
Viñedos de Chile: un refugio único para bodas
Somos un país privilegiado por nuestra geografía, diversidad climática y, por supuesto, por los viñedos, muchos de ellos patrimonio cultural. Sin embargo, hay un aspecto que no debemos pasar por alto: la necesidad de un impulso público/privado para posicionar estos espacios de manera estratégica en el turismo internacional.
Cada viña tiene su propia esencia e historia, desde sus construcciones y legados familiares, trayectoria de vida social, e incluso capillas o iglesias en su interior desde los más cercanos a la capital hasta aquellos en el Valle de Casablanca, Maipo o Colchagua. Las bodegas se fusionan con la arquitectura local, creando un ambiente único que combina lo rústico y lo elegante, lo antiguo y lo moderno. Estas características no solo sirven para enamorar a los novios nacionales, sino también a una creciente audiencia extranjera, quienes buscan en nuestra región una experiencia diferente, algo auténtico, algo que solo este país puede ofrecer.
A pesar de que esta tendencia ha crecido, especialmente con la pandemia que nos hizo redescubrir la belleza de lo local, el potencial de las haciendas vitivinícolas como destinos para bodas y eventos siguen sin ser completamente explotadas. Si bien hemos logrado posicionarnos como un destino turístico que ofrece experiencias excepcionales, aún nos falta una estrategia clara para vincular las cavas y parrales como destinos exclusivos para turistas que buscan el romance, exclusividad y la autenticidad en sus celebraciones.
El turismo de bodas tiene un enorme potencial, y los viñedos son un tesoro invaluable que tenemos que saber aprovechar. No solo por su belleza y prestigio, sino también por el valor simbólico que otorgan a las celebraciones. Estos lugares son, al fin y al cabo, una representación perfecta de lo que es Chile: un país lleno de tradición, innovación, belleza natural y hospitalidad.
Si queremos que este fenómeno se convierta en un pilar del turismo, debemos trabajar juntos, tanto los privados como el sector público, para garantizar que el mundo entero conozca la magia de casarse en un viñedo chileno.
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