilena. Posee calcio, hierro, magnesio y manganeso; además, es una muy buena fuente de vitaminas como A, B1, B12, C, D, E y ácido fólico.

Durante el tour, los visitantes aprenden sobre su recolección y finalizan con una degustación de platos como ceviche, charquicán y empanadas elaboradas con esta alga.

Herencia de Campo y Food & Wine Studio

Desde la costa, la ruta se adentra al interior de la región. En Marchigue, los visitantes podrán visitar la quesería Herencia de Campo. Especializada en quesos artesanales de cabra, esta fábrica fue reconocida con la medalla de bronce en el Araxá Internacional Cheese Award de Brasil. Alejandro Thomas, dueño y fromelier, recibe a los turistas con visitas guiadas y catas de quesos.

Otra parada destacada es el Food & Wine Studio, ubicado en la viña Viu Manent, en Santa Cruz. Este restaurante, destacado por The New York Times entre los 52 lugares del mundo para visitar en 2024, se caracteriza por elaborar la mayoría de sus platos con ingredientes locales, salvo el chocolate y el café.

Un elemento distintivo de este restaurante es que el vino es el componente principal del menú, ya sea en los platos o en el maridaje que los acompaña. Su chef, Pilar Rodríguez, ha sido reconocida como embajadora mundial del turismo gastronómico por la ONU.

En Paredones, la ruta permite conocer la extracción artesanal de sal marina en las Salinas de Lo Valdivia, una práctica ancestral que se mantiene como un pilar económico y cultural en la zona. Más adelante, en la Laguna Cabeceras, se pueden degustar platos elaborados con productos del secano, como cordero, quinoa y pasta de ajo.

Lolol: el cierre de la experiencia

En la misma comuna de Paredones, se encuentra la Laguna Cabeceras. Este depósito natural de agua es un ex salar y fuente de agua para los huertos de las personas que viven alrededor. Entre ellos, se encuentran las salicornias, hortalizas y frutillas. El recorrido finaliza en Lolol, localidad de la provincia de Colchagua, donde los visitantes participan en un tour guiado que resalta la historia y tradiciones de la “tierra huasa”.

Villagra destacó la importancia de este tipo de iniciativas para consolidar a Chile como un destino gastronómico de relevancia: “¿Por qué Chile es una potencia alimentaria y no un destino gastronómico? La Ruta de los Abastos quiere demostrar que podemos cambiar ese modelo. Yo creo que apostar por ese tipo de turismo es virtuoso en todos los aspectos porque impacta sobre el desarrollo de los territorios directamente. No hay nada mejor que viajar comiéndose un lugar”.

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