
De la sequía a la innovación: agricultor pasó de los duraznos conserveros al espumante de su fruta
Aunque el término “espumante” se usa comúnmente para referirse a vinos con burbujas, hay otras bebidas que también pueden considerarse espumantes. Raúl Iturrieta, agricultor de San Felipe, vio cómo la sequía ponía en jaque su producción de durazno hasta que logró reinventarse y crear un espumante .
La sequía ha golpeado duramente a la región de Valparaíso, afectando especialmente a los pequeños agricultores que dependen del agua para mantener sus cultivos. La falta de riego afectó la calidad y el tamaño de las frutas, reduciendo su competitividad en la industria a gran escala.
Raúl Iturrieta, director de la Federación Nacional de la Fruticultura Familiar Campesina (Fedafruc) y fundador de “Aconcagua Naturals”, vivió en carne propia esta crisis cuando su producto estrella, el durazno conservero, dejó de ser viable debido a la escasez hídrica.
Como emprendedor, conoce cerca las dificultades de la agricultura familiar campesina. Durante años, su emprendimiento “Aconcagua Naturals” tuvo como foco principal la producción de duraznos conservadores en San Felipe. Sin embargo, la sequía prolongada cambió el panorama: sus duraznos comenzaron a salir más pequeños y dejaron de ser atractivos para la industria.
“Tuvimos una sequía de 14 años, con efectos devastadores para los pequeños agricultores, al tener muy baja tecnificación y plantaciones añejadas, la rentabilidad y los ingresos se fueron por los suelos. La realidad era que sin agua, la agricultura familiar campesina se acababa”, recuerda.
Pero en lugar de rendirse, encontró una solución innovadora: transformar sus duraznos en un espumante. “Los agricultores tecnificados podían mantenerse a flote, pero nosotros teníamos que innovar”, explica.
Gracias al apoyo del Programa de Vinculación entre la Agroindustria Alimentaria y la Agricultura Familiar Campesina (FIC-R), ejecutado por el Centro Regional Creas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), y con financiamiento del Gobierno Regional de Valparaíso, Raúl pudo desarrollar un prototipo de espumante de durazno, rescatando su producción y dándole un nuevo valor.
Ahora, con un producto diferenciado y nuevas expectativas, Raúl proyecta un futuro donde la agricultura familiar campesina pueda competir con propuestas de alto valor agregado. “Acá es el consumidor el que define el éxito del proyecto, si es de su gusto y placer, sin duda que tenemos muchas expectativas”, aseguró.
“Pero yo diría que sigamos trabajando para lograr un producto de excelencia a partir de este prototipo, que logre llenar el gusto de los consumidores y sobre los mercados. Creo que llegar al retail y exportar directamente o también en alianzas con una viña que ya tiene presencia en el mercado nos parece una buena opción”, concluyó.
La idea es que este fermentado de fruta espumante sea refrescante, dulce y con burbujas suaves, ideal para beber solo o en cócteles.