Nuestro país aún está lejos de no tener perros abandonados o “callejeros” en su territorio. Sin embargo, en los últimos años han existido algunos avances importantes en materia de conciencia animalista, por ejemplo, hoy existen programas en muchas municipalidades para, al menos, implementar campañas de vacunaciones masivas o de esterilización, lo que aporta a una mayor salubridad en esta materia y que debería ser el piso mínimo para avanzar a una realidad Pet Friendly.
En este sentido la actividad turística ha sido precursora y hoy en día existen restaurantes, alojamientos y medios de transporte que “admiten mascotas”, pero ¿podemos considerarnos realmente Pet Friendly en materia de turismo? La verdad es que aún estamos en pañales, y lo que se ha alcanzado probablemente ha sido incentivado más por la demanda que por la oferta, pues luego de la pandemia las estadísticas han demostrado que a nivel mundial los viajes acompañados por mascotas han aumentado considerablemente.
En materia de turismo debemos seguir avanzando, se debe promover que los alojamientos permitan el ingreso de mascotas sin tener la necesidad de contar con un certificado de “mascota de contención emocional”, y solamente exigir documentos que acrediten que el animal tiene sus vacunas al día. Asimismo, los alojamientos que cobran tarifas adicionales por mascotas deben entregar algún servicio especialmente pensado en ellas.
Lo más importante para el sector turístico, es comprender que hoy en día ser Pet Friendly, es una estrategia atractiva y competitiva, sobre todo si se logra conocer el perfil y las necesidades específicas de esta nueva demanda que llegó para quedarse y cuyas perspectivas de crecimiento son más que considerables en todo el mundo.