Actualmente, en el mercado chileno existen múltiples alternativas enfocadas en la alimentación de nuestras mascotas. Por ello, especialistas entregan recomendaciones para una dieta balanceada y advierten qué productos pueden ser dañinos.
La tenencia de mascotas en el país ha ido en aumento durante las últimas décadas. En 2022, la encuesta Cadem contabilizaba que ocho de cada diez chilenos y chilenas posee al menos una mascota, siendo estas principalmente perros y gatos.
Si bien en el pasado estos eran percibidos más para tareas de protección, control de ganado, caza o control de plagas, actualmente muchos de ellos son la compañía y el apoyo emocional muchos y muchas.
Es en este contexto que cada vez más personas muestran preocupación por lograr una mejor alimentación para sus mascotas.
Sin embargo, pese a la enorme oferta de alimentos que estos poseen en el mercado, esta decisión puede llegar a ser compleja. Principalmente, por la falta de información y evidencia sobre los beneficios y criterios nutricionales de estos alimentos.
Así lo explica Carolina Valenzuela, académica del Departamento de Fomento de la Producción Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile. De hecho, para la académica hay una seria falta de regulación sobre los mínimos e ingredientes que deberían contener estos alimentos.
“En Chile, no hay una legislación en donde se exija que para poner esas afirmaciones en el etiquetado tengas que tener como respaldo algún estudio científico que indique que efectivamente se mejora el pelaje o se mejora la calidad dental”, señala Valenzuela.
En ese sentido, agrega que “hay ciertos componentes y ciertos ingredientes que efectivamente tienen un beneficio, pero hay muchos ingredientes sobre los que hay pocos estudios y algunos son controversiales”.
Pese a ello, la académica también comenta que, junto al Colegio Médico Veterinario, están trabajando en iniciativas que busquen estandarizar el etiquetado y respaldo de la comida animal y sus contenidos. “Habría que generar algunos parámetros importantes de contenido de proteína y contenido de grasa”, afirma.
Una de las formas más habituales de alimentar a nuestras mascotas es con comidas caseras preparadas por uno, las cuales pueden o no seguir parámetros de alimentación establecidos. Sin embargo, Valenzuela sostiene que el principal problema de este tipo de alimentación es la dificultad que representa para el cálculo de los nutrientes que se administrarán a la mascota.
“Es muy probable que no se elabore una comida balanceada en cuanto a nutrientes. Por lo tanto, o va a sobrar mucho un nutriente o va a faltar otro nutriente, lo que va a gatillar en el futuro problemas a la salud de la mascota”, advierte la especialista.
Otro de los problemas con este tipo de alimentación es su grado de humedad, lo que puede significar un problema importante durante las estaciones de calor. “Los gatos comen de pequeñas porciones, entonces, si yo le doy una porción de comida casera y estoy en un ambiente caluroso con moscas, por ejemplo, son susceptibles a contaminación microbiológica”, explica.
Esta alimentación casera también puede estar asociada a otro tipo de problemas, señala Alicia Valdés, médica veterinaria y académica del Departamento de Ciencias Clínicas de Favet. Dependiendo de la calidad del alimento, podría ocurrir que la grasa que contenga este contenga se oxide si es que no tiene una buena cantidad de antioxidantes, lo que genera una inflamación del intestino.
“De los alimentos caseros que están claramente asociados a toxicidad, por ejemplo, está la cebolla que produce la ruptura de glóbulos rojos” añade Valdés.
Entre los alimentos que hay que evitar para perros y gatos, Valdés apunta al chocolate, las uvas, las pasas y las frutas, que pueden ser muy fermentables y, por lo tanto, producir alcohol.